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Abogado de Galvarino Apablaza:
“Presión del pinochetismo
es escandalosa”
Autor: LENA MUÑOZ R.
En Buenos Aires
Para Rodolfo Néstor Yanzón (49, soltero, tres hijos), abogado de Galvarino Apablaza Guerra, todas las acciones y declaraciones de dirigentes políticos chilenos en contra del refugio político dado por Argentina a su defendido “no hacen más que constatar que en Chile no sólo no existen mínimas condiciones para que Apablaza pueda hacer valer sus derechos, sino que la política chilena y por ende sus instituciones, continúan encorsetadas en el esquema heredado del pinochetismo”. En conversación a fondo con “Punto Final”, Rodolfo Yanzón, reconocido abogado en las más emblemáticas causas por terrorismo de Estado en Argentina, no duda hacia dónde apuntar su dedo acusador. “No sólo la Constitución chilena y su legislación son incompatibles con el Estado de derecho, sino la prepotencia y arbitrariedad de los líderes que hoy, lamentablemente, forman parte del gobierno”, acusa Yanzón.
¿Por qué se dio refugio a Galvarino Apablaza, rechazando la extradición?
“La Comisión Nacional para los Refugiados, Conare, y el Acnur reconocieron el estatus de refugiado por la existencia de una persecución política en contra de Galvarino Apablaza Guerra. No es el primer caso en Argentina. Hay decenas de chilenos, muchos de ellos que pertenecieron al FPMR, que continúan en suelo argentino bajo la protección que otorga la Convención Internacional sobre los Refugiados.
La Conare no rechaza la extradición: eso es importante, porque su decisión no colisiona con la de la Corte Suprema, como malintencionadamente esgrimen ultraderechistas chilenos como Andrés Chadwick, sino que la complementa. Ha sido la misma Corte Suprema la que dijo que, de reconocerse el refugio, Argentina estaba obligada, por la Convención Internacional sobre los Refugiados, a no enviar a Chile a Apablaza. Y es lo que ha sucedido”.
¿Esperaba la reacción del gobierno y políticos chilenos ante la resolución de la Conare?
“De cómplices de una dictadura uno espera cualquier cosa. Lo que es lisa y llanamente miserable son los ‘escoltas’ de la Concertación que logró el pinochetismo. No tendrán un lugar en la lista de dirigentes valientes y comprometidos del pueblo chileno”.
¿Comparte la visión de que éste es el primer gobierno chileno que intenta aclarar el crimen de Jaime Guzmán?
“Este es el primer gobierno de Chile que utiliza el caso de Jaime Guzmán para decir equivocadamente que fue una violación a los derechos humanos -que sólo cometen los Estados-. Fundamentalmente lo hace su ala ultraderechista, el pinochetismo, responsable y cómplice de la tortura, desapariciones y asesinatos durante la dictadura, firmes defensores de los militares acusados por violaciones a los derechos humanos, y que insistirán con su idea de darles impunidad, para lo que necesitan una moneda de cambio como Apablaza Guerra.
Además, pretenden rediscutir la historia de Chile, en la que, para ellos, la única víctima fue Jaime Guzmán -en circunstancias de que fue uno de los victimarios-, y que el único victimario fue Apablaza, a quien insisten en desconocer como preso político y torturado durante la dictadura. Jaime Guzmán, al fin de cuentas, es la excusa para lograr impunidad para los militares, negar las decenas de miles de víctimas del pinochetismo y perseguir rabiosamente a los opositores a la dictadura”.
¿El contexto en que se debatió el refugio -con Enrique Villanueva Molina procesado también sin pruebas, con presos políticos mapuches en huelga de hambre-, ayudó al desenlace favorable a Apablaza?
“La situación de Villanueva no hace más que confirmar lo que hemos venido diciendo. No quieren ni necesitan pruebas, porque la presión del pinochetismo sobre la justicia es escandalosa. Ellos necesitan responsables, sí o sí, y como el respeto a las garantías judiciales no es uno de los fuertes del pinochetismo, ¿qué otra cosa se puede esperar que no sea la persecución? El ex vocero del FPMR, Vasily Carrillo, confirmó la versión de que ellos no tuvieron que ver, pero nadie la tiene en cuenta. Ese es otro dato. Se realzan las voces amigas del pinochetismo y se acallan las que no lo son”.
Prensa cómplice
¿A propósito, cuál ha sido el rol de la prensa de derecha, que en Chile es dominante?
“Los grandes medios, también cómplices con la tortura y la desaparición, sostuvieron el reclamo del pinochetismo. Ellos forman parte de ese equipo. No se puede esperar otra acción de su parte, como tampoco de un par de medios argentinos que, al igual que El Mercurio, ensalzaron en su momento las atrocidades de la dictadura militar, acallaron a sus víctimas y hoy quieren hacernos creer que son demócratas y legalistas. Por si ello fuera poco, son además socios comerciales e ideológicos de El Mercurio”.
Hace seis años este caso no tuvo repercusión en Argentina y hoy está muy presente. Incluso la oposición al gobierno lo ha tomado como bandera. ¿A qué se debe ese cambio?
“A muchas cosas, especialmente a la jugarreta de sectores del gobierno del presidente Piñera que se valió de las manifestaciones de una persona privada de libertad, como Mauricio Hernández Norambuena, para montar todo este circo. Si necesitan de lo que dice Hernández Norambuena, queda más en evidencia que no tienen ningún indicio de la relación entre Apablaza y los crímenes de los que se le acusa. Alguna oposición al gobierno argentino sale a cacarear sólo para disciplinarse con el socio de El Mercurio, que es Clarín. Son opositores de profesión, aunque bastante penosos, porque ni siquiera leyeron el fallo de la Corte Suprema y desconocen el contenido de la Convención sobre Refugiados. No merecen mucha atención”.
Los dirigentes de la UDI acusan al gobierno argentino de haber tomado esta decisión y utilizan todo tipo de epítetos contra la presidenta Fernández. ¿Qué puede aportar para esclarecer las cosas, qué es la Conare, cuánto peso tiene en el gobierno argentino?
“El pinochetismo deja una vez más en claro que no tiene ningún afán de justicia, sino de venganza. Están acostumbrados a manejarse con el látigo y a que, por miedo, se les obedezca. Esa es una clara herencia de la dictadura, que se traduce en la legislación que hasta hoy rige en Chile. Los epítetos de dirigentes como Andrés Chadwick dejan al desnudo el ánimo persecutorio que existe contra gente como Galvarino Apablaza. Y si de esa forma inadmisible y escandalosa quieren apretar a la primera mandataria argentina, imaginemos por un instante lo que pueden hacer sobre los jueces en Chile. Otra evidencia que deja este caso, es que hay gente que en Chile no puede esperar que se le respeten sus derechos.
La Comisión Nacional para los Refugiados es un órgano integrado por distintas oficinas del Estado argentino y por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para el Estatuto de los Refugiados. Resuelve a la luz de la Convención Internacional sobre Refugiados, como se hizo. La decisión de dar protección a Galvarino Apablaza se tomó en el marco de esa Convención y con la intervención de la ONU. La Conare sólo tiene peso para evaluar situaciones como las de Apablaza. Y sus decisiones deben ser respetadas, porque -de lo contrario- estaríamos desoyendo la legislación argentina y sobre todo la Convención Internacional”.
Cuando se leen los argumentos del informe de la Conare, publicados a pesar de ser confidenciales, parece que en Argentina prima otra lógica que en Chile. Se alude a derechos y garantías que en Chile no se toman en cuenta, como el fundado temor de Apablaza a volver a sufrir torturas. ¿Qué evaluación hace usted?
“En Chile conocen bastante la Convención sobre Refugiados, porque hay refugiados chilenos en varios países. Recuerdo ahora el caso de Ortiz Montenegro, en Suiza. El problema grave es que hay sectores que insisten en no cumplir los pactos internacionales, especialmente el sector pinochetista. Por otra parte, la publicación de los fundamentos de la Conare deja en claro que existió una acción ilegal, que atribuyo directamente al pinochetismo”.
Presiones del pinochetismo
¿Aporta algo la declaración de Hernández Norambuena?
“Jurídicamente, no aporta nada. Aunque refleja que no existe nada sustancial en ese proceso. Más allá del juez Mario Carroza, el caso no puede llegar a buen término con tanta presión del pinochetismo”.
¿En Argentina hubo presiones?
“Las hubo, como en cualquier caso en que intervienen sectores con poder. Pero nada para preocuparse. Estamos acostumbrados.
¿Qué opina del fallo de la Corte Suprema argentina, que ha sido el gran argumento de la derecha chilena y de la oposición argentina para descalificar el otorgamiento del refugio?
“No comparto sus apreciaciones sobre el carácter no político de los hechos. Mucho menos, que no se haya estudiado -como sí lo hizo en otros casos- la total ausencia de pruebas para relacionar a Apablaza con ambos hechos. Pero lo fundamental es que ha sido la misma Corte Suprema la que estableció que debía aguardarse el pronunciamiento de la Conare, porque de reconocerse el refugio, como finalmente sucedió, la extradición debía archivarse. La Corte dijo claramente: si se lo reconoce como refugiado, Argentina no puede enviar a Apablaza a Chile, porque es una obligación que se desprende de la Convención Internacional sobre Refugiados. Lo que no quieren entender los pinochetistas es eso: no hay contradicción, cada órgano decidió lo que le correspondía y la decisión de la Conare es de mayor importancia que la de la Corte, porque trata sobre la protección internacional de personas perseguidas.
Pero además hubo dos fallos judiciales extensos y contundentes a favor de Apablaza Guerra: que en Chile no había garantías de un debido proceso para Apablaza y que lo que hay es una clara persecución política. Me refiero a la fundamentada sentencia del (...)
(Este artículo se publicó completo en “Punto Final”, edición Nº 720, 15 de octubre, 2010)
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