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General Vo Nguyen Giap
Vencedor de Francia y Estados Unidos
ENTRE los numerosos visitantes extranjeros del general Giap estuvo el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Le obsequió una réplica de la espada de Simón Bolívar.
Un país pequeño tiene un gran pueblo. Un hombre pequeño es un gran hombre.
André Malraux mencionó alguna vez el estruendo provocado por los árboles que caen luego de haberse alzado enhiestos durante una vida, y que continúa resonando durante largo tiempo. El general Giap, héroe de la lucha por la independencia de Vietnam, ha muerto a los 102 años, la mayoría de ellos consagrados a su patria.
Vo Nguyen Giap, hijo de letrados pequeños campesinos propietarios, vivió su infancia entre nacionalistas militantes. Sus recuerdos infantiles, como lo dijo en una entrevista, estaban impregnados por las historias contadas por sus mayores sobre los héroes de la lucha contra la milenaria ocupación china y, posteriormente, contra el colonialismo europeo. Desde 1884 Francia había reunido bajo su férula colonial la llamada Indochina Francesa: Cochinchina, Annam, Tonkin, además de Laos y Camboya. La presencia francesa en Indochina databa de algunos siglos, cuando exploradores y misioneros galos recorrieron su territorio. Uno de ellos, Alexandre de Rhodes (1591-1660), jesuita, lingüista y políglota había realizado la transcripción fonética al alfabeto latino del Quoc Ngu (lengua vietnamita). Pero otros viajeros y misioneros católicos se habían aventurado en la región, mayoritariamente budista. A fines del siglo XVIII, en vísperas de la revolución francesa, un emisario del emperador de la dinastía Tran había concluido un acuerdo de ayuda militar con Luis XVI. En contrapartida, el “rey de Cochinchina” cedía algunas islas, entre ellas Poulo Condor, usada después como campo de prisioneros. Pero el acuerdo no se materializó debido al estallido de la revolución de 1789.
SU VIDA MILITANTE
Vo Nguyen Giap nació en 1911 en el centro de Vietnam, en Quang Binh (Annam) y militó desde los catorce años en el Tan Viet (Nuevo Vietnam) que luego se fusionaría con el Partido Comunista Indochino (PCI), fundado por Ho Chi Minh en 1930 en Hong Kong, y que aparte de vietnamitas quería organizar también a laosianos y camboyanos. Desde 1930 a 1932 fue encarcelado por las autoridades galas por sus actividades nacionalistas. Luego estudió historia, derecho y francés, lengua que practicó hasta su vejez con gran fluidez. En 1937 adhirió al clandestino Partido Comunista y dos años después, en 1939, debió fugarse a China luego del estallido de la segunda guerra mundial, eludiendo la represión que golpeaba al PCI, percibido por las autoridades francesas como cercano a Moscú, que por ese entonces había suscrito el pacto germano-soviético. Su esposa no alcanzó a ponerse a salvo y murió en prisión y una cuñada fue guillotinada en 1941 por los franceses, en Saigón.
Desde antes de 1941 el Komintern había alentado la creación de frentes antifascistas y ese año Giap participó en la fundacion del Viet Minh (Liga por la Independencia o “Frente Común”). Un año antes, Japón había obtenido de los franceses el derecho para que sus tropas atravesaran por Vietnam. Las autoridades militares galas, colaboracionistas, eran partidarias del mariscal Pétain, por lo que la administración francesa siguió funcionando y Tokio reconoció formalmente la soberanía gala hasta 1945, año de su capitulación. Durante esos años, fue creada por Giap una brigada armada que acosaba a las tropas niponas y galas. Algunos oficiales franceses adoptaron con el correr de los años y la evolución de la guerra mundial una actitud más benevolente frente al Viet Minh. En 1944 fue fundado por Giap el Ejército Popular Vietnamita, y desde marzo de 1945, luego que Japón asumió la totalidad del control en Vietnam con la consiguiente disolución de la administración gala, el Viet Minh creció en prestigio y sus acciones se multiplicaron. La independencia fue proclamada en Hanoi en septiembre de ese año, luego de la revolución de agosto, fundándose la República Democrática de Vietnam.
UN GENERAL CORTES
Un año más tarde, Giap se entrevistó con el general Raúl Salan, comandante de las tropas francesas que habían vuelto al norte de Vietnam. Se trataba de discutir la aplicación del acuerdo franco-vietnamita de marzo de ese año. Giap, militar autodidacta ya endurecido por la guerra, no estaba exento de galantería y obsequió a la esposa de Salan, quien había dado a luz a una niña semanas antes, un regalo típico vietnamita. Los dos militares se estimaban y años después (1984) cuando Salan ya caído en desgracia murió, un diplomático vietnamita depositó en nombre de Giap una corona de flores en su tumba. Salan había sido durante la guerra de Argelia el jefe de la OAS (ejército secreto), partidario de Argelia francesa y enemigo acérrimo de De Gaulle. La misma estima de Giap por otro de sus enemigos fue manifestada años más tarde, en la persona del general norteamericano William Westmoreland, comandante de las tropas estadounidenses en Vietnam.
Pero la cortesía y aprecio entre militares no logró en 1946 zanjar sus profundas diferencias y éstas aparecieron en la conferencia de De Lat (mayo 1946). Francia estaba dispuesta a aceptar una suerte de autonomía, pero dentro de la “Unión Francesa”. En cambio, los dirigentes vietnamitas Ho Chi Minh y Pham Van Dong, presentes en la conferencia de Fontainebleau, conscientes de la fuerza e influencia crecientes en el país del Viet Minh, además del apoyo internacional soviético y luego chino, aspiraban a la independencia. El general Salan volverá a Vietnam en 1947 pero ya la guerra de Indochina había estallado y encontrará frente a sus tropas al pequeño y galante general autodidacta de pelo ya cano, “el volcán bajo la nieve”, como lo describirá años más tarde el célebre periodista galo Jean Lacouture.
Giap no había cursado estudios en academias militares pero sería uno de los grandes estrategas y organizadores militares del siglo XX. Venció a las fuerzas francesas y al ejército de EE.UU., el más poderoso de todos los tiempos. Giap había tenido en el curso de su carrera militar consejeros militares chinos y soviéticos y, con audacia, incursionó inventando variantes en la doctrina de la guerra revolucionaria. En ese sentido puede hablarse de una nueva concepción de ésta.
Admirador de Napoleón Bonaparte -del militar no del político-, Giap recogió de esa fuente la utilización del “efecto sorpresa” y de Sun Tzu, la paciencia combinada a la audacia. Junto con valorar el legado de las guerras revolucionarias precedentes, desechó en su momento la experiencia china y sus “marejadas humanas” que sumergían y ahogaban las líneas enemigas. Paciente, durante la batalla de Dien Bien Phu esperó desgastar a los defensores del campo fortificado desde enero de 1954 hasta el ataque final, de mayo de ese año.
TRIUNFO SOBRE EE.UU.
Durante la guerra contra el colonialismo francés (1946-1954) Giap fue designado por Ho Chi Minh ministro de las Fuerzas de Seguridad y ministro de Defensa. Derrotada en la batalla de de Dien Bien Phu (mayo de 1954), Francia debió aceptar en los Acuerdos de Ginebra (julio de ese año) la partición de su antigua colonia de Indochina: dividiéndose el territorio en el paralelo 17, al norte la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte) cuya capital será Hanoi y al sur, el Estado de Vietnam, teniendo como capital Saigón.
Francia será reemplazada por EE.UU., que desde 1964, aduciendo un ataque norvietnamita a uno de sus barcos, inició una intervención masiva. Los soldados estadounidenses alcanzarían 560.000 en 1969. La guerra de Vietnam, impopular en el mundo y en el propio EE.UU., forzó a Nixon y a Kissinger a “vietnamizar” la guerra y repatriar sus tropas. Se entablaron negociaciones, primero secretas, que luego desembocaron en los acuerdos de París de 1973. Una vez más los vietnamitas habían conjugado hábilmente la vía diplomática, política y militar. El 30 de abril de 1975 el ejército de Vietnam del Sur se rindió y/o se dislocó, y Saigón fue ocupado por las tropas de la RDV y del FNL. Un año después, Vietnam sería reunificado y Giap removido de la comandancia en jefe de las fuerzas armadas (Ho Chi Minh había fallecido en 1969).
Como Giap había manifestado ciertas discrepancias con Le Duan, el inamovible secretario del PC, en 1980 debió abandonar el Ministerio de Defensa y dos años más tarde, no fue reelegido en la comisión política. En 1996 fue separado del comité central y perdió su puesto de viceministro de Economía. El gobierno vietnamita siguió rindiendo desde entonces homenaje, todos los años, al general Giap y un museo le fue consagrado, pero Giap ya no tuvo la influencia de antaño. Su pequeña figura, como uno de los padres del Vietnam actual, estuvo desde entonces aureolada de su gran prestigio moral.
EL ARTE DE LA GUERRA
La guerra revistió siempre para Giap el carácter de una acción eminentemente política, en que la propaganda armada jugaba un papel esencial. La guerra popular se basaba en los guerrilleros (campesinos armados), los destacamentos militares a nivel de la provincia o región y las tropas regulares como punta de lanza. Los primeros permanecían en su localidad asegurando la producción y la base para toda la estructura militar. Estos principios se inspiran en las concepciones de Mao, pero fueron aplicados por Giap en Vietnam de manera innovadora: “El enemigo se encontraba ante una contradicción: si no dispersaba sus tropas le era imposible ocupar el terreno; si las dispersaba, se ponía en peligro. Si concentraba sus tropas le era difícil, e incluso imposible, controlar todo el territorio”.
Tanto en la guerra contra los franceses como luego contra EE.UU., puso en práctica estas ideas, gracias a una guerrilla invisible y móvil que utilizaba túneles y senderos en la selva y montañas. Ello suponía una amplia base de apoyo campesino. Lo innovador de Giap en el arte militar fue sin duda la envergadura de la guerrilla en la retaguardia enemiga, donde no existía un frente preciso pero donde todas las fuerzas se imbricaban. La guerrilla vietnamita fue eficaz no porque gozara de condiciones geográficas extremadamente favorables, sino porque se movía como pez en el agua, inmersa en la población adaptándose a todos los terrenos y condiciones.
Aunque constituye una verdadera síntesis de las experiencias de resistencia armada en otros países, retoma la experiencia guerrillera de la historia vietnamita, de Le Loi (siglos XII y XV) y de los patriotas, como De Tham hacia fines del siglo XIX. La insurrección urbana de 1945 (revolución de agosto) llevó a Giap a pensar en la utilización simultánea de acciones de resistencia en las ciudades y en el campo, poniendo énfasis en el aspecto ideológico y propagandístico de ellas. Es decir, acciones que tenían un carácter eminentemente político. Su estrategia se apoyó también en acciones en las llanuras y arrozales, ocupando el vacío dejado por el enemigo: el vacío del cual habla Sun Tzu. Todo eso suponía una gran participación popular en la construcción de kilómetros de túneles y refugios subterráneos. Y cuando desde 1965 la aviación estadounidense lanzó bombardeos masivos, Giap llevó esta táctica a nivel de verdadera estrategia. En el sur, el FNL (fundado en 1960) lo utilizó contra las razzias del ejército y en el norte, se utilizó para hacer frente a los bombardeos aéreos y ante eventuales desembarcos. La “ruta Ho Chi Minh”, que pasaba por territorio laosiano y camboyano para eludir los ataques norteamericanos-sudvietnamitas, prueban una incansable labor en el plano logístico y de apertrechamiento de las tropas.
El país se transformó en un campo fortificado y sin disponer de misiles de largo alcance, fue capaz de derribar aviones enemigos que volaban a baja altura. Esta estrategia se fundaba en un nuevo principio de la guerra popular: “Atacar con pocas fuerzas a un enemigo superior en número”. Dicho principio será aplicado durante la ofensiva del Tet, en 1968, con resultados mitigados y difiere de la noción enunciada antes por Mao que hacía del imperativo de la superioridad numérica una condición sine qua non de la guerra revolucionaria. Giap había tomado en cuenta el progreso tecnológico en el arte de la guerra, pero nunca abandonó las enseñanzas de los antiguos. Su concepción de la guerra del pueblo, en efecto, es heredera de Tran Hung Daom, quien en el siglo XIII había escrito luego de vencer a los mongoles: “Vencer lo grande con lo pequeño, lo largo con lo corto, ese es el arte militar”.
Paco Peña
En París
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 791, 11 de octubre, 2013)
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