Edición 712 - desde 26 de junio al 8 de julio de 2010
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Pymes sin acceso al mercado

Parientes pobres
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Autor: ARNALDO PEREZ GUERRA

 

PEDRO Davis Urzúa: los grandes controlan el mercado.

El terremoto del 27 de febrero afectó principalmente a las pymes, ya a mal traer por sucesivas crisis económicas y desiguales leyes del mercado que les impiden competir con los grandes consorcios. No despegan, ni lo harán dentro de las leyes del mercado, que frenan su producción, ventas y capacidad de generar empleo. Una primera evaluación tras el terremoto cifra las pérdidas de este sector en más de 5.000 millones de dólares. No se ve fácil su recuperación. En 2006, según el Instituto Nacional de Estadísticas, las pymes eran formalmente 83.347, con 1.208.767 trabajadores, equivalentes al 38% del empleo nacional. Pero la realidad es otra: son un millón y medio de pequeñas y medianas empresas, formales e informales, que generan el 80% o más del empleo. Así y todo, sólo un 3,7% exporta. “Estamos fuera del modelo. Nuestro gran obstáculo para el desarrollo o supervivencia está en la pérdida de mercado, que nos ha sido arrebatado por los grandes consorcios. Venimos perdiendo mercado gradual y sistemáticamente, lo que amenaza nuestro futuro”, dice Pedro Davis Urzúa, presidente de Conupia (Confederación Nacional Unida de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y Artesanado), organización gremial nacida en 1966. Davis es ingeniero comercial y posee una microempresa de señalización para el transporte, colegios y oficinas. Emplea a tres personas, y contrata trabajadores temporales “cuando hay más demanda”, dice.

 

Mientras las grandes empresas expanden negocios y acrecientan ganancias pero no crean empleos, las pymes se debilitan, reducen sus ventas, su trabajo se estanca y aumenta la desigualdad en el país. “Es el sistema”, dice Davis, quien ha representado al gremio en la discusión del financiamiento de la reconstrucción. “El 85% de la micro y pequeña empresa tiene un ingreso de hasta cuatro sueldos mínimos -660.000 pesos-. Este bajo ingreso explica porqué no hay capacidad de ahorro y, por tanto, de inversión. Nos parece bien que del presupuesto de las FF.AA., que proviene directamente del 10% de las ventas de Codelco, para los años 2011 y 2012 se destinen 300 millones de dólares cada año -incluso podría ser más- a la reconstrucción. Pero, hasta ahora, no se ha hecho nada a favor de que las pymes accedan al mercado, a financiamiento y a un fomento productivo eficaz”, agrega.
¿Cuales son los objetivos de la Conupia?
“Ser portavoz válido de un amplio espectro empresarial: micro, pequeños y medianos empresarios, industriales de servicios y artesanos, muchos de los cuales son trabajadores por cuenta propia. Somos quizás la organización gremial más amplia en cobertura del pequeño empresariado. Somos un sector muy golpeado por el modelo económico. Nuestro objetivo es representar al sector ante las autoridades en lo que respecta a la generación de políticas públicas y conseguir un tratamiento de la autoridad que permita desenvolvernos de mejor forma. Y apoyamos a nuestros asociados para resolver problemas prácticos, del día a día. La micro y pequeña empresa es considerada como una unidad económica que genera empleo, pero nadie se preocupa de si es trabajo digno y decente, bien remunerado y estable”.
¿Qué ocurre con las microempresas informales?
“Las pymes emplean a 5 millones 600 mil trabajadores. Sin embargo, unas 800.000 unidades productivas son informales, porque el mercado las obligó a esa informalidad. Surgen microempresas por el desempleo en el sector público y privado, los ex trabajadores asalariados se convierten en ‘microempresarios’. No tienen otra opción. No lo hacen por vocación empresarial o porque vean una oportunidad para generar nuevos productos o servicios, sino para sobrevivir. Por tanto, son emprendimientos de baja calidad desde su origen. Un trabajador despedido recibe la indemnización, abre una ventana en su casa e instala un almacén. El emprendimiento le dura hasta que se come la mercadería o empieza a liquidarla. La mayoría termina como comerciante ambulante o en ‘las colas’ de las ferias”.
¿Qué representan las pymes en la economía nacional?
“Al año 2000 representábamos el 33% de las ventas. De cada 100 pesos, 33 lo vendían la micro y pequeña empresa. Al año 2008, representábamos sólo el 17%, a pesar que los gobiernos de la Concertación multiplicaron por 5 el gasto en el sector. Y digo gasto porque en realidad esa plata se gastó; no fue una inversión y no dio ningún resultado productivo. Unas 6.000 empresas se llevan el 80% del producto, y un millón y medio, apenas el 17%. La desigualdad es demasiada”.
¿A qué se debe la baja en la participación?
“A que las pymes no tienen acceso al mercado. No podemos competir en esta economía globalizada y concentradora. ¿Cómo un subcontratista de la construcción va a ser competitivo cuando paga por el cemento 30 ó 40% más que una gran empresa? Eso sucede a diario”.
¿Cuál es el quid: acceso al mercado o al crédito?
“Al mercado. No accedemos porque no hay un mercado libre. Es un monopolio. Es libre en la teoría, pero en realidad es manejado por unas pocas empresas que dominan los precios de los insumos. Por ejemplo, si produzco alimentos, ¿a quién debo vender? A las cadenas de supermercados, y ¿a qué precio? Al que ellas quieran pagar… El pequeño productor está obligado a funcionar en esas condiciones. Los grandes tienen economías de escala, acceso a tecnología e información, profesionales calificados. Hay una asimetría enorme en el mercado.
Supongamos que vendo un producto que no tienen otros. ¿Cómo me financio? El banco no presta dinero, no se es ‘confiable’ para la banca. ¿Cómo compro tecnología? ¿Cómo me capacito? Hay un conjunto de barreras que impiden aprovechar las oportunidades para crecer. Esto se debe a una serie de causas estructurales de la economía, hecha para grandes grupos empresariales”.
¿Cuál es la participación de las pymes en la economía?
“Mucho menos que el 17%. Ni siquiera hay estadísticas. No se mide en cuánto participan las pymes en el PIB. En las exportaciones, si sacamos a la mediana empresa, la participación de la micro y pequeña empresa es menos del 0,5%... Las empresas que venden menos de 500 millones anuales -la mayoría-, participan en menos del 0,5 de las exportaciones.
Cuando nos hablan de tratados de libre comercio, mercado globalizado, etc., para nosotros es pobreza y miseria globalizada. El 20% de los microempresarios es pobre o indigente. Se considera microempresario a todo el que no recibe un salario pero que tiene un ingreso. Los coleros y vendedores ambulantes son ‘microempresarios’ y la mayoría tiene un ingreso mensual menor al de trabajadores con contrato. Cuando se habla del ingreso ético mensual para los trabajadores, en el caso de los pequeños empresarios eso no existe. La mayoría de todos los microempresarios quedan fuera de los beneficios estatales”.

Socialismo con pymes

¿Y antes del 73 cuál era la participación de las pymes?
“Mejor, era de un 40%. Pero no vayamos tan lejos. Al 2000 teníamos 33%, pero se abrió la economía, dejaron instalarse capitales extranjeros, comenzaron las importaciones libres de impuestos, se firmaron tratados de libre comercio y se destruyó la industria nacional”.
¿Los micro y pequeños empresarios son partidarios de la misma economía de mercado que defienden los grandes empresarios?
“De ninguna manera. No nos conviene la economía de mercado. En todo el mundo se entiende que el Estado tiene un papel cada vez más importante en la economía. También que debe regular de alguna manera la competencia. Creo que las industrias estratégicas debieran ser estatales. Por un problema muy sencillo: ya lo vimos con el terremoto. ¿Dónde estuvo la eficiencia de las grandes empresas de telecomunicaciones que nos dejaron desconectados? Lo mismo sucedió con las empresas de agua, luz y gas y las grandes cadenas de retail”.
¿Podrían las pymes participar en un proyecto socialista para Chile?
“Por supuesto. Hay actividades propias de las grandes unidades productivas y otras que incumben a las micro unidades productivas. Es cosa de revisar las experiencias socialistas. Tuvieron o tienen formas de producción de medianas, pequeñas y microempresas. Vietnam es uno de los más avanzados en esto. Cuba está institucionalizando los ‘paladares’ -restoranes en las casas-, permitiendo taxis privados, y un conjunto de otras actividades. Su agricultura campesina es realizada por pequeños y micro empresarios. Sería inconcebible una economía socialista preocupada de taxis, vulcanizaciones o amasanderías. El gobierno de la Unidad Popular se propuso crear 91 empresas del área social, el resto mixto y privado. Como nuestro mercado principal es el nacional, cubrimos las necesidades de los sectores de menores ingresos. Somos el potencial del desarrollo futuro de la economía y sería muy posible un proyecto socialista. Potenciaría a la micro, pequeña y mediana empresa. Yo diría (…)

 

(Este artículo se publicó completo en “Punto Final”, edición Nº 712, 25 de junio, 2010)
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