Observatorio Político
El gran golpe
de Escalona
Autor: MANUEL SALAZAR SALVO
El categórico triunfo del senador Camilo Escalona y de las tendencias que lo apoyaron en la elección del nuevo comité central del Partido Socialista, coincidió con una nueva ofensiva de la derecha, del empresariado e incluso de sectores del propio gobierno para desestabilizar a uno de sus hombres más cercanos, Osvaldo Andrade, que al frente del Ministerio del Trabajo ha mantenido una actitud de defensa de los derechos de los trabajadores y, en particular, de los subcontratistas de Codelco.
En las semanas previas a los comicios socialistas, se sucedió una oleada de denuncias que -programadamente o no- apuntaron hacia funcionarios cercanos al actual presidente del PS, en claro afán de salpicarlo con las pestilencias de la corrupción y disminuir sus posibilidades de triunfo en su partido.
No es que sorprenda la desprolijidad o falta de decoro -por decirlo suavemente- de algunos funcionarios afanados en llenarse los bolsillos y en obtener más prebendas y granjerías. Lo que llama la atención es el anonimato de las fuentes que hicieron las denuncias, la receptividad instantánea de los medios y la coordinación casi perfecta con el tramo más caliente de la campaña interna en el PS.
Los dardos apuntaron a Karina Talcán, una ex colaboradora de Escalona; a Elinet Wolff, titular de la Subsecretaría de Transportes; y a Eduardo Núñez Morales, miembro de la avanzada presidencial quien destacó en la pasada campaña senatorial de Escalona.
Desde El Mercurio, principalmente, los ataques se dirigieron también hacia colaboradores de Escalona que cumplían funciones a honorarios en el Registro Civil, sacudido por recientes escándalos.
Es verdad que las torpezas y deslices han sido inexcusables, pero también es conocido cómo se “siembran” rumores y noticias parciales a través de algunas es-púreas relaciones entre la política y el periodismo. Bastaría recordar la operación montada por Ricardo Claro para sacar a Sebastián Piñera de la carrera presidencial; y la emprendida por anónimos personajes para intentar subsumir al senador Jovino Novoa en las cloacas de las aberraciones sexuales.
Casi todos los que se dedican a la política saben que se debe tener cuero de elefante y que no valen lamentos y lloriqueos. No obstante, otra cosa es fomentar la denuncia anónima y el ataque aleve. Para que la actividad política rescate su prestigio y entusiasme a la ciudadanía, deben abandonarla los ladrones y corruptos, pero también los enmascarados e intrigantes.
Sin embargo, como tampoco se trata de proteger a los frescos e irresponsables, parece necesario avanzar hacia mayor trans-parencia en las funciones gubernamentales. El “gobierno transparente” debe incluir más datos sobre el personal de planta, a contrata y a honorarios de la administración pública. No basta que al personal a contrata, por ejemplo, se le identifique como “profesional”, “técnico”, “administrativo” o “auxiliar”; es necesario que se especifique su profesión u oficio, y sus funciones. También sería importante conocer su RUT y si poseen militancia política.
Sería deseable que se abrieran a través de Internet los registros de los partidos en el Servel y algunos datos del Registro Civil como los certificados de na-cimiento, de matrimonio y de antecedentes. Parece válido que la ciudadanía pueda saber quiénes son militantes de partidos y qué funciones cumplen en la administración del Estado. ¿Por qué ocultarlo? Se dice que los políticos sólo se preocupan de ayudarse a sí mismos, a sus parientes, amigos y correligionarios. ¿Será cierto? Para desmentirlo, basta con transparentar algunos registros que permanecen en la más tranquila penumbra.
ELECCIONES EN EL PS
La amplia victoria de Camilo Escalona y sus aliados en el PS, podría ser determinante para lanzar la candidatura presidencial de José Miguel Insulza. El secretario general de la OEA llega el 5 de mayo y sus partidarios han programado una intensa agenda de actividades que tienen como propósito aceitar sus vínculos con todas las tendencias del PS. Es decir, aglutinar fuerzas para una proclamación formal y empezar a conformar los equipos para las elecciones que se acercan.
Entretanto, desde un sector de la derecha se ha levantado una campaña de apoyo a las gestiones de Andrés Velasco, en Hacienda; José Pablo Arellano, en Codelco; José de Gregorio, en el Banco Central; y René Cortázar, en Transportes. Todos son enclaves del neoliberalismo en el gobierno de la presidenta Bachelet. Aparentemente, los conglomerados empresariales temen que frente a los problemas económicos que se están registrando, el gobierno gire el timón para intervenir en el mercado. Las elecciones en el PS respaldaron fuertemente las posiciones de Escalona y del ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, en tanto desde la De-mocracia Cristiana crecen las críticas a Velasco y De Gregorio, principalmente. El ex presidente Eduardo Frei, sin ir más lejos, afirmó que “a lo mejor llegó el momento de discutir el tema tributario en Chile”.
La irreductible alza del petróleo y de algunos alimentos (ver págs. 10 y 11), así como la permanente inquietud por el débil flanco de la energía, junto al aumento de algunas demandas sociales, complicará el “segundo tiempo” de Michelle Bachelet. Los primeros balbuceos de nuevas protestas estudiantiles, las falencias en Salud, los reclamos de los empleados públicos, la movilización de los subcontratistas del cobre y los ya cotidianos escándalos en el gobierno, sumados al inicio de la campaña municipal, agitará el clima político obligando a la mandataria a tomar decisiones que ha venido postergando, tratando de equilibrarse en una cuerda que ya amenaza cortarse.
Las próximas semanas se avizoran tan--to o más complicadas que los días cuando arreciaban los cuestionamientos al Transantiago -que sigue sin funcionar como debiera-, pero que ya no provoca interés a los editores de los noticieros de la TV. Los problemas serán más acuciantes, pues tanto empresarios como trabajadores están sintiendo con más fuerza las réplicas de la crisis internacional. Los precios de los alimentos siguen disparándose y el dinero alcanza cada día menos. Muy pronto, productos esenciales como cereales, carne, pan, leche y algunas verduras, no podrán seguir siendo componentes de la dieta alimenticia de la mayoría de los chilenos.
LAS NUEVAS REALIDADES
El gobierno de la presidenta Bachelet deberá bregar arduamente para concluir con decoro su mandato, pero la Concertación tiene desafíos mayores como son ganar los comicios municipales de octubre y concordar un programa y un candidato para seguir en La Moneda. En este desafío el conglomerado deberá tomar varias decisiones no menores. Una será decidirse entre intentar mantener la escasa diferencia de votos que le ha llevado al gobierno en las últimas dos elecciones o intentar ampliar su base de apoyo, sumando a independientes y sellando acuerdos con el Partido Comunista y otras fuerzas de Izquierda.
El futuro de la Concertación pasa por decidir si sigue comportándose como una familia en cuyo seno se han anidado demasiados rencores, o transformarse en una fuerza social que incorpore vastos sectores que hasta ahora no tienen cabida ni opinión en la construcción del país.
Existen suficientes datos que indican que la ciudadanía está pidiendo un nuevo proyecto para nuevas realidades. Las demandas son las libertades públicas, el trabajo, la seguridad social, la educación y salud, las fuentes energéticas, la honestidad y transparencia, la seguridad alimenticia, el cuidado de los recursos naturales, la protección de los niños y ancianos, el buen uso del tiempo libre, la incorporación masiva de nuevas tecnologías, el mejoramiento de las viviendas y entornos urbanos. Las promesas de siempre ya no bastan; tampoco será suficiente que el candidato o candidata presidencial se elija según dictaminen las encuestas, en una especie de concurso de popularidad propio de los programas de la farándula.
En los últimos 18 años no ha surgido ninguna otra opción política suficientemente representativa para amagar las posibilidades de la Concertación de Partidos por la Democracia o de la Alianza por Chile. Sin embargo, cada vez son más los ciudadanos que se distancian de ambos conglomerados, cansados de estrellarse una y otra vez con los intereses corporativos de los partidos que los integran.
Para que los partidos y la democracia se fortalezcan no basta con (....)
(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 661 de PF, 2 de mayo, 2008. ¡!Suscríbase a Punto Final!!) |