Punto Final, Nº796 – Desde el 20 de diciembre de 2013 al 9 de enero de 2014.
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NELSON MANDELA

 

El día en que murió Nelson Mandela, el Partido Comunista de Sudáfrica decidió revelar un secreto que su organización había guardado durante décadas: “En su arresto, en agosto de 1962, Nelson Mandela no sólo era miembro del PC en la clandestinidad, sino que también era miembro del comité central de nuestro partido. Después de su salida de la cárcel en 1990, Madiba se convirtió en un gran y cercano amigo de los comunistas hasta sus últimos días”(1).
La afinidad de Mandela con el PC, su entrañable amistad con Fidel Castro y Cuba, su sintonía con los movimientos por la igualdad y la justicia en todo el mundo, siempre fueron evidentes. Pero muchos analistas occidentales intentaron ver en ello un interés meramente estratégico, pragmático y ocasional, motivado por las conveniencias de la política. Esta revelación póstuma muestra que no era así. Se trató de una relación movida por la convicción. Mandela no hubiera sido quien fue, si no hubiera recibido esta influencia.
Mandela negó explícitamente su afiliación al PC durante el juicio que le condenó en 1964: “Me dirijo ahora a mi propia posición. He negado que sea comunista, y creo que en estas circunstancias me veo obligado a indicar exactamente lo que son mis creencias políticas. Siempre me he considerado, en primer lugar, como un patriota africano”. Para el historiador Stephen Ellis al negar su militancia logró varias cosas: como abogado rebajó su condena a cadena perpetua, evitando su ejecución. Pero además pudo mantener a salvo el complejo vaso comunicante entre el Congreso Nacional Africano (CNA) y el PC, ya que este era un partido multirracial mayoritariamente blanco(2). Un lazo que se hizo mucho más estrecho luego de la masacre de Sharpeville, en 1960, que llevó a ambas organizaciones a fundar La Lanza de la Nación, como organización armada conjunta, pero que suponía grandes tensiones internas para el CNA.
Mandela lo explica así: “Me uní al CNA en 1944, y en mi juventud sostuve la opinión de que la política de admisión de los comunistas al CNA y la estrecha cooperación que existía en ese tiempo en temas específicos entre el CNA y el PC, conducirían a un debilitamiento de la noción de nacionalismo africano. En ese momento yo era un miembro de la Liga Juvenil del CNA, y este grupo se movía por la expulsión de los comunistas”. Pero este criterio estrictamente nacionalista cambió durante su paso por la universidad (ver págs. 26 y 27 de esta edición).
Si Mandela se hubiera mantenido como líder nacionalista, no se habría diferenciado de muchos otros anticolonialistas africanos. Pero su ideal de una nueva Sudáfrica multicolor era distinto. En su reciente declaración el PC sudafricano lo refleja muy claramente: “El PC apoyó la defensa de Madiba de la reconciliación nacional. Pero la reconciliación para él nunca tuvo la intención de evitar hablar de clase y otras desigualdades sociales en nuestra sociedad, como algunos quisieran hacernos creer hoy. Para él la reconciliación fue una plataforma para perseguir el objetivo de construir una sociedad más igualitaria, libre del flagelo del racismo, el patriarcado y desigualdades. Y la verdadera reconciliación nacional nunca se logra en una sociedad que todavía se caracteriza por la enorme brecha de las desigualdades y la explotación capitalista”.

ALVARO RAMIS

(1) Nelson Mandela was a member of our CC at the time of his arrest - SACP http://www.politicsweb.co.za/politicsweb/view/politicsweb/en/page71654?oid=473454&sn=Detail&pid=71616
(2) Mandela, communism, and South Africa. http://www.opendemocracy.net/stephen-ellis/mandela-communism-and-south-africa.

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 796, 20 de diciembre, 2013


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