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Humedal de Batuco en peligro de secarse
Humedal de Batuco, prácticamente sin agua.
El humedal de Batuco, en la provincia de Chacabuco, al norte de la Región Metropolitana, se está secando. Debido a la falta de protección legal ha padecido graves episodios de robo de agua y contaminación con residuos tóxicos provenientes de industrias cercanas. A fines de 2012, el latifundista Joaquín Achurra Larraín fue formalizado por el Ministerio Público como “autor del delito de usurpación de aguas”, que provocaron un irreparable daño ecológico al humedal. Organizaciones ecologistas y ciudadanas llevaban años denunciándolo. La Municipalidad de Lampa lo acusó en febrero de 2012. La falta de agua en el humedal provocó la muerte de numerosas especies y un gravísimo daño ecológico. Achurra Larraín sacaba agua del humedal para regar su fundo La Laguna. En enero de 2010 ya se había denunciado el daño ecológico ante el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), el Seremi de Agricultura, la Dirección General de Aguas (DGA) y el Consejo de Defensa del Estado (CDE).
Sin embargo, vecinos de la provincia de Chacabuco denuncian que el problema es mucho más serio y que ha sido ocultado por las autoridades.
El humedal de Batuco comprende 14.788 hectáreas. Administrativamente depende de las comunas de Til Til, Quilicura, Colina, Pudahuel y, principalmente, de Lampa. Es uno de los sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad de la Región Metropolitana. Alberga a más de setenta especies de aves, muchas de ellas en peligro de extinción, como el cisne de cuello negro, el pato gargantillo, la garza cuca, la becasina, el pato rinconero, el pato cuchara, el huairavillo, el nuco y la becasina pintada, entre otras. Es definido por especialistas como “el humedal natural más importante de la Región Metropolitana”. Posee una “alta concentración de avifauna acuática residente y migratoria”. También es hábitat de reptiles, como la culebra de cola corta y la de cola larga; anfibios, como el sapito de cuatro ojos; y mamíferos, como el zorro culpeo y el zorro chilla. En cuanto a flora, destaca la especie Amaranthus looseri, propia de Batuco.
Eduardo Acuña, microbiólogo e ingeniero ambiental, presidente de Batuco Sustentable, dice: “En la zona hay una serie de industrias: ‘todas cumplen con la ley’… Ahora, ¿qué significa eso? Es la gran duda. La normativa de residuos líquidos dice que se presente un certificado para saber cómo están los residuos, y dicen: ‘Contrate al laboratorio’. El laboratorio hace, por ejemplo, veinte mediciones. Si sale una buena, es la que presenta la empresa a las autoridades… Y así cumple con la ley”. Entre las principales amenazas para el humedal están los drenajes de la laguna para fines inmobiliarios e industriales, la caza ilegal, los crecientes problemas con la recepción de desechos domiciliarios e industriales, la construcción de diques, y la indiscriminada extracción de suelos y aguas subterráneas.
Un estudio de la Universidad de Santiago (Usach) advierte: “La presencia de especies en categoría de ‘vulnerables’, como la Porlieria chilensis (guayacán) y la Prosopis chilensis (algarrobo), y los endemismos locales como el Atriplex phillipi (cenizo) y el Amaranthus looseri, aumenta la importante necesidad de sumar mecanismos de acción que tiendan a la protección, recuperación y conservación de este humedal, único en su tipo en la Región Metropolitana”.
ROBO DEL AGUA
El humedal está compuesto por la laguna de Batuco y el tranque San Rafael. La Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional (Ramsar), de 1971, hizo patente la necesidad de conservar y utilizar racionalmente los humedales y sus recursos. “Pero se han entregado derechos al uso industrial y a la mega-agricultura, generando fuertes focos de conflicto”, señala Eduardo Acuña. “Se le nombró como sitio prioritario para la conservación de la naturaleza, sin embargo, en el año 2010, el director de Recursos lo eliminó como asunto prioritario… Además, encima del humedal de Batuco se instalaron empresas e industrias, y casi toda la diversidad de esa área desapareció”. Los humedales son “los últimos reservorios de agua en las zonas habitadas. No pueden seguir desapareciendo. No hay una planificación sustentable. Acá se prioriza el desarrollo inmobiliario por sobre la sustentabilidad de los ecosistemas. Se ha causado un daño crítico, como sacar al humedal de Batuco de la categoría de sitio prioritario de la Región Metropolitana, dejando a la deriva una laguna que defenderemos… Las autoridades parecen desconocer la importancia del acopio de agua en áreas que constituían el humedal, donde hoy existen conjuntos habitacionales como Valle Grande. Se han tomado decisiones de planos reguladores -en donde una raya son 250 metros-, en oficinas que jamás supieron de la riqueza ecológica del sector, y dan posibilidad a industrias peligrosas y contaminantes en la zona alta de Lampa, que abastece a las napas freáticas de una comuna que depende cien por ciento del agua de pozo. Lampa y Batuco consumen agua de pozo, que hoy reconocen contaminada con arsénico y otras sustancias tóxicas, y no sabemos cuánta agua tiene la cuenca. Nadie sabe cuánto durará el agua”.
Según el Consejo de Defensa del Estado, la laguna del humedal ha sufrido la desecación de un 80% de sus aguas, lo que ocasionó la desaparición de gran parte de la flora y fauna del lugar. El organismo resolvió presentar una querella por “usurpación de aguas”. La acción judicial fue dirigida contra el ingeniero agrónomo Servando Achurra y el ingeniero electricista Miguel Vargas. Se les acusó de “haber realizado acciones tendientes a apropiarse de las aguas de los afluentes del humedal de Batuco”. Achurra construyó drenes y canales que desvían las aguas hacia una piscina artificial. El agua habría sido bombeada hacia la propiedad de la Sociedad Inmobiliaria e Inversiones de Quilicura S.A., representada por Miguel Vargas, “para ser utilizada en riego, sin que tuvieran un título legal”. Para Birgit Steinmeyer, presidenta de la Agrupación de Mujeres Artesanas y Productoras Agrícolas de Lampa Chacabuco (Amapach), “el hábitat del humedal fue seriamente afectado, y el espejo de agua prácticamente desapareció. Los daños ambientales fueron constatados. Hubo diversas visitas de fiscalización. Pero el daño al humedal de Batuco ya se hizo, y multas o sanciones no lograrán revertirlo”.
RIQUEZA MEDIOAMBIENTAL
Un informe de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, de 2006, señala: “Lampa destaca por albergar casi la totalidad de la extensión del humedal de Batuco. En este contexto, la biodiversidad del sitio debe coexistir dentro de un sistema ecológico en el cual la actividad industrial y domiciliaria que se realiza en el sector puede constituir un factor de riesgo para el mantenimiento de sus condiciones naturales”. Según el informe, los humedales son importantes lugares de almacenamiento de material genético vegetal. Correspondiente con lo anterior, el humedal de Batuco es caracterizado por una “alta concentración de avifauna acuática residente y migratoria. En el sitio del humedal habitan más de cien especies de aves, representando aproximadamente el 25% de esa riqueza en Chile”. Con respecto a la flora, se observan 125 especies pertenecientes a 98 géneros y a 37 familias. El informe contabilizó 144 especies de vertebrados terrestres, con cuatro especies de anfibios, ocho de reptiles, quince de mamíferos y 117 de aves. Del total de especies, 25 tienen problemas de conservación (21,37%). “El humedal está rodeado por espinales, campos cultivados, industrias y poblaciones, manteniéndose un alto grado de intervención”, se agrega.
En Lampa hay fuerte aumento poblacional. La comuna creció de 17.834 habitantes en 1982 a 40.228 en 2002, según la municipalidad. Hay más de 150 industrias y Batuco es un centro urbano dentro del sitio prioritario Humedal de Batuco. “Lampa está al borde poniente del humedal. Hay zonas con parcelas de agrado y condominios. Hay cambios de uso del suelo de la noche a la mañana. Nuevas villas y poblaciones, permisos para industrias peligrosas y contaminantes. Eso es grave. Esta es una zona rural. Y Santiago sigue avanzando hacia el norte. Tenemos la oportunidad de hacerlo bien y no cometer los errores de Puente Alto o La Pintana. Pero ocurre que estamos convirtiendo a ciertas zonas en ghettos de pobreza y a otras en zonas de privilegio, con infraestructura pública. ¿Por qué Valle Grande está ubicada en una zona que pertenece al humedal de Batuco? ¿Qué esperaban que hubiese ahí? Hay agua con arsénico, evidentemente es una zona de relleno, de humedal, de suelo con sedimentos. Encuentras agua a un metro de profundidad. Las autoridades no midieron el riesgo. Construyeron para hacer negocios y dejaron que secaran el humedal. Pero no hay ningún responsable. Todos se lavan las manos. Hace rato que la Superintendencia de Servicios Sanitarios y la Seremi de Salud sabían que el agua tenía arsénico. Si se lo hubiesen dicho a la gente, probablemente nadie hubiese comprado propiedades”, señala Eduardo Acuña.
SED EMPRESARIAL
Cuando se incorporó la provincia de Chacabuco al Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), en 1997, se declaró el espejo de agua del humedal -la laguna de Batuco- y los sitios aledaños como una zona de preservación ecológica, Area de Valor Natural y Area Restringida o Excluida al Desarrollo Urbano. Pero luego se crearon las Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado (Zoduc), entendidas como territorios urbanizables -superiores a 300 hectáreas-, y pensadas como destino de sectores medios y acomodados. “Eso ha contribuido a alterar el hábitat y es la mayor amenaza a la diversidad biológica. Las autoridades han ido cambiando el uso de suelo, de áreas naturales, terrenos agrícolas a áreas urbanas; y se han reducido las áreas mínimas que requieren las especies para mantenerse y desarrollarse, y también se ha reducido la complejidad de los sistemas naturales y de las interacciones y flujos de energía y materiales que ocurren en ellos”, señala Birgit Steinmeyer.
Muchas zonas del humedal han sido sustituidas por suelos agrícolas o urbanos, y al mismo tiempo se han utilizado suelos de aptitud agrícola para emplazar villas y poblaciones. Una zona importante de “desarrollo inmobiliario” se ubica al sureste del humedal de Batuco, rodeado e invadido por condominios residenciales y zonas industriales, principalmente el Parque Industrial y Residencial Valle Grande. Autoridades e inmobiliarias apuestan a seguir construyendo zonas residenciales. “Con tantas viviendas también hay contaminación por aguas servidas y acumulación de basura. Sin contar que se han producido drenajes de la laguna para construir viviendas e industrias”, agrega Birgit Steinmeyer. Según el informe de la Universidad de Chile, desde 1998 hay mayor intervención en los sectores norponiente y nororiente de la laguna, mediante la construcción de pretiles y la canalización y profundización del desagüe natural. Empresas que usan arcilla como materia prima, drenan y disminuyen la profundidad del agua subterránea para extraer materiales para hacer ladrillos y baldosas. El espejo de agua y los terrenos de inundación relacionados con éste eran significativamente mayores hace diez años. Los impactos de los cambios en la cantidad de agua, y en especial su disminución, son varios: alteración de comunidades vegetacionales, alteración de biotopos y posible deterioro de ecosistemas locales. En la zona del humedal también se extraen áridos y existe una cantera extensa, en las cercanías de Lampa. Muy cerca de la laguna se encuentran industrias: una planta para elaboración de petcoke, dos empresas de cerámica, y la planta de aguas servidas. “Debido al denso sistema de canales existente alrededor de la laguna, la infiltración con elementos tóxicos parece probable”, advierte el informe.
Una extensa zona del humedal pertenece al fundo Laguna de Batuco, de Agrícola e Inversiones La Laguna de Batuco S.A. Son 1.041 hectáreas que abarcan los bordes de la laguna. La sociedad posee “merced de agua subterránea de ejercicio permanente y continuo para el riego de 184 hectáreas”. Así, continúa disminuyendo el agua por la inagotable sed empresarial
ARNALDO PEREZ GUERRA
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 787, 9 de agosto, 2013)
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