Edición 661 - Desde el 2 al 16 de mayo de 2008
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Isabel Allende:

“Soy más concertacionista
que Camilo Escalona”


Fallaron los pronósticos de elecciones “peleadas” en el Partido Socialista para elegir, el pasado 27 de abril, a noventa miembros del comité central que, a la vez, deberán elegir una nueva mesa directiva. Luego de una campaña que se caracterizó por una fuerte confrontación entre oficialismo y disidencia, se esperaba una votación con estrechos márgenes de diferencia. Ocurrió lo contrario. El tercer cómputo del tribunal supremo del PS, con 31.929 votos escrutados, reafirmaba un contundente triunfo para la lista liderada por el presidente de la colectividad, Camilo Escalona, con 60% de las preferencias. La lista Las Grandes Alamedas, encabezada por la diputada Isabel Allende, tenía el 28% de los votos, menos que en la elección de hace dos años (38%). Las otras dos listas, Movimiento Amplio Socialista, con el senador Alejandro Navarro, y Mesa de Izquierda, Socialistas como Allende, liderada por Carlos Moya y Carmen Lazo, obtenían 7% y 6%, respectivamente. Camilo Escalona concentraba la mayor votación individual.
El conteo de votos resultó lento debido a que el número de votantes fue mayor que el esperado y se usaron métodos artesanales. La diputada Isabel Allende Bussi, hija del ex presidente Salvador Allende, integra el actual comité central y la comisión política del PS. Fue vicepresidenta del partido entre 1992 y 1994, y también lo presidió por un breve lapso. Cuatro veces consecutivas ha sido elegida diputada y presidió la Cámara de Diputados de 2003 a 2004. Ahora, por la lista Las Grandes Alamedas, tanto ella como el senador Carlos Ominami postulaban a la presidencia del PS.
Al momento de esta entrevista, Isabel Allende pensaba que los resultados finales acortarían la brecha y que Las Grandes Alamedas tendría 36 miembros en el nuevo comité central (más del 30% de éste), lo que les permitiría contar con tres de los suyos en la mesa directiva que se conformará el 17 de mayo.
Camilo Escalona dijo que se formará una mesa integrada.
“No es ninguna concesión. Es una obligación trabajar con todas las listas que elijan al menos 12% de los miembros del comité central. Por primera vez en estos dos años se trabajará de manera integrada. Si algo le hace bien a un partido es aprender a trabajar con más democracia, más participación, más legitimidad y representación. Ahora forzosamente deberán considerar la opinión de Las Grandes Alamedas, de Alejandro Navarro, Carlos Moya y Carmen Lazo, que representan a sectores alternativos”.
 
“ENORMES” DIFERENCIAS
 
En una mesa integrada costará más llegar a acuerdos, dado el nivel de confrontación y diferencias actuales.
“No, es falso. Lo usaron mucho en la campaña, y aparentemente rindió efectos. En el congreso del Partido Socialista, el voto político fue unánime. El primer punto fue apoyo total a la presidenta Michelle Bachelet, reconociendo que si no tiene éxito o no le va bien, hay que olvidarse del 2009. Segundo: la Concertación sigue siendo nuestra alianza estratégica, aunque hay que renovarla, fortalecerla, ampliarla y potenciarla para el futuro. Tercero: esperamos alguna vez tener una Constitución democrática. Cuarto: acuerdo instrumental con los partidos Comunista y Humanista para la elección municipal, ojalá en una veintena de municipios, como una forma de terminar con la exclusión. Todo, con aprobación unánime. Entonces, ¿dónde están las ‘enormes’ diferencias?”.
¿Cómo responde usted esa pregunta?
“Nuestra crítica tiene dos contenidos. En lo interno, cuestionamos una dirección que segregó y actuó en forma excluyente, que pasaba la máquina como mayoría y que no creó espacios de reflexión. Nosotros pensamos, sobre todo los parlamentarios, que uno vota con más convicción cuando se tiene un espacio de reflexión que lleva al convencimiento, y no cuando acata una imposición. Además criticamos que el PS se haya convertido en un partido silencioso, con poca voz, sin presencia en los grandes temas. Se discute bajar o no el IVA, y quien aparece teniendo opinión es Soledad Alvear. Suben los precios de las Isapres casi en 15%, ¿y quién sacó la voz? Soledad Alvear.
Pensamos que hay que poner más énfasis en lo social y avanzar en reformas laborales. Este país tiene tremendas desigualdades, bajos salarios, mucho trabajo informal, poco respeto al fuero sindical, violaciones flagrantes a la escasa normativa laboral. Hay que extender la negociación colectiva. Esos son los temas que hay que proponer, y estamos seguros que el partido está de acuerdo. La diferencia es que no se han propuesto, que no se ve al presidente del partido, ni a la mesa, sacando la voz por estos temas.
En definitiva, no veo drama. El partido tiene una gran oportunidad. Aprendamos a trabajar juntos, a respetar y entender que no se pueden levantar falsas divisiones. El partido no se va a tensionar sin ningún sentido”.
 
LEALTAD CON LA PRESIDENTA
 
Al comentar los resultados de esta elección, Camilo Escalona reiteró que en el PS ganó la lealtad a la presidenta Bachelet.
“Eso le ha rendido mucho en términos electorales. Yo lo encuentro muy injusto y más de alguna vez me he sentido ofendida. ¿Con qué derecho puede decir que es más leal que yo? ¡Que me dé un ejemplo donde yo no haya votado a favor del gobierno! Incluso lo he hecho con proyectos que no me satisfacían. Siento enorme cariño por la presidenta, gran lealtad y compromiso. Soy concertacionista, más concertacionista en mi origen que Camilo Escalona, porque el almeydismo se sumó bastante después y yo vengo del sector renovado que formó la Alianza Democrática, la verdadera raíz de lo que después sería la Concertación. No veo por dónde me pueden decir que tengo menos lealtad. Más allá de que sea un argumento electoral, creo honestamente que el Partido Socialista entero está detrás de la presidenta de la República. Otra cosa es que digamos que ser leal no significa tapar lo que se ha hecho mal. Hay que reconocer y corregir lo que está mal. No queremos Cureptos ni focos de corrupción -que afortunadamente se están investigando en los tribunales de justicia-. Si algo anda mal, hay que decirlo. El Transantiago fue un desastre, aunque por cierto era necesario hacer un cambio en el transporte público.
Pienso que lealtad es escuchar. El Partido Socialista tiene que aprender a escuchar lo que pasa en la sociedad, está muy encerrado en sí mismo. Hace poco, junto a otros diputados de la Concertación, nos reunimos con el presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Cristián Cuevas. Y dijimos que Codelco tiene que respetar la ley. Si hubo un dictamen de la Dirección del Trabajo señalando que tenía que contratar a trabajadores subcontratados, tiene que hacerlo. Y también dijimos que hay que constituir una mesa de diálogo lo antes posible. Si no, seguiremos con un paro que le cuesta muchos millones de dólares a Chile. Eso, lejos de ser deslealtad, es contribuir a un mayor éxito del gobierno”.
 
Codelco se lava
las manos
 
El presidente de su partido planteó que Codelco se debía integrar a una mesa de diálogo con los trabajadores subcontratados y las empresas contratistas. Pero no pasó nada. ¿Le faltó al PS mayor fuerza para presionar?
“Tal vez pudo haber levantado más la voz y haber sido más fuerte. Por ejemplo, la conferencia de prensa que dimos junto a Cristián Cuevas la pudo haber hecho la dirección del partido”.
Codelco negoció el año pasado con los trabajadores subcontratados y ahora echó pie atrás, desconociendo los acuerdos y negando el diálogo, seguramente por presión de las empresas privadas mineras.
“Claro, Codelco se está lavando las manos, porque firmó el acuerdo marco. En el partido ha faltado voz, fuerza y temas de reflexión más de futuro, porque parece que toda la energía se agota en los dos años de gobierno que nos restan. Por cierto, vamos a acompañar a la presidenta hasta el último día y con lealtad. Pero hay que pensar más allá”.
¿Por ejemplo?
“El Partido Socialista no se está planteando sobre el tema energético, entre otras cosas, si aprueba o no el desarrollo de energía nuclear. Tampoco sobre lo que ha pasado con la industria salmonera, que a mí me parece asqueroso. Digamos la verdad: el afán de lucrar de unos cuantos empresarios los llevó a instalar un negocio tan intensivo y tan despreocupado desde el punto de vista medioambiental que ha producido una tragedia. Un virus atacó a los salmones y ahora están echando a mil trabajadores. Quieren irse a otra zona, después de haber dejado contaminada la Región de Los Lagos. ¿Dónde estuvo la voz del partido? ¡Y tenemos una ministra socialista en la cartera de Medio Ambiente! Este problema grafica que necesitamos más Estado, un Estado que fiscalice, regule, sea más eficiente y tenga una política más clara.
Eso echamos de menos en el partido. Por tanto, si vamos a estar integrados a la dirección, esperamos sacar más la voz, como institución. Uno elije al presidente del partido, que es la autoridad máxima, para que aparezca hablando de las Isapres, del medioambiente, de Codelco y de todos los temas todos los días. Esta dirección no ha hecho una política nacional, y menos de largo plazo”.
Durante el gobierno de Ricardo Lagos, el PS también tuvo una actitud pasiva y obsecuente. ¿Por qué no se criticó entonces?
“Hace rato que el partido no está potenciando toda su energía. Es un partido que por tradición y definición tiene conciencia crítica e inconformismo frente a la injusticia, ¡y estamos en una sociedad con tremendas diferencias! Me parece que esto se ha hecho más evidente ahora, porque la posición de Camilo Escalona es simplemente que no se puede levantar la voz”.

ACARREO CON CAMAS Y PETACAS
 
Con las críticas que ustedes hacen al sector de Escalona, ¿cómo se explica el amplio respaldo que obtuvo?
“Tengo algunas hipótesis. Primero, me parece que manipularon bien el discurso sobre la mayor o menor lealtad con la presidenta. Esto puede haber prendido en la militancia. Segundo, en la elección pasada no nos tomaron muy en serio, nos vaticinaban alrededor del 20% en el comité central, y sacamos 38%. Esta vez, como vieron que Las Grandes Alamedas se ha desarrollado, se lo tomaron en serio al punto que se la jugaron por entero. Reconozco que tienen una gran capacidad de organización y de acarreo. Yo voté en Puente Alto y vi una fila de buses amarillos de transporte escolar que llegaban con gente, creo que fueron a buscarla hasta a sus camas.
La tercera razón es que hay un contingente importante de funcionarios públicos en el partido y, quiéranlo reconocer o no, han ejercido una cierta presión. Digo esto con respeto y moderación… Esta dirección surgió hace dos años, cuando venía asumiendo Michelle Bachelet, y pusieron a mucha gente de seremis, gobernadores, intendentes, en esto y lo otro. Como hemos dicho nosotros, votar por Las Grandes Alamedas era casi heroico, porque es seguro que nuestros votantes no van a agarrar pega. El único de Las Alamedas con un puesto alto es Arturo Barrios, subsecretario de Cultura.
Está claro que Camilo Escalona tiene capacidad de convocar, pero también se preocuparon más que en la elección anterior. Sin embargo, yo estuve por lo menos en ocho regiones durante la campaña y sentí la molestia de la gente. Muchos militantes se sienten desconectados, poco acompañados, en un partido con poca voz. Lo decían con mucho malestar.
Además, la convivencia interna se ha enrarecido. Yo llego a un lugar y convoco a la militancia sin apellido, pero normalmente llegan los ‘tuyos’. Ya no hay convivencias amplias. Veo un comportamiento, una disciplina, un cierto ordenamiento que tiene más de fracción que de corriente de pensamiento”.
Esto hace más evidente la necesidad de cambios en la forma de hacer política.
“Totalmente. Nuestros partidos están tocando fondo, hemos llegado al grado de mayor desprestigio, cansancio y lejanía. Detrás de esto hay también algo más profundo, desigualdades que provocan irritación. Por otro lado, también es difícil para un partido actuar en un régimen tan presidencialista, con un sistema binominal excluyente. Considero que nuestro pueblo es muy generoso, pero en cierto nivel hay resentimiento e irritación”
 
PATRICIA BRAVO

 

(Publicado en “Punto Final” Nº 661, 2 de mayo, 2008)