Junto con un mensaje a los soldados de América Latina
Chávez rinde
homenaje a
Salvador Allende
Un emotivo homenaje al presidente Salvador Allende rindió el mandatario venezolano, Hugo Chávez, el pasado 12 de abril. Ante una asamblea de intelectuales y artistas de América Latina y España, reunida en el Hotel Alba Caracas (ex Caracas Hilton), Chávez elogió el valor del presidente chileno que en el momento decisivo del 11 de septiembre de 1973, empuñó un fusil para defender el imperio de la Constitución y las leyes.
El presidente venezolano -que encabeza una revolución que marcha hacia el socialismo- formuló también un llamado a la Izquierda latinoamericana para no excluir a los soldados de sus proyectos políticos de justicia y cambio sociales. Sostuvo que en las fuerzas armadas latinoamericanas hay muchos soldados y oficiales que pueden ser ganados para la causa democrática y popular. Asimismo, Chávez refutó la tesis del “antipoder”, que hoy levantan algunos intelectuales europeos. Al respecto sostuvo que se requiere levantar una propuesta de poder diferente al poder burgués, o tomar aquel poder para cambiarlo y reorientar su rumbo al servicio de los pobres y ex-cluidos.
Al día siguiente, el presidente Chávez habló ante varios cientos de miles de sus partidarios que repletaban toda la Avenida Urdaneta desde el Palacio de Miraflores, donde se instaló la tribuna central. Este acto de masas recordaba el sexto aniversario del golpe de Estado de 2002, que fue derrotado en menos de 48 horas gracias a la enérgica movilización del pueblo y las tropas leales al presidente constitucional de Venezuela.
El encuentro “Armados de ideas. Intelectuales y artistas por la paz y la soberanía en América Latina” estuvo presidido por los ministros de Cultura de Venezuela, Francisco Sesto, y de Cuba, Abel Prieto. En la sesión inaugural dictó una conferencia el ex vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, José Vicente Rangel. Con su tema “Revolución, paz y soberanía”, abordó una amplia visión del proceso venezolano y de los desafíos que se encaran por la constante agresión del Imperio norteamericano. Rangel recordó los momentos vividos junto al presidente Chávez la noche del 11 de abril de 2002 en Miraflores. Más tarde el propio Chávez se encargaría de complementar ese relato y de elogiar la valerosa actitud de Rangel -que comparó con el coraje de Salvador Allende- en esos momentos de extrema tensión en el palacio de gobierno antes que él decidiera entregarse a los golpistas para evitar una masacre. (Ver en PF 530, octubre de 2002, la versión completa de esos hechos).
La batalla de las ideas
El presidente Hugo Chávez destacó la importancia de lo que Fidel Castro bautizó como “batalla de las ideas”, que se ha convertido en escenario principal de la lucha por los cambios sociales y contra el Imperio. Chávez no eludió referirse a la derrota que su gobierno sufrió en el referéndum de diciembre de 2007, en que la mayoría rechazó una reforma constitucional. Reveló haber pedido una opinión crítica a Fidel Castro sobre esos resultados adversos, y éste le dijo que un dirigente como él, no puede liderar en forma simultánea la batalla de los hechos concretos de cada día y al mismo tiempo la batalla de las ideas. “He reducido -dijo- las horas de estudio y lectura, lo cual me cuesta porque soy un apasionado de los libros… Me dedico más a temas como la alimentación, donde quisieron causarnos problemas y provocar una escasez artificial. Habíamos descuidado ese flanco y nos hicieron mucho daño. Me puse al frente de los compañeros a cargo de esas tareas y la situación comenzó a mejorar. Pero ustedes saben que hay una crisis alimentaria mundial. Se temen disturbios en 37 países. No son sólo las protestas en Haití, cuya situación es horrible. La FAO está convocando, para junio, a una conferencia en Roma a fin reunir 1.200 millones de dólares para esos países. Pero la hambruna no puede esperar a junio, es de ahora. ¡Y 1.200 millones de dólares es lo que gasta cada día EE.UU. sólo en Iraq! El director de la FAO ha dicho que el alza de los precios de los alimentos tiene un impacto devastador en la seguridad y en los derechos humanos de muchas naciones. En varios países los ejércitos hoy están vigilando los cultivos y depósitos de alimentos para evitar saqueos. Esta situación sin duda se agravó cuando Bush propuso fabricar combustible utilizando maíz y otros granos”.
Chávez abordó con preocupación el momento que vive Bolivia, por los intentos separatistas de la oposición al presidente Evo Morales. En Ecuador hay una actividad opositora parecida. “Son las oligarquías -sostuvo- que cada día aumentan su odio al ver que pierden o pueden perder su hegemonía. Son azuzadas por el Imperio, que exacerba su odio, explotando al máximo el racismo y el sentimiento de superioridad social, a través del veneno mediático”.
Mensaje a los soldados
Al recordar los golpes de Estado en Chile y Venezuela, el presidente Chávez se refirió a la importancia de los soldados en una estrategia de poder:
“Cuán importante es que los soldados de América Latina reciban las ideas de renovación y de cambio. Hay que ‘desalambrar’ los territorios militares. Los soldados también son seres humanos. Muchas veces los intelectuales de Izquierda, de los movimientos progresistas, no ven a los soldados o los consideran un factor perdido para las ideas revolucionarias. Recuerdo mi juventud de cadete militar, en que discutíamos con algunos compañeros universitarios. Ellos repetían una consigna: que los soldados éramos unos parásitos, que no pensábamos, que éramos unas máquinas…¡Qué equivocados estaban! Yo les recomiendo a ustedes ver a los soldados, oirlos, buscarlos. La compañera presidenta de Argentina, Cristina Fernández, dijo en el acto de firma del Banco del Sur, una frase que agradezco: “No es poca cosa contar en América Latina con soldados como Chávez”. Me tocó el alma porque lo que yo soy es un soldado. También digo que no es poca cosa tener mujeres como Cristina Fernández al frente de la nación argentina… Veamos a los soldados, dirijamósles mensajes. Yo cada vez que puedo lo hago. Pero esto es muy limitado, por mi condición de presidente. No puedo inmiscuirme en asuntos de otros países. Pero en los países donde ustedes viven, pregúntense dónde están los soldados. Siempre hay amigos, conocidos o familiares a través de los cuales se puede llegar a los soldados. ¡Y un buen soldado patriota tiende a multiplicarse dentro de las estructuras militares! Yo creo que esta es una de las tareas que los intelectuales de América Latina pudieran asumir: hacer llegar mensajes a los soldados”.
Chávez relató cómo él recibió la in-fluencia de muchos intelectuales y soldados revolucionarios, como el panameño Omar Torrijos y el peruano Velasco Alvarado; de guerrilleros y políticos como Che Guevara y el venezolano Alfredo Maneiro; de periodistas y políticos como José Vicente Rangel (que fue varias veces candidato presidencial de la Izquierda venezolana); de los escritos de Simón Bolívar y Simón Rodríguez; de los discursos de Fidel Castro, etc.
“Cuando derrocaron a Allende -dijo Chávez-, estábamos en una montaña en las afueras de Caracas, en entrenamiento militar y teníamos un radio de tubos. Allí escuchamos el discurso de Fidel sobre la muerte de Allende. Hay una frase que nunca he olvidado: “Si cada trabajador, si cada obrero hubiera tenido un fusil en sus manos, el golpe fascista en Chile no habría triunfado”. No olviden poner en la mira de su trabajo como intelectuales y artistas a los soldados. Ellos son parte del pueblo, aunque muchas veces fueron manipulados y utilizados contra sus propios pueblos. Dentro del soldado hay un alma de patriota, hay fibra de indio, de negro, de blanco, de la mezcla que somos los latinoamericanos. Además, es una necesidad tener a los soldados de nuestro lado, porque a la hora de los grandes cambios, aun cuando queramos hacerlos pacíficamente, siempre llega el ataque de las hienas… Para evitar guerras armadas hay que no-tificar a las oligarquías y al Imperio lo que Venezuela hace rato les está diciendo: que esta revolución es pacífica, pero es una revolución armada, armada de ideas y de fusiles para defender a su pueblo, su proyecto y su esperanza”.
La lucha por el poder
Hacia el final de su exposición, Chávez recordó sus inicios en la lucha política después del fallido levantamiento militar de 1992. Dijo que muchos grupos de Izquierda se limitaban a discutir en forma interminable cómo conquistar el poder, pero sin dar pasos concretos. El, y sus compañeros militares del Movimiento Bolivariano, se cansaron de esa discusión interminable e intentaron derrocar al gobierno de Carlos Andrés Pérez. Más tarde, como prisionero, tuvo que enfrentarse a sectores de Izquierda que planteaban algo similar a la actual tesis del “antipoder” y fue criticado duramente cuando decidió crear un partido político y ser candidato presidencial. Incluso pretendían que rechazara una amnistía y siguiera preso, como una actitud testimonial. “La mayoría de esos críticos se pasaron a la derecha y hoy están en la oposición a mi gobierno. El poder -dijo- hay que tomarlo para transformarlo. O crear un nuevo poder político, económico y militar. El tema es de poder, no de antipoder. Hay que crear movimientos obrero, campesino, estudiantil, de pobladores, etc., para crear con ellos las bases del poder popular” .
PEDRO FERNANDEZ
En Caracas
(Publicado en “Punto Final” Nº 661, 2 de mayo, 2008) |