Edición 667 - Desde el 25 de julio al 7 de agosto de 2008
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CON CHÁVEZ O CONTRA CHÁVEZ

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CON CHÁVEZ O CONTRA CHÁVEZ

Autor: MIGUEL LOZANO (*)
 (*) Corresponsal-jefe de Prensa Latina en Venezuela.

La política venezolana, hoy claramente diferenciada en dos grandes campos, se centra en la búsqueda de unidad de cada uno de ellos y es expresión de la polarización de fuerzas, resumida en un concepto clave: Con Chávez o contra Chávez. Desde la llegada al poder, en 1999, del presidente Hugo Chávez al frente de su Movimiento V República (MVR), nada es igual en la política nacional, en el campo de la derecha ni en el de la Izquierda. De un lado, los partidos que gobernaron durante medio siglo (Acción Democrática y Copei) son apenas referencia en situaciones cambiantes a las que sus líderes no pudieron adaptarse. Tampoco lograron cuajar otras organizaciones de la nueva derecha (Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo), creadas para desvincularse del pasado difícil de explicar de un país rico en petróleo con más de la mitad de la población en la pobreza.
Apetencias personales, falta de liderazgo, ausencia de programa alternativo a la propuesta de proyección socialista de Chávez, enturbian cualquier intento de acción opositora.
Del otro lado, la Izquierda cuenta con Chávez -carismático y con gran respaldo popular-, para enfrentar un trabajo ciclópeo y de largo aliento: la unidad de fuerzas tradicionalmente divididas. Como primer paso el presidente venezolano disolvió su MVR y convocó a más de 20 organizaciones a integrar una sola agrupación, como garantía de continuidad y éxito de la propuesta socialista. No logró totalmente su objetivo, pero el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se constituyó con más de cinco millones de adherentes y unos 2,5 millones de militantes activos, la mayor organización política de la historia nacional.

RETICENCIAS DEL PCV Y OTROS PARTIDOS

Fuera quedaron partidos que decidieron seguir apoyando el proceso de cambios y uno de ellos (Podemos) pasó a la oposición. Incluso algunos (Movimiento Electoral del Pueblo, MEP y Unidad Popular Venezolana, UPV) se disolvieron para luego reagruparse como organizaciones independientes.
En este panorama nuevo y cambiante, el avance del PSUV hacia posiciones socialistas provocó conflictos internos que llevaron a deserciones y a la expulsión de dos gobernadores. Los cambios de la política incluyeron el éxodo, en dimensiones todavía por precisar, de cuadros de partidos de la Izquierda como el Comunista de Venezuela (PCV) y Patria para Todos (PPT). Figuras de larga trayectoria como Alí Rodríguez y Aristóbulo Iztúriz abandonaron PPT, lo mismo que Roberto Hernández y otros miembros del comité central del PCV para unirse al nuevo partido.
Tanto PPT como el PCV respaldan la proyección unitaria, pero difieren de Chávez en los plazos, a partir del criterio que se requiere primero un proceso de alianzas mediante la integración de una especie de Frente Patriótico. En un reajuste de su posición inicial, el PSUV aceptó posteriormente la idea de una Alianza Patriótica, a la cual se integraron PPT, PCV, UPV, MEP y otras organizaciones.
Ante la perspectiva de elecciones regionales el próximo 23 de noviembre, las conversaciones de la Alianza Patriótica se iniciaron marcadas por la búsqueda de acuerdos para candidatos unitarios. Esta proyección, sin embargo, provocó las críticas de Chávez, quien consideró negativo centrarse en un hecho coyuntural como es la distribución de candidaturas, y dejar a un lado la búsqueda de una unidad estratégica. La censura específica hacia algunos partidos, a los que acusó de buscar posiciones más que la unidad, provocó una especie de crisis interna de la Alianza, enfrentada en una nueva reunión entre líderes de las organizaciones. Como resultado se obtuvo la definición de que ningún hecho coyuntural deberá estar por encima de los objetivos estratégicos; en la práctica, un acuerdo para continuar adelante con la Alianza Patriótica. Sobre esta plataforma, las fuerzas políticas de la Izquierda venezolana deberán enfrentar el camino hacia las elecciones con la búsqueda de candidatos unitarios en la mayoría de las gobernaciones y alcaldías.

GOBERNACIONES EN DISPUTA

La importancia de los comicios está dada por la denuncia de planes opositores que buscan ganar regiones claves para luego aplicar programas secesionistas, como se intenta en Bolivia. Para Chávez, de las elecciones del 23 de noviembre dependerá que Venezuela siga camino al socialismo o pueda verse envuelta en una guerra civil, porque ante resultados positivos la oposición intentará sacarlo del poder antes de cumplir su mandato en 2013.
En las pasadas elecciones regionales, los partidarios de Chávez ganaron 21 de las 23 gobernaciones y la Alcaldía Mayor de Caracas. De las gobernaciones mantiene 18, luego de deserciones y reubicaciones políticas. Al influjo del referéndum que rechazó el pasado diciembre la propuesta de reforma constitucional presentada por Chávez, voceros opositores estimaron que podrán ganar unas 10 gobernaciones.
Hechos y estimados posteriores, llevan ahora a esas mismas fuentes a esperar el triunfo en unas cinco gobernaciones, lo cual mantendría el equilibrio de fuerzas actual. Chávez ha pedido a sus seguidores “vamos por todo” frente al “ahora o nunca” de la oposición, posturas que caracterizan las operaciones de ambas partes, cada una a la búsqueda de la unidad.
La Izquierda agrupada alrededor de Chávez tiene mejores opciones de lograr una acción conjunta, mientras en la oposición -dividida y en pugna- la expectativa principal está en si factores externos podrán lograr la cohesión, aunque sea coyuntural. Por factores externos se entiende la embajada de Estados Unidos, elemento insoslayable de la política interna que ya más de una vez demostró su poder de convencimiento sobre una oposición desorientada, incapaz por sí misma de lograr acuerdos unitarios

 

(Publicado en revista “Punto Final” edición Nº 667, 25 de julio, 2008)