Punto Final,Nº 855 – Desde el 8 al 21 de julio de 2016.
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Cartas de Siria III

La guerra y la política

 

EL enviado de PF, Paco Peña, con soldados sirios en Tartús.


A 160 kms. al norte de Damasco se encuentra Homs. Más al norte de Homs están las ciudades de Idlib, Hama y Alepo (a 300 kms. de Damasco). Desde 2012 en Homs y Hama, y por cierto en Alepo, han tenido lugar duros combates entre el ejército árabe sirio y las fuerzas de defensa sirias (milicias) contra los yihadistas. Hama ya había sido, en 1982, el teatro de una revuelta fomentada por la cofradía de los Hermanos Musulmanes que fue sofocada por el gobierno de Damasco. No es sorprendente entonces que sea en esta zona donde siga habiendo bolsones de fuerzas yihadistas a cuya actividad el gobierno sirio quiere poner término.
Homs es la tercera ciudad siria en número de habitantes y marca el límite entre la región oeste y fértil de Siria y el desierto que se despliega hacia el este. El ejército sirio ha logrado tomar el control de la ciudad, pero subsisten barrios en los que aún hay yihadistas, quienes mantuvieron un férreo control durante largos meses. Algunos barrios fueron particularmente golpeados y las huellas de los combates subsisten a la vista. Es en uno de ellos donde se encuentra un derruido convento/liceo, que albergaba a varias centenas de alumnos y en el cual fue ultimado a quemarropa el sacerdote jesuita holandés de 75 años Frans van der Lugt, quien había osado ignorar el ultimátum lanzado por los yihadistas de abandonar la ciudad. Había vivido cincuenta años en Siria, escogiéndola como patria de adopción. Poco antes de su asesinato había dicho: “Me entiendo con cristianos y musulmanes y además me siento árabe y sirio. Hablo esta lengua y tengo muchos amigos. Si Dios estima que debo pagar con mi vida, quisiera reposar en esta, mi patria adoptiva”. Visiblemente conmovido, monseñor Georges Zekhem, actual director del establecimiento, termina su relato en el patio del liceo delante de la tumba donde reposa el padre Frans. “Hemos reparado lo más posible” -me dice- mostrando los muros y patios donde muchachos de familias cristianas juegan fútbol y han hecho un decorado en conmemoración de la pasión de Cristo.
Horas después, en la calle, constatamos la dureza de los combates: muros horadados por la metralla, impactos de cañonazos y morteros, decenas de afiches de mártires, casas y edificios destruidos. Caminamos entre escombros cuando sentimos un ruido sordo y los oficiales que nos acompañan nos piden montar en el jeep mientras dan órdenes a los soldados: “Tal vez es fuego amigo -nos explican- pero no podemos arriesgarnos”. Pasamos a gran velocidad por un cruce de calles y un oficial dice: “Siempre en este lugar hay disparos de snipers emboscados. Todavía queda por limpiar algunos barrios”, acota.
Luego visitamos el hogar de un general en retiro cuyo hijo, capitán del ejército sirio, fue herido en una escaramuza y capturado. Trasladado por el EI a Palmira fue degollado junto a otros 17 prisioneros. El general y su familia han entablado una querella ante un tribunal de París, por la responsabilidad indirecta que le pudiere caber al Estado francés en dicho asesinato. La querella ha sido aceptadada por el tribunal parisino.

LA MANO DE ARABIA SAUDITA, EE.UU. Y UNION EUROPEA
Dejamos Homs y nos encaminamos hacia Tartús. Poco después de nuestro paso por la región costera de Siria, por Tartús, Baniyas, Jablá y Lataquiá, sendos atentados reivindicados por el grupo takfirista(1) Ahrar el Cham, ligado a Arabia Saudita, Turquía y Qatar, causaron más de 150 víctimas en siete explosiones en lugares concurridos: terminal interprovincial de buses, mercados y hospital. Sin embargo, la llamada “comunidad internacional” y la ONU, prestaron poca atención. Es cierto que acostumbran a observar una indignación selectiva. Tartús es el segundo puerto de Siria y al frente está la isla de Arwad. Es aquí donde se encuentra la base naval de la marina rusa desde la cual vimos un incesante despegue de helicópteros.
Los atentados reivindicados por Ahrar el Cham en una región bajo férreo control de Damasco, son sin duda una señal para advertir que Ahrar el Cham puede golpear en cualquier lugar del territorio sirio. Es también la región donde está instalada parte importante de la comunidad alauí, de la cual es originario el presidente Bachar. Los atentados no podían ser más simbólicos, sobre todo, en el momento en que la agresión contra Siria ha sufrido estas últimas semanas varias derrotas, algunas de ellas de carácter estratégico según expertos militares, como la toma de las rutas que conducen a Rakka desde Palmira, además del copamiento por parte de los combatientes kurdos de gran parte de la frontera con Turquía. Sin embargo, los partidarios del gobierno sirio han debido lamentar el asesinato de uno de los jefes militares del Hezbollah libanés, Mustafá Baddridín, que combatía en Siria y a quien las autoridades rindieron un sentido homenaje.
Ahrar el Cham (ejército del islam de Siria), es financiado por Arabia Saudita, Turquía y Qatar y cuenta con la aquiescencia de Washington y la Unión Europea: “Los representantes de EE.UU., Francia, Reino Unido y Ucrania en el Consejo de Seguridad de la ONU rehusan inscribir a Ahrar el Cham en la lista de organizaciones, grupos y entidades terroristas establecida por el propio Consejo, obstinándose en calificarlos de ‘oposición armada moderada’, lo que demuestra que cierran los ojos sobre los crímenes cometidos y que no están en realidad comprometidos en la lucha contra el terrorismo. Estos Estados persisten en imponer una política de silencio al Consejo de Seguridad en lo relativo a estos atroces ataques, rehusando la adopción de medidas disuasivas y punitivas inmediatas contra Ryad, Ankara y Doha.(2)

ELECCIONES EN “LA MEDIDA DE LO POSIBLE”
En el mes de abril tuvieron lugar las elecciones parlamentarias sirias: 250 diputados electos a la Asamblea del Pueblo. La elección se llevó a cabo allí donde se pudieron realizar. La participación alcanzó el 52% del universo electoral. Como de costumbre, el partido Baas obtuvo una aplastante mayoría. Como se sabe, varios partidos forman parte del Frente Nacional Progresista constituido en 1972: socialistas, comunistas y socialdemócratas. La Constitución siria prohíbe la existencia de partidos fundados sobre una base étnico-religiosa. Es un Estado laico mayoritariamente musulmán, en el cual el presidente de la República debe tener dicha confesión. El Baas fue fundado en 1947 y su divisa es Unidad (de la nación árabe), Libertad (frente a Occidente) y Socialismo (no fundado en la lucha de clases). Su fundador, el cristiano Michel Aflak escribió: “El Islam ha sido la pulsión vital que reveló a los árabes la fuerza latente que había en ellos. Los ha proyectado en la historia. Es la mejor expresión del deseo de eternidad y de universalidad… El Islam es árabe en su realidad y universal en sus ideales”.(3)
Otro de los partidos del Frente Nacional Progresista es el Partido Comunista sirio, fundado en 1944 y del cual durante muchos años su secretario general fue Khaled Bagdash, fallecido en 1995. Ha sufrido los embates propios a las divisiones que afectaron a los PC luego del proceso de reformas encabezados en la URSS por Gorbachov, además de diferencias con el gobierno baasista. Otra corriente está encabezada por Yusuf Faysal. Con el desgaste propio del gobierno, han surgido críticas y demandas de liberalización de la sociedad siria. El PCS publica sus periódicos y mantiene una línea de estricto apoyo al gobierno del presidente Bachar y a la integridad territorial y la soberanía siria: “Siria constituye un dique contra el expansionismo norteamericano en el Cercano y Medio Oriente. Detrás de este proyecto expansionista se encuentra Tel Aviv y los comunistas sirios lo hemos bautizado como proyecto Gran Israel. Por otra parte apoyamos a la resistencia libanesa y palestina… Estimamos que las fuerzas revolucionarias y progresistas del mundo deben apoyar a los gobiernos y partidos antiimperialistas y antisionistas… No se puede hablar de progresismo y adherir a los embustes de la OTAN y las monarquías petroleras”.
Sin embargo, El PCS tiene una visión crítica de la política económica liberal adoptada desde hace quince años y considera que ha tenido tres efectos negativos: aumento de la desigualdad social, exclusión de sectores de los suburbios de las ciudades y del campo, y degradación de las condiciones de vida de la población, lo que habría favorecido a los Hermanos Musulmanes azuzados por Washington y las monarquías petroleras. El PCS reconoce la existencia de una oposición interna que se ha manifestado contra la injerencia extranjera y que condena el terrorismo de la oposición armada y que están llanos al diálogo y reconciliación lanzados por Damasco. “Otros, como Gabriel Sabra y Michel Kilo,(4) dice uno de sus portavoces, se han pasado con camas y petacas al servicio de la rebelión manipulada por Washington, la UE, Ankara y Arabia Saudita”.
El Partido Social Nacionalista Sirio, fundado en Beirut en 1932, es otra de las fuerzas políticas que compone el Frente Nacional Progresista. Laico pero de inspiración cristiana, el PSNS ha participado desde la fundación de Siria (1946) como Estado independiente en las vicisitudes políticas del país. En dos oportunidades se ha visto implicado en golpes de Estado (1949 y 1961). Puesto fuera de la ley, pero posteriormente legalizado, es partidario de una Gran Nación Siria, desde Chipre a Chatt-el Arab en Irán y considera que solo existen cuatro naciones árabes (Siria, Egipto, Arabia Saudita y Africa del Norte). De probada vocación antisionista, participa activamente en las acciones contra la ocupación de Palestina y en la política interna libanesa. Con relaciones estrechas con el proceso bolivariano venezolano y con el Hezbollah libanés (el padre de Hassan Nasrallah era del PSNS), dispone de una milicia controlada por el ejército sirio.

LA ESTRATEGIA EE.UU.-ISRAEL
En Damasco, PF fue invitado a la TV siria. Participó en el programa de la periodista Lena Mabardi. Reiteramos lo que los especialistas explican: la agresión a Siria es un plan concebido desde hace años y que busca remodelar el Cercano y Medio Oriente y que se inició con la elección del presidente estadounidense Georges W. Bush. Sus consejeros -una gran parte de ellos sionistas connotados- pusieron en marcha dicho plan, que arrojaría, pensaron, beneficios a dos bandas. Por un lado, desarticularía a países considerados como una amenaza contra Tel Aviv (Iraq, Irán, Siria y el Líbano) garantizando también la supervivencia y hegemonía regional de su aliado saudí y a la par, el aprovisionamiento petrolífero de Occidente. Lena Mabardi agradeció el interés de PF por Siria y nos explicó las medidas de seguridad existentes alrededor del canal que observábamos con curiosidad: “Hemos sufrido varios ataques y algunos periodistas y trabajadores de la TV han sido asesinados. Vea usted los afiches y nombres de nuestros mártires”. Despidiéndose nos recordó que la diplomacia wahabita saudí, uno de los mentores y proveedores de dinero y armas para la injerencia en Siria, se hallaba en plena operación de seducción, esto es, tratando de mejorar la deplorable imagen que de ella existe en el mundo.
En mayo, el ministro de Relaciones Exteriores saudí Adel Al Jubeir, fue recibido en París y no se privó de recordar que había que “acentuar la presión sobre Damasco e impedir que Irán se inmiscuya en nuestros asuntos”. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean Marc Ayrault, había reunido en París a los llamados “amigos de Siria”: la UE, EE.UU., Arabia Saudita, Qatar, Turquía y Francia. Esta última tiene un papel particular en Levante y Africa del Norte y mantiene estrechas relaciones comerciales, militares y económicas con Ryad. El jefe de la diplomacia saudí fue enfático en declarar: “Con Francia, nuestras posiciones son similares en todos los temas: en lo que respecta a Israel, Palestina, Líbano, Siria, Irán, Iraq y Yemen”. Le faltó agregar, en lo relativo a derechos humanos y a la condición de la mujer. Mientras lo escuchaba, pensé en los millones de desplazados internos y los más de tres millones de sirios que han escogido huir del conflicto y abandonar su país, buscando mejores condiciones de vida. Pero también evoqué sobre todo a los que siguen resistiendo a la agresión alentada por los “amigos de Siria”.

PACO PEÑA
En París

Notas
(1) Takfirismo: movimiento islamista fundado en 1971 por Mustafa Choukri, que combate la presencia occidental en tierra islámica y también a los musulmanes que no comparten sus puntos de vista en torno a la política de terror. Considera lícitas las exacciones y asesinatos en nombre del Islam. La corriente wahabí o wahabita, (fundada por Ibn Abdelwahab 1703-1792) originaria de Arabia Saudita, alienta este tipo de tendencia islamista.
(2) Carta a la ONU del embajador permanente de Siria ante el Consejo de Seguridad, Bachar Jaafari.
(3) Michel Aflak, A la memoria del Profeta árabe, Universidad Siria, 1943.
(4) Ex comunistas, ahora en una coalición opositora manipulada por Ankara y Washington.

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 855, 8 de julio 2016).

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