Punto Final, Nº 752 – Desde el 2 al 15 de marzo de 2012.
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El Litio alerta a ponernos las pilas

 

El Ministerio de Minería informó que licitará, a través de Contratos Especiales de Operación del Litio (CEOL), la explotación de yacimientos en el país, para impulsar la industria chilena del sector que actualmente alcanza el 41% de la producción mundial encomendada a las dos únicas empresas que explotan este metal: la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) y la Sociedad Chilena del Litio (SCL), debido a que el decreto 2.886, de 1979, lo declararó como reserva del Estado cuya producción no es concesible.
El gobierno se empeña en la privatización encubierta e ilegal del litio. No resulta ajeno al asunto el hecho de que el ministro de Minería es Hernán de Solminihac, hermano de Patricio, actual subgerente general de Soquimich (SQM), la mayor exportadora de litio.
¿Dónde está el litio? En el Salar de Atacama, que cubre una extensión de 3.000 km2. Adentrarse en este salar es abismarse ante la grandeza de la sal. Bandadas de parinas que al atardecer van retornando a la Laguna de Chaxas, en el sector Soncore, infunden al cielo rayos de arreboles. Estos bizarros flamencos imprimen al yermo campo de sal toda la gracia y elegancia de la vida.

SALAR DE ATACAMA: REINO DEL LITIO

Al mirar el infinito Salar de Atacama, el litio parece más misterioso aún. ¡Estamos en el campo de litio más grande del mundo! Aquí se contiene un 40% de las reservas globales de este mineral. Este campo está cubierto de inimaginables edificaciones de sal que se alzan apenas a nivel del suelo, como si todos los arquitectos del mundo hubieran construido aquí sus maquetas. Bajo la sal, se derrama la salmuera de litio lista para ser bombeada. Luego se evapora, para dejar un barro con altas concentraciones de mineral. De aquí parte a usinas de alta categoría donde se produce aluminio, cerámica, esmaltes, vidrios especiales, bases de aire acondicionado, baterías eléctricas de mayor duración que las alcalinas...
Este blanco, bruñido y suave elemento es también conocido en medicina como útil contra la depresión y ciertos trastornos mentales.
Como en el cuento del Gato con Botas, a la pregunta ¿a quién pertenece el campo de litio? sucede la respuesta: al marqués de Carabás. Otros le dicen “rey del salitre”, como si fuera un segundo mister North. Es nada menos que Julio Ponce Lerou, otrora transformado por su suegro, Augusto Pinochet, en dueño de estos territorios. En 1980, asumió la presidencia de Soquimich, la cual es líder mundial en los negocios de fertilizantes, yodo y litio.
Acudimos al sabihondo Google y nos comunica los múltiples usos de este elemento:
El Li-6 se utiliza para obtener tritio (isótopo radiactivo del hidrógeno), utilizado para construir bombas de hidrógeno.
Debido a que el litio es uno de los pocos elementos que reaccionan con nitrógeno se utiliza para eliminar nitrógeno de mezclas de gases.
Se utiliza como aditivo para alargar la vida y el rendimiento en acumuladores alcalinos.
El estearato de litio se utiliza como espesante de grasas lubricantes para aplicaciones de alta temperatura, ya que tiene un punto de fusión superior a los correspondientes estearatos de sodio o potasio.
El carbonato de litio se usa en medicina, en pequeñas dosis, como tratamiento antidepresivo.
El hidruro de litio se utiliza como combustible para los cohetes.
El cloruro de litio es un compuesto muy higroscópico y, junto al bromuro de litio, se utiliza para sistemas comerciales de aire acondicionado, ya que absorben humedad en amplios intervalos de temperatura.
El hidróxido de litio es un compuesto básico utilizado para purificar el aire en submarinos. (1 gramo de hidróxido consume aproximadamente 0,92 gramos de dióxido de carbono).
El economista Julián Alcayaga, dedicado durante años a la defensa del cobre, advierte sobre el peligro de la entrega del litio. Señala que, como el petróleo, no puede ser objeto de concesión minera, porque así lo establece la ley 18.097, Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras: “No son susceptibles de concesión minera los hidrocarburos líquidos o gaseosos, el litio, los yacimientos de cualquier especie existentes en las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción nacional ni los yacimientos de cualquier especie situados, en todo o en parte, en zonas que conforme a la ley, se determinen como de importancia para la seguridad nacional con efectos mineros, sin perjuicio de las concesiones mineras válidamente constituidas con anterioridad a la correspondiente declaración de no concesibilidad o de importancia para la seguridad nacional”.

FUTURO DEL LITIO

La prohibición de concesión de los hidrocarburos proviene de 1971 con la ley de nacionalización del presidente Allende, y se mantuvo en la Constitución de 1980 (inciso séptimo del Nº 24 del art. 19). Posteriormente, en 1982, en la ley 18.097 se agregó la no concesibilidad del litio, seguramente por presión directa de los militares, puesto que en esa época ya se conocía que este mineral adquiriría en el futuro una importancia estratégica para la seguridad nacional, en razón que el litio es un elemento fundamental en la fusión termonuclear. Sin embargo, este tipo de centrales atómicas aún no está en funcionamiento, pero se estima que ello sería realidad dentro de algunos años, especialmente en la Comunidad Europea, donde destaca el Proyecto ITER, en Francia.
En la dominación del proceso (…)

Virginia Vidal.

(Este artículo se publicó en “Punto Final”, edición Nº 752, 2 de marzo, 2012).

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