Edición 653 - Desde el 7 al 20 de diciembre de 2007
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El análisis de Myriam Verdugo,
consejera nacional de la DC

El autogol
de Soledad Alvear


MYRIAM Verdugo Godoy: “Hay polémica para rato en la DC".

La suspensión y eventual expulsión del senador Adolfo Zaldívar de las filas del PDC la tomó por sorpresa, igual que a los demás consejeros nacionales, colorines o independientes, que han discrepado en diversas ocasiones con la conducción partidaria y concertacionista. “Lo tenían todo muy bien organizado, habían hecho consultas previas y contaban con la aprobación de la mayoría de los consejeros”, dice Myriam Verdugo, refiriéndose a la decisión de la mesa directiva presidida por la senadora Soledad Alvear de dejar fuera del partido a Zaldívar. “Los únicos que no sabíamos nada éramos nosotros, que somos minoría”, agrega la dirigenta DC. Ella es una de los 8 consejeros que votaron en contra de la sanción. Otros 33 la aprobaron. Da por seguro que el Tribunal Supremo ya tiene aprobada la expulsión del senador. “Con esto se le está notificando a los diputados que también votaron en contra de entregarle una nueva millonada al Transantiago que les puede pasar lo mismo, si persisten en ese tipo de actitudes”. A ella, en reuniones del consejo nacional de la DC, la han invitado más de una vez a salir del partido. “Yo no tengo por qué renunciar, soy democratacristiana y voy a morir democratacristiana. Seguiré defendiendo nuestra apuesta política y los valores que dieron origen al PDC”, afirma convencida.
Myriam Verdugo Godoy, de 51 años, ingresó a la DC los 14 años, “cuando salí a tirar piedras contra la ENU” (Escuela Nacional Unificada, proyecto educacional del gobierno de la Unidad Popular presentado en marzo de 1973). Y se casó con un democratacristiano, el dirigente sindical Manuel Bustos. Es periodista y directora del Instituto Jorge Ahumada. Se presenta con sencillez y modales suaves. Su apariencia no revela la fuerza con que ha debido enfrentar duros golpes en su vida. No sólo perdió tempranamente a su marido -ex presidente de la CUT-, sino también a su hijo mayor, quien murió en un accidente automovilístico a los 21 años. Y viene saliendo de una exitosa lucha contra el cáncer. Tiene en su hija de 17 años, en sí misma, en su actividad profesional y política muy poderosas razones para vivir.
¿Hay similitudes entre esta situación que está viviendo el PDC con los momentos previos a los quiebres que dieron origen al Mapu y a la Izquierda Cristiana?
 “Son épocas históricas que no viví. Por lo que he podido conocer a través de otros camaradas, las situaciones son diferentes. En los casos del Mapu e Izquierda Cristiana había diferencias doctrinarias fundamentales. En este caso son diferencias puntuales respecto de cómo se abordan y enfrentan acciones de gobierno. Los democratacristianos llamados ‘colorines’, o los cercanos a ellos, no tienen diferencias fundamentales con los demás militantes. De parte de la directiva existe una actitud de cerrar filas con el gobierno sin analizar lo que está haciendo, o si los funcionarios que lo integran están bien o mal instalados. Este gobierno tiene un mal equipo que mal gobierna. Carece de capacidad de ejecución. Luego del terremoto que afectó a la II Región tuvieron que mandar una ministra en campaña… ¿y el intendente, y la gobernadora? Eso demuestra que las instituciones fallan, y las personas más todavía. Esta visión es lo que nos diferencia de la mayoría que gobierna al partido”.
Si las diferencias no son de fondo dentro de su partido, ¿por qué están al borde de expulsar a un senador de larga militancia, ex presidente del PDC?
 “Creo que priman los odios personales por sobre objetivos que debieran orientar nuestro quehacer. Y eso me abisma, siendo parte de la misma casa política. Se está viviendo una situación de quiebre, con grupos muy separados. Eso daña mucho”.

NUEVA CONSTITUCION PARA CHILE

¿Usted es “colorina”?
 “¿Yo? ¡No me siento de ningún sector! Si alguien me pidiera identificarme, me acerco mucho más a los que llaman ‘chascones’. O sea, la vertiente más de Izquierda dentro de la Democracia Cristiana. Pero el chasconaje se ha ido desperfilando dentro del partido. Coincido con mucha gente del ‘colorinaje’ en la necesidad de cambios radicales de orden político, institucional y económico. Lo primero es el cambio de la Constitución. Hace mucho tiempo, algunas personas -incluidos algunos colorines- participamos de iniciativas para promover un cambio que nos permita contar con una Constitución legítima en el origen y democrática en sus fundamentos, que no es lo que tenemos hoy. Además, una Constitución que nos permita tener un real contrapeso entre los poderes del Estado, porque actualmente existe un presidencialismo salvaje y un parlamento muy decaído en sus facultades. Para mayor desgracia, de los 140 parlamentarios no debe haber más de 45 ó 50 que tienen verdaderas capacidades para estar ahí. El resto… ¡es un gran error nuestro haberles entregado esa responsabilidad! No son personas preparadas y no les interesa prepararse”.
¿Y por qué están ahí, entonces?
 “Probablemente la gente vota por el candidato menos malo, pero con el sistema binominal no tiene una real opción de elegir. Además, creo que hay cierto conformismo con ese sistema. De una u otra manera, no se ha cambiado el binominal porque los que están en el poder, los que ya son parlamentarios, se aseguran de seguir otro período”.
Lograr el cambio de Constitución Política fue uno de los acuerdos del congreso ideológico de su partido. Por tanto, la mayoría está en esa postura. O sea, ya dejó de ser una diferencia…
 “En el congreso ideológico pasó algo que no imaginaron muchas de las personas que lo organizaron. Llegaron delegados de Arica a Punta Arenas, de militantes reales, los que pelean todos los días, caminan, van al trabajo, ganan poco y se movilizan en el Transantiago. Ellos estuvieron en las comisiones lo que determinó un vuelco. Cuando se leyeron los acuerdos de las comisiones, las caras de nuestros ministros y subsecretarios se veían desencajadas. No podían creer lo que pasaba. ¡Pero ése es el pueblo democratacristiano! Los acuerdos fueron muy buenos, pero todavía tengo mis dudas sobre cómo se van a llevar a la práctica. Hay un plazo de 90 días para sacar el documento final. Han hablado de ‘depuración’ de los acuerdos… Vamos a estar muy atentos de que sea una depuración gramatical, y no una depuración de los contenidos. ¡No se puede burlar la participación de la militancia!”.
Pero ya se violó uno de los acuerdos que era poner fin al lucro en la educación. La directiva de su partido aprobó el proyecto de nueva Loce, acordado entre el gobierno y la derecha, donde el problema del lucro ni siquiera se menciona.
 “El consejo nacional tomó ese acuerdo por mayoría. Hubo 6 ó 7 integrantes que lo aprobamos, pero con prevenciones que nadie supo que existían. Esas prevenciones fueron elaboradas por Hernán Bosselin, y allí hacíamos ver la necesidad de salvaguardar los acuerdos del congreso, justamente respecto al tema del lucro. Pero muy poca gente conoce ese aporte nuestro”.

TRANSANTIAGO: FORTALECIO A LA DERECHA

Usted, que se ubica a la Izquierda dentro de la DC, ¿no se siente mal junto a personas consideradas de la derecha del partido, como Adolfo Zaldívar y Hernán Bosselin, entre otros?
 “Trabajo habitualmente con Hernán Bosselin, porque formamos juntos una ONG que se llama Instituto Jorge Ahumada. Este instituto entregó las directrices más importantes para el reciente congreso ideológico. Nuestros fundamentos se orientan a tratar de introducir cambios fundamentales. Estamos por una nueva Constitución, por hacer cambios relevantes en el sistema económico, contra la concentración económica, promovemos la negociación colectiva por holding…”.
¿Y no por interempresa?
 “No, por holding. Esto significa, por ejemplo, que puedan negociar colectivamente, en conjunto, todos los trabajadores de los supermercados Líder y de otras empresas que también pertenecen a D&S”.
Entonces, decía que no se siente incómoda…
 “No me puedo sentir incómoda con gente que en la práctica y en los dichos está siendo audaz en relación al gobierno y a lo que es el partido en este momento, en cuanto a su institucionalidad y su orgánica dirigente”.
Se supone que ustedes representan alrededor del 30% de los votos partidarios, ¿es así?
 “En la última elección, donde fui candidata a vicepresidenta con Jaime Mulet -quien postuló a la presidencia-, se sacó un 26%. En el consejo nacional, algunas personas logramos tener una votación mucho más transversal y obtuvimos una votación que superó ese porcentaje. Salí elegida con la quinta mayoría nacional”.
Edgardo Boeninger declaró a “El Mercurio” que cualquier cambio en el modelo económico significaría el fin de la Concertación.
“Creo que el fin de la Concertación no tiene que ver con esto, sino con la probable pérdida del gobierno en dos años más. Pienso que eso va a sincerar algunas cosas. A mi juicio, lo único que nos une ahora es el poder. No hay nada consistente en común. Las puñaladas son de lado y lado. Lo que nos une es la historia y el afán de no perder el poder, nada más. Cualquier intento de salvar a la Concertación tendría que pasar por una refundación, con proyecciones de largo plazo sobre la sociedad que queremos”.
¿El futuro presidente de Chile podría ser de la Alianza?
“No tenemos para qué cerrar los ojos. Si somos objetivos, en este momento saldría elegido alguien de la Alianza. La votación de Santiago es primordial, y la mayor parte está molesta con la Concertación. El Transantiago es la guinda de la torta, pero la molestia tiene causas anteriores y tal vez más profundas. La gente ve un país que crece, que tiene carreteras, edificios inteligentes, malls por todas partes, pero siguen existiendo niveles importantes de pobreza. La pobreza de hoy es una pobreza marcada por las tarjetas de crédito. Las pulperías actuales se llaman Ripley o Fallabela. Muchas personas ni siquiera reciben sueldo, porque todo se va en pagar, y tienen que volver a endeudarse. Algunos se preguntan, ¿por qué se endeuda la gente? Simplemente, porque no tiene otra forma de acceder a un nivel de vida relativamente decente… en una sociedad que todos los días le muestra las maravillas del consumo”.

REFORMAS DEL MODELO ECONOMICO

Ustedes no están por reemplazar el modelo económico, sino por introducirle reformas. ¿Cuáles?
 “Primero, dar real poder de negociación a los trabajadores a través de la negociación por holding. Otro elemento fundamental es establecer una normativa que realmente brinde oportunidades a las pymes. El actual ministro de Hacienda ha hecho cuatro anuncios de paquetes de medidas ‘pro pyme’, pero ninguno ha resultado porque no están pensados para las pymes. Por ejemplo, a los únicos que favorecía la depreciación acelerada era a los grandes empresarios. Por eso fue rechazada en el Parlamento. Y así. Me inclino a pensar que hay un gran desconocimiento de la realidad”.
¿Tendría que haber más intervención del Estado a favor de un cierto equilibrio?
“Exactamente. Y hacer que algunos instrumentos, como el Sence, sirvan para lo que fueron creados. ¡Si el Sence lo ocupan solo las grandes empresas!”.
Adolfo Zaldívar acusó a la mesa directiva del PDC de estar ‘coludida con la corrupción’. ¿Comparte esa visión?
 “Yo no tengo pruebas para hacer esa afirmación. Eso sí, en los últimos gobiernos de la Concertación ha habido hechos de corrupción conocidos por todos, que no han sido debidamente sancionados. Y entre las personas involucradas, hay militantes democratacristianos. El caso de EFE es muy significativo, porque la cantidad de plata involucrada es abismante. Pero además, como el 95% de los medios de comunicación está en manos de la derecha, hay un interés premeditado de mostrar un país, no sólo que no camina, sino que es corrupto al máximo y con una inseguridad pública extrema. Es lo que va quedando en la mentalidad de la gente”.
En esta crisis Soledad Alvear ha llamado a Adolfo Zaldívar a “hacerse a un lado”. ¿Lo haría usted, dado el nivel de desacuerdos y cuestionamientos?
 “Siento que soy muy democratacristiana, y trato de vivir mi vida en forma consecuente. Y disintiendo de las actuales autoridades en muchas cosas, siento que no tengo por qué irme. Para mí siempre ha sido fundamental tratar de llegar a acuerdos, y lo voy a seguir haciendo hasta que Dios me dé vida. En cuanto a Adolfo Zaldívar, va a seguir el proceso interno defendiendo sus derechos y, si es preciso, dará los pasos legales que corresponda. Las bases y otros dirigentes coincidieron en el diagnóstico, decidieron mayoritariamente quedarse en el partido y dar la pelea adentro. Creo que la directiva se metió un autogol con Zaldívar. Quiso aquietar la situación, pero resultó al revés. Ahora Soledad Alvear trata de transmitir un mensaje de unidad, pero en cada intervención se muestra más beligerante. Hay polémica para rato”.

PATRICIA BRAVO
(Publicado en “Punto Final” Nº 653, 7 de diciembre de 2007)

 

 

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