Edición 733 desde el 13 al 25 de mayo de 2011
Documento sin título
Buscar
último Editorial
Movilizaciones
Carta al director
Ediciones Anteriores.
En Quioscos
Archivo Histórico
Publicidad del Estado

El fallo de la Fiscalia

Regalo

La lucha del pueblo saharauí

El conflicto
silenciado

HACH Ahmed, embajador de la República Arabe Saharauí Democrática.

“La parte más importante de nuestro territorio fue invadida hace muchos años por Marruecos, que sigue ocupándola militarmente. Ese es un crimen y un escándalo”, dice el embajador de la República Arabe Saharauí Democrática, Hach Ahmed, ministro para América Latina y el Caribe, que estuvo hace poco en Chile. Su gira tuvo el propósito de denunciar ante la comunidad internacional la crítica situación que afecta a su país en relación con el reino de Marruecos, que tuvo un nuevo estallido poco antes de las manifestaciones que conmueven el mundo árabe y que se masificaron en Túnez y Egipto para extenderse después a toda la región.
La historia no ha sido fácil para los saharauíes. Han vivido en un territorio que se extiende entre Marruecos, Argelia y Mauritania, con el Sahara oriental y occidental como hábitat desplegado sobre una amplia costa que mira al océano Atlántico. Tienen al frente, a corta distancia, a las islas Canarias, que forman parte de España. Hacia el siglo X se constituyó la primera confederación de pueblos saharauíes, nómades durante siglos con identidad diferente a marroquíes y mauritanos. En los dos o tres últimos siglos fueron colonia española, hasta 1975. Desde siempre Marruecos (y Francia, como potencia colonial africana) codiciaron sus espacios, por su valor geopolítico y el fosfato, otros minerales y la riqueza pesquera.

¿Cuál es el estado del conflicto entre la República Arabe Saharauí Democrática y Marruecos?
“Virtualmente, es el mismo de hace casi veinte años: Marruecos sigue ocupando ilegalmente parte de nuestro territorio, explotando nuestras riquezas y negándose a realizar un referéndum sobre la autodeterminación y la independencia.
La historia es todavía más larga. Nuestro proceso de descolonización comenzó tardíamente, cuando aún gobernaba Franco, porque fuimos colonia española hasta 1975-6. Casi simultáneamente nos invadió Marruecos, que también pretendió extenderse hasta Mauritania. Decenas de miles de soldados apoyados por tanques y aviones permitieron apoderarse del Sahara oriental, y extender una barrera de más de 2.000 kilómetros de alambradas, minas antipersonales y fortines. Fue un hecho insólito: por primera vez una ex colonia invadía a otra ex colonia y violaba el principio de la intangibilidad de las fronteras fijadas durante la época colonial. Marruecos, por esa circunstancia, está expulsado hasta hoy de la Organización de la Unidad Africana (OUA). El pueblo saharauí enfrentó a los marroquíes y la lucha del Frente Polisario fue determinante para que, en 1992, Naciones Unidas interviniera proponiendo un alto al fuego, reconociendo nuestro derecho a la autodeterminación y proponiendo un referéndum en que se pronunciaría el pueblo saharauí, tanto del Sahara occidental como del oriental. Naciones Unidas dispuso además el despliegue de ‘cascos azules’ para garantizar el cese de hostilidades. Marruecos intentó entonces asegurarse el referéndum, trasladando marroquíes al Sahara occidental para que votaran allí. Pero Naciones Unidas dispuso que solamente votaran las personas que habitaban el territorio antes de la independencia, de acuerdo a la información de las autoridades españolas. Marruecos reaccionó con el rechazo al referéndum, posición que mantiene. Cuenta con el apoyo de Francia en Naciones Unidas y en el Consejo de Seguridad.
A pesar de todo, continúan las negociaciones. Se realizan en la isla de Malta presididas por el embajador norteamericano, Christopher Ross. Su objetivo es llegar a una solución pacífica, que Estados Unidos parece interesado en facilitar para que, entre otras cosas, no se deteriore aún más el prestigio de Naciones Unidas. Entretanto, seguimos fortaleciendo la posición de nuestra república. Ya tenemos el reconocimiento de más de ochenta países. En América Latina tenemos embajadas en Cuba, Nicaragua, Venezuela, Panamá, México y Uruguay. Son excepciones notorias Chile, Argentina y Brasil, que todavía no nos reconocen”.

Prepotencia marroquí

¿Cuál es la situación de los derechos humanos?
“Del plan de paz propuesto por Naciones Unidas sólo se ha cumplido el alto al fuego. No ha habido intercambio de prisioneros, liberación de presos políticos, repatriación de refugiados ni mucho menos retiro de las tropas ocupantes del territorio. El incumplimiento de Marruecos justificaría la aplicación de sanciones económicas y medidas coercitivas, lo que no ha sido posible por oposición de Francia, que ha amenazado con hacer uso del derecho a veto en el Consejo de Seguridad.
Marruecos también ha sido condenado por violaciones flagrantes a los derechos humanos. En el Sahara oriental hay por lo menos 600 desaparecidos civiles y unos 200 presos políticos. Esto ha motivado un debate en el Consejo de Seguridad, lo que es muy importante porque la misión de Naciones Unidas en terreno no tiene atribuciones para proteger los derechos humanos por falta de mandato explícito. A nuestro juicio, su sola presencia en la zona lleva implícita la obligación de defensa de los derechos humanos, pero eso todavía no es aceptado. De hecho, cuando hace pocas semanas tropas marroquíes atacaron un campamento de miles de civiles que habían salido de A-aiun, la ciudad principal, para instalarse en carpas como reclamo contra la ocupación, y reivindicando sus derechos políticos, sociales y económicos y protestando contra el saqueo de las riquezas minerales y pesqueras, a pesar de la masacre, ‘los cascos azules’ de Naciones Unidas no intervinieron por no tener un mandato explícito para hacerlo”.

Riquezas naturales

¿Es muy importante el saqueo de recursos naturales?
“Tenemos enormes minas de fosfato y gran riqueza pesquera: más de 1.500 kilómetros de costa sobre el Atlántico y grandes reservas de pesca que están siendo aprovechadas por el gobierno marroquí. Hay un dictamen de los asesores jurídicos de Naciones Unidas que considera ilegal la explotación de esos recursos antes de la culminación del proceso de descolonización. Marruecos actúa de manera oculta, consiguiendo compradores en determinadas empresas y países, pero la oposición internacional crece y se visualiza la posibilidad de un bloqueo como el que se aplicó a Sudáfrica por el apartheid. En el Parlamento Europeo hay oposición a la ratificación del convenio de pesca entre España y Marruecos, porque no ha terminado la descolonización del territorio.
En algunas comisiones de Naciones Unidas se considera que la potencia administradora de jure, es decir legal, es todavía España, que no puede transferir la soberanía a otra potencia. España ha dicho que no ha transferido la soberanía y que apoya el proceso de descolonización, pero en el fondo sigue negociando con Marruecos. Hay que recordar que en 1975, Marruecos para eludir el compromiso del referéndum, recurrió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que llegó al Tribunal Internacional de La Haya, que analizó durante varias semanas el caso y concluyó que Marruecos no tiene base legal para reivindicar territorios y que no hay nada que pueda entorpecer la aplicación del derecho a la autodeterminación del pueblo saharauí. Finalmente, en el tratado de libre comercio entre Marruecos y Estados Unidos, en 2004, el gobierno norteamericano dejó en claro que el convenio no era aplicable al Sahara, porque no es territorio marroquí, según indica un documento del Departamento de Comercio de la Casa Blanca”.
¿Qué opina de lo que está ocurriendo en los países árabes?
“Nos sentimos muy esperanzados por el desarrollo y la movilización democrática, para que se terminen los regímenes autoritarios y se ponga fin a monarquías corruptas. La presencia y el poder de éstas nos han llevado a no recurrir en ningún momento a la Liga Arabe, asumiendo además los lazos y parentescos de la monarquía marroquí con las monarquías feudales de la península arábiga. Pensamos que Marruecos no estará al margen de los cambios y que la oposición no se ha movilizado con fuerza todavía debido a la situación en Libia. Y a propósito de ella, es increíble que en nombre de los derechos humanos Francia bombardee las ciudades de Libia y que en el Sahara oriental se opongan a que Naciones Unidas proteja los derechos humanos.
Si hay un ejemplo de doble lectura y doble rasero es la actitud de Naciones Unidas en el caso saharauí. Movida por la decisión de las grandes potencias ha tolerado -y continúa haciéndolo- las conductas de Marruecos que a lo largo de muchos años han sido violatorias de la legalidad internacional. Más que en los organismos internacionales confiamos en la solidaridad y la lucha de los pueblos. Resaltamos por eso mismo la ayuda y respaldo de Argelia así como de los más importantes países africanos, como Sudáfrica y Nigeria. Y seguimos luchando por una solución. Aunque se trata de un caso muy distinto, el reciente plebiscito en el sur del Sudán ha demostrado que se puede llegar a una solución pacífica mediante la decisión de las urnas, que parecía imposible en medio de enfrentamientos terribles. Pero el quid del asunto es que Marruecos no quiere aceptar un referéndum porque sabe que perderá. Pero es una actitud que puede cambiar, si así lo decide su pueblo”.

El pago del PS

¿Qué espera de su gira por América Latina?
“La distancia y el desconocimiento de estas realidades en América Latina permite a la monarquía marroquí exhibirse como un modelo pacífico y democrático. Hace acciones calculadamente caritativas e invita a funcionarios de gobiernos y parlamentarios para que hablen a su favor. De este modo pretende que se ignore la trayectoria sangrienta y represiva de sus gobiernos, que deben estar entre los más despóticos del mundo. La política del gobierno marroquí se orienta a que se perciba la crisis del Sahara occidental como una de esas diferencias habituales entre dos países, poniendo en un pie de igualdad a ambas partes. Y no se trata de eso en absoluto: aquí hay por un lado un país invasor, más fuerte y poderoso y que tiene respaldo de grandes potencias, que oprime a un país invadido, pequeño y débil haciendo tabla rasa de Naciones Unidas y la normativa internacional.
Desgraciadamente, en Chile el apoyo que hemos tenido de los sucesivos gobiernos de la Concertación ha sido prácticamente nulo. Se olvida, incluso, que la dictadura de Pinochet, en medio de su aislamiento, ofreció darnos el reconocimiento y que nosotros nos negamos por razones éticas. Nos duele especialmente el comportamiento de algunos dirigentes del Partido Socialista, a quienes les consta el apoyo que -dentro de nuestros medios- les prestamos para la lucha contra la dictadura. Entre otras cosas esto les facilitó el contacto con nuestros amigos y hasta la entrega de pasaportes de nuestro país. Para ellos, nosotros representamos un pasado que quieren olvidar. Quisieran que ya no existiéramos porque les avergüenza que sigamos luchando. La gesta de Salvador Allende no es motivo de vergüenza para los chilenos ni los demás pueblos del mundo. Es, sin duda, motivo de orgullo y grandeza. Nuestros amigos de la Concertación se han ido del gobierno y se van, para nosotros, sin poder recordar un solo gesto que nos haga sentirnos orgullosos de haberlos conocido y ayudado en el pasado”

HERNAN SOTO

(Publicado en “Punto Final” edición Nº 733, 13 de mayo, 2011)
punto@tutopia.com
www.puntofinal.la
www.pf-memoriahistorica.org

Punto Final
Translation

Google Translate

En esta edición

Chile vs. HidroAysén

Devorador de recursos naturales

Rechazo ciudadano
a HidroAysén

El montaje
se derrumba

La primera guerra mundial del agua

En edición impresa

Gerónimo EKIA (*)

Plan que busca
evitar los tropiezos

Globalización ideológica

El conflicto
silenciado

La inocente cara de
la muerte

A la búsqueda del socialismo del siglo XXI

Visita