Edición 672 - Desde el 10 al 23 de octubre de 2008
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Chávez: “Una revolución está en marcha en América del Sur, el que no la vea es porque está ciego; el que no la sienta, es porque está muerto”.

Los esfuerzos conjuntos en exploración, producción y refinación representan un avance contundente en el proceso de unión regional, a través de un nuevo esquema de intercambio favorable, equitativo y justo.

 

“Una revolución está en marcha en América del Sur, el que no la vea es porque está ciego; el que no la sienta, es porque está muerto; y nadie podrá detener esta revolución social, económica, ética, política que galopa por todas estas tierras, desde el Orinoco hasta el Río de la Plata y más allá”, aseveró el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, al referirse a la voluntad política de los gobiernos latinoamericanos para concretar alianzas estratégicas que garanticen la seguridad energética en la región y el bienestar de los pueblos.
En virtud de esta reflexión, es evidente el interés estratégico que tiene para Venezuela el desarrollo de proyectos de cooperación que reafirmen el derecho de los pueblos a acceder a los recursos energéticos, a través de un nuevo esquema de intercambio favorable, equitativo y justo, que consolide el proceso de unión regional.
Desde enero de 2006, luego de la toma de posesión del presidente de Ecuador, Rafael Correa, la cooperación entre ambas naciones ha venido profundizándose y actualmente se encuentran en marcha diversos proyectos que tienen como propósito principal potenciar la capacidad de refinación en la región suramericana, lo que reducirá los llamados cuellos de botella que inciden negativamente en los precios del crudo y afectan a los países más pobres.
Venezuela y Ecuador, únicas naciones latinoamericanas miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), adelantan un conjunto de medidas que permitirán atender las necesidades de los pueblos y, de esta manera, combatir la pobreza y reducir las asimetrías existentes en la región.

 

Ambas empresas estatales se unieron para la explotación conjunta del campo maduro Sacha, ubicado en la Amazonia ecuatoriana.

Unión con el Pacífico

Entre los proyectos más importantes que desarrollan ambos países destaca la construcción de la Refinería del Pacífico “Eloy Alfaro Delgado”, instalación que contará con una capacidad de procesamiento de 300 mil barriles diarios, convirtiéndose en el complejo refinador más grande ubicado en la costa del Pacífico.
“Esta es una obra de gran relevancia estratégica, ya que suministrará el volumen de combustible que requiere Ecuador, y el excedente será destinado a la cuenca surasiática y a otros países de América del Sur”, afirmó el director gerente de PDVSA Ecuador, José Ramón Arias.
Además, PDVSA y Petroecuador adelantan el proceso de cuantificación y certificación del crudo existente en el Bloque Ayacucho 5 de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO), el cual cuenta aproximadamente con 20 mil millones de barriles de petróleo original en sitio (POES).
De acuerdo con los estudios de factibilidad, se estima la existencia de 4 mil millones de barriles en reservas, utilizando un factor de recobro del 20%.
Una vez completado este proceso, las empresas petroleras estatales sellarán un acuerdo energético para procesar el crudo pesado de la FPO en la citada refinería del Pacífico, ubicada en Manabí, Ecuador.
Esta alianza constituye un importante esfuerzo para fortalecer la seguridad energética y la unión de los pueblos suramericanos, a través de un esquema solidario de cooperación.
Con respecto a la perforación conjunta de los pozos Guanta 18, Guanta 19 y Lago Agrio 49, en la provincia amazónica de Sucumbíos, al noreste de Quito, destaca la incorporación de mil 529 barriles diarios de crudo a la producción ecuatoriana, como resultado de la actividad de los taladros venezolanos Corpoven 16 y Corpoven 23.
Asimismo, se desarrolla un mecanismo novedoso de intercambio de crudo por productos derivados, que alcanza los 100 millones de dólares, con el propósito de suplir las necesidades del mercado interno de este país hermano. “Este convenio permite potenciar la economía ecuatoriana, al dejar de importar cerca de 3 mil millones de dólares al año en derivados de hidrocarburos”, aseguró Arias.
Por otra parte, el pasado agosto se constituyó la empresa de capital mixto Río Napo, para la explotación conjunta del campo maduro Sacha, ubicado en la Amazonia ecuatoriana, cuya producción actual se ubica en alrededor de 44 mil barriles diarios y, con la aplicación de la tecnología adecuada, se espera elevar su capacidad a 75 mil barriles por día.
De igual manera se desarrolla un proyecto para la exploración de gas costa afuera en el golfo de Guayaquil, mediante un convenio de exploración a riesgo. PDVSA se encargará de ejecutar la primera fase, para luego desarrollar ese campo conjuntamente con Petroecuador, a través de la recién creada empresa mixta.
Finalmente, ambas naciones activaron un comité binacional para la construcción de una planta de regasificación de gas natural licuado, que permitirá atender la demanda energética del hermano país, así como la posible articulación de este proyecto con la planta de gas licuado que se construirá en Güiria, Estado Sucre, Venezuela.
Estos esfuerzos conjuntos tienen una importancia estratégica no sólo para Venezuela y Ecuador, sino para la región, ya que fortalecen una nueva visión geopolítica, cuyo objetivo es impulsar y consolidar la unión de los pueblos suramericanos, garantizando el acceso equitativo a los recursos energéticos y la conformación de un mundo pluripolar.

(Publicado en Punto Final, edición Nº 672, 10 de octubre, 2008)