Punto Final, Nº825 – Desde el 3 hasta el 16 de abril de 2015.
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SIMON BOLIVAR

 

En vísperas de la VII Cumbre Presidencial en Panamá, los países de América Latina y el Caribe vuelven la mirada a sus raíces históricas para fortalecer sus ideales y principios.
La vocación de independencia y dignidad de América Latina encara hoy las amenazas contra Venezuela. En la reunión de Panamá la posición latinoamericana y caribeña debe inspirarse en la altivez de nuestros próceres. El ejemplo más alto lo constituye el Libertador Simón Bolívar y es precisamente su patria la que recibe el embate imperialista, como ayer lo sufrieron Cuba, Chile o Panamá, víctima de una invasión norteamericana en 1989.
El ejemplo del Libertador Bolívar debe inspirar a los mandatarios. Simón Bolívar Palacios nació el 24 de julio de 1783 en Caracas. Su breve vida fue intensa y cargada de victorias y derrotas que le llevaron a calificarse a sí mismo como el “hombre de las dificultades”. Murió el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años, en Santa Marta, Colombia, rodeado por la soledad e ingratitud que el destino reserva a los héroes de la Humanidad.
Hijo de una familia de la aristocracia criolla, Bolívar quedó huérfano muy niño. Sus maestros fueron dos hombres excepcionales: Simón Rodríguez y Andrés Bello. El primero fue testigo -en el Monte Sacro de Roma- del juramento que hizo Bolívar de dedicar su vida a la independencia de América Latina. El fruto de su tenacidad y genio militar y político fue la independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Esa fragmentación de repúblicas no era su objetivo. Quería una América Latina unida, capaz de pesar en el mundo con voz propia.
Esa es la tarea que dejó inconclusa el Libertador. En años recientes, otros hombres continuaron su labor. El más destacado ha sido otro venezolano: Hugo Chávez, a cuya pasión e iniciativas se deben instrumentos de integración como Celac, Unasur, Petrocaribe, el Banco del Sur, etc.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, pretende cruzarse en el camino bolivariano y frustrar este esfuerzo de unidad. La Cumbre de Panamá debe notificarlo que su injerencia en Venezuela tiene que cesar. Si los mandatarios proceden de ese modo, se pondrán a la altura de la dignidad que les demandan nuestros libertadores.

PF

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 825, 3 de abril, 2015


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