Astrolabio
El héroe presidente
Juan Jorge Faundes
“El corrido mexicano tiene sus raíces en el antiguo romance español:
una canción que narra acontecimientos reales a su manera, pues los
dota de una visión épica o heroica con respecto a los hechos o a los
participantes; en este sentido, el corrido tiene una línea directa de
conexión con los juglares de la Edad Media”.
(Arturo Barragán López, “El corrido en la
Revolución Mexicana”, Internet).
El presidente Allende, ¿murió en combate? ¿Se suicidó para no rendirse? ¿Fue asesinado durante la ocupación militar de La Moneda? Lo que resulte -o haya resultado de la exhumación y nueva autopsia, si la noticia revienta antes de la publicación de esta columna-, no resta méritos en absoluto al épico heroísmo del único presidente de la República en el mundo, al menos durante el siglo XX, muerto entre el fragor de la batalla, con el fusil caliente entre sus manos, dispuesto -como había dicho horas antes- a pagar con su vida la lealtad del pueblo. Un suicidio tras la batalla -para no entregarse vivo y dejar su testimonio y lección histórica escritos con sangre-, no era ni es contradictorio con el heroísmo.
El primero de marzo de 1987 llegué a Bogotá, exiliado y como redactor de Efe en Colombia. Y todavía, catorce años después del golpe, era generalizado el convencimiento de que la versión del suicidio era un invento de Pinochet, que se unía a su sepultación en una tumba sin nombre como una forma de no alimentar la figura de un héroe mítico que nació el mismo 11 en La Moneda en llamas. Gracias a la escritora colombiana María Mercedes Carranza (1945-2003), que me abrió las puertas de la Casa de Poesía Silva que dirigía, ese mismo año 1987 pude presentar la muerte de Allende como la primera y ejemplar acción de arte de “La poesía de la Resistencia Chilena”, tema de mi conferencia y recital.
Y ese mismo año 1987, en el Nº 40 de la revista Araucaria de Chile, que se publicaba en Madrid gracias a la dirección y edición de Volodia Teitelboim y Carlos Orellana respectivamente, hacía público mi corrido “El héroe presidente”, que hoy rescato de las páginas escaneadas de la memoria de Chile conservada en la Biblioteca Nacional y que fue garrapateado una madrugada bohemia en el ya inexistente desayunadero bogotano “La Carbonera”, de la Avenida 39 con Caracas, entre sorbos de aguardiente y sones de acordeón y guitarra que entonaban “El Ojo de Vidrio” y “Gabino Barrera”:
Voy a cantar el corrido
De un hombre macho y valiente
Del presidente de Chile
Que fue Salvador Allende.
Como trinchera el palacio
Las bombas desafiaba
Con ejemplo de su vida
Al pueblo él enseñaba.
Esta historia se sitúa
El año setenta y tres
Cuando a Chile desangró
El tirano Pinochet.
El día once de septiembre
Más de cinco mil chilenos
Murieron poniendo el pecho
Y salvar el Chile Nuevo.
Disparaba su fusil
El héroe presidente
Defendía la Constitución
Un puñado de valientes.
El general le mandaba
Aviones, tanques y balas
Pero Allende combatía
Así él amaba a su patria.
Ríndase le ordenaron
Y él su fusil disparaba
¡Un Allende no se rinde!
El presidente gritaba.
Cuando las tropas de asalto
A La Moneda llegaron
Al ver que no se rendía
Al héroe masacraron.
Aquí termina el corrido
Del héroe presidente
Que por el pueblo de Chile
Se transformó en combatiente.
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 735, 10 de junio, 2011)
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