Edición 732 desde el 29 de abril al 12 de mayo de 2011
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Conflicto en la Universidad Central

¿Lucrar o  
  educar?


Autor: PATRICIA BRAVO BERLI

El primer estallido estudiantil de este año surgió en una institución privada, y fue en grande. Alrededor de diez mil alumnos de la Universidad Central (Ucen) participan en un paro iniciado a comienzos de abril que ha incluido tomas y masivas marchas al Ministerio de Educación. Los estudiantes se rebelaron contra el intento de la junta directiva de la universidad de modificar los estatutos para eliminar su carácter de “institución sin fines de lucro” y, de esa manera, permitir la venta del 50% de sus activos a la Sociedad de Inversiones Norte Sur.
El problema tiene variadas implicancias para el conjunto de universidades privadas y el sistema educacional en general. Por eso la movilización concitó el apoyo inmediato de numerosas federaciones estudiantiles, tanto de universidades privadas como de las representadas en la Confech. “Es una lucha que nos representa a todos, un ejemplo de movilización a nivel nacional para resistir la fuerza privatizadora que promueven Piñera y sectores de la Concertación”, dijo Patricio Indo, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Diego Portales, en un diálogo a tres bandas realizado con PF en la Universidad Central. También participaron José Escárate, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, y el dueño de casa, Adrián Prieto, presidente de la Federación de Estudiantes de la Ucen.

¿Por qué se oponen a lo que la junta directiva llama ‘alianza estratégica’?
Adrián Prieto: “La Sociedad de Inversiones Norte Sur, integrada mayoritariamente por miembros democratacristianos, ex dueña del Banco del Desarrollo, tiene escasa experiencia en educación, y la poca que tiene es mala. Compró un porcentaje de la Universidad Viña del Mar que luego, por no tener un método de resolución de conflictos, vendió a Laureate International Universities, conglomerado de capitales extranjeros propietario de la Universidad de Las Américas, de la Universidad Andrés Bello y del instituto profesional AIEP.
La Universidad Central tiene un proyecto propio de 28 años de trayectoria que se configuró con procedimientos democráticos. Se ha caracterizado por la apertura a todos los estratos sociales y por el pluralismo. Pero si nuestros directivos se casan con un partido político, perderá esa connotación. El propósito de Norte Sur, y la forma en que se configura la alianza estratégica con esta universidad, responde sólo al afán de lucrar con los estudiantes”.
¿Acaso en la actualidad no hay lucro?
Adrián Prieto: “Hay lucro, pero esta universidad reinvierte la mayor cantidad de sus ingresos en la misma universidad. Norte Sur, aparte de crear sociedades anónimas dentro de la universidad y un fondo de inversiones privado para lucrar con los sueños de los estudiantes, busca comprar gran parte de los inmuebles de la universidad para después arrendárselos. ¡Es bien chistoso!”.
Ustedes han denunciado que hay vínculos entre la junta directiva de la universidad y esa sociedad.
Adrián Prieto: “Ernesto Livacic fue Superintendente de Bancos, y da la casualidad que la Universidad Central tiene bastante ligazón con el Banco del Desarrollo, que perteneció a Norte Sur. ¡Este es un trato entre amigos de un mismo partido para adueñarse de la universidad! Antes que el Ministerio de Educación apruebe la reforma de estatutos, la junta directiva se adelantó y creó sociedades anónimas para que sostengan un fondo de inversión privado. También despidió injustificadamente a más de 160 profesores, al rector Luis Lucero Alday, a la ex decana de la Facultad de Ciencias de la Educación, al director de Aseguramiento de la Calidad y al fiscal de la universidad, porque denunciaron ilegalidades e irregularidades en este proceso de incorporación de socios protegidos. Luego, para ‘devolver la gobernabilidad a la universidad’, Livacic contrató como rector suplente a Ignacio Larraechea, militante de la DC y pariente de Marta Larraechea de Frei; a Ricardo Fábrega, ex candidato DC a diputado por Maipú y Cerrillos, como decano de la Facultad de Salud; a Sebastián Bowen, ‘rostro’ de una campaña presidencial fracasada, a cargo de la responsabilidad social, y a Ana Luisa Durán, también militante del PDC, como jefa de gabinete de la universidad. El objetivo es que esto se vuelva un antro de la Democracia Cristiana para adoctrinar a través de las clases, de los métodos y proyectos educativos a todos los estudiantes de esta universidad.
Por eso pedimos la salida de Livacic, de toda la junta directiva y de la asamblea general de socios. Y que se elija un rector que no sea ad hoc a un negocio, sino que le devuelva la gobernabilidad a la universidad”.
¿Qué exigen al Ministerio de Educación?
Adrián Prieto: “Le pedimos al ministro Joaquín Lavín que intervenga la Universidad Central, investigue las irregularidades e impida la reforma de los estatutos para proteger los principios fundadores. Cuando esta universidad se fundó como un híbrido entre corporación y fundación, sus socios clarificaron de manera inequívoca que su objetivo es educar. Y no lucrar”.

Reprivatizar lo privado

José Escárate: “Todos los que estamos aquí defendemos la educación pública. No queremos más lucro en la educación. Ese es el problema estructural de la educación chilena. De una u otra manera, en los últimos cinco años las universidades Central, Diego Portales, Academia de Humanismo Cristiano, Alberto Hurtado, Cardenal Silva Henríquez, Arcis, han estado girando hacia la formación de profesionales con sentido social, con sentido país. Aunque tienen una administración privada, creemos que en ciertos aspectos estas instituciones son más públicas que muchas otras que dicen serlo sólo por pertenecer al Consejo de Rectores. A las universidades que mencioné están ingresando constantemente alumnos de los primeros tres quintiles y, por tanto, vienen con crédito avalado por el Estado. Una universidad privada puede tener un sentido público desde la perspectiva de la formación de sus profesionales, de la generación del conocimiento. Pero con prácticas como las que estamos viendo en la Universidad Central se destruyen los preceptos de pluralidad y no discriminación”.
Patricio Indo: “La Universidad Diego Portales, igual que la Central, es propiedad de una fundación y por tanto reinvierte sus ingresos en la misma universidad. En una cuenta anual se informan todos los ingresos y lo que se ha gastado. Eso deben hacerlo todas las instituciones, porque la ley dice claramente que no debería haber lucro en la educación. Pero la mayoría de las universidades que lucran se convierten en dueños de los inmuebles y luego los autoarriendan. La Portales también estuvo en esa disyuntiva en 2003, afortunadamente los decanos y la federación estudiantil se movilizaron e impidieron que se hiciera esa transacción. A fin de cuentas, abrirse al lucro encarece el proceso educativo”.
Y obviamente suben los aranceles...
Patricio Indo: “Exacto. Hay dos líneas claras. Unos quieren que la universidad se convierta en negocio para que lucren ciertos grupos económicos, y otros queremos una universidad que realmente asuma un rol público. En nuestra federación vemos que el ingreso de grupos económicos amenaza el sentido de la universidad. Las universidades de Las Américas y la Andrés Bello, que pertenecen a un grupo internacional y están hechas para lucrar, han demostrado baja calidad en la enseñanza y tienen una línea ideológica que impide la participación estudiantil. Se persigue a los estudiantes que quieren organizarse. También vemos amenazada la independencia en la generación de conocimientos, de reflexión e investigación. Los grupos económicos pueden decir qué se investiga y qué no. Algunos argumentan que han tenido buenas experiencias en universidades de Estados Unidos, pero son instituciones sumamente elitistas. En Chile estos negocios se han forjado siempre con irregularidades, y eso hay que denunciarlo. Si queremos una universidad con sentido público no permitamos la profundización de la privatización”.
¡Pero si ya son universidades privadas!
Patricio Indo: “Es muy diferente que una fundación sea dueña de una universidad privada, en la cual reinvierte todo lo que ingresa, a que ésta pertenezca a un grupo económico que lo único que quiere es ganar plata. En la Universidad Central se está profundizando la privatización. En Chile ya no es inmoral que exista el lucro en la educación. Todos sabemos que hay universidades que lucran a través de inmobiliarias que están en la directiva, y que se autoarriendan. Pero nadie dice nada y el gobierno lo acepta”.

Una gran confederación

José Escárate: “La dictadura de Pinochet instauró el modelo económico neoliberal en la educación, luego siguieron 20 años de consolidación con la Concertación y hoy, en un segundo año de gobierno de la derecha, esto se empieza a profundizar. Es lo que estamos viendo en la Universidad Central”.
Adrián Prieto: “No sé si los compañeros comparten conmigo que la única posibilidad de asegurar el ingreso a la educación superior de todos los sectores de la población es que la educación sea verdaderamente pública y gratuita, sin importar el puntaje que se saque o el colegio en que se estudió. Creo que así podríamos empezar a cambiar la desigualdad en el sistema de educación en Chile”.
José Escárate: “Lo que dice Adrián es super cierto y refleja un problema estructural del sistema educacional chileno, que es la desigualdad. El papel de la PSU, como filtro de clase para el acceso a la educación superior, es lapidario. Un estudiante de un colegio municipal, que no puede sacar más de 600 puntos en la PSU, necesariamente tiene que entrar a una institución de educación superior privada. Eso implica un doble castigo. Ese estudiante tiene que sobreendeudarse, ya que el crédito con aval del Estado tiene cuatro puntos porcentuales más que el interés del fondo solidario en una universidad tradicional. Pero además, debe pagar el arancel injustificadamente alto que fijan algunas universidades, sin regulación alguna por parte del Estado. Me parece muy difícil que podamos lograr hoy educación gratuita, pero sí debemos exigir regulación. No puede ser que las universidades privadas suban los aranceles sin justificación, que cambien planas directivas y adquieran o agreguen socios estratégicos a su plan de desarrollo institucional porque sí”.
Patricio Indo: “En nuestra federación estamos en contra de la educación privada. Pero existe, y cubre el 55% de la demanda de educación superior. Ante eso, pensamos que se debe fortalecer la educación del Estado, aumentar el aporte fiscal directo a las universidades del Estado y abrirlas a todos los sectores sociales. En ese sentido, solidarizamos con las demandas de la Confech”.
José Escárate: “Paradójicamente el 80% que estudia en universidades del Estado no pertenece a los primeros tres quintiles. Los sectores más carenciados estudian en la educación superior privada”.
Adrián Prieto: “Estoy muy de acuerdo con mis compañeros y quiero agregar que nuestra federación no cree en la ‘revolución’ de la educación superior que plantea Piñera. Creemos que la responsabilidad más grande radica en los estudiantes y en sus organizaciones. Somos los propios estudiantes los que tenemos que salir a defender nuestro derecho a la educación. En ese sentido, el movimiento estudiantil nacional está en deuda, no sólo la Confech, que ya no es un actor relevante en la sociedad chilena. Para serlo debe incorporar al 55% de los estudiantes que no está en las universidades tradicionales y formar organizaciones estudiantiles en centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades privadas. La Confech debe ser realmente la Confederación de Estudiantes de Chile”.
Patricio Indo: “Estoy de acuerdo. Hay un paso previo: fortalecer nuestra propia orgánica y paralelamente trabajar en conjunto con la Confech. En algún momento vamos a confluir para unirnos en un solo movimiento estudiantil, como ocurre en Brasil. Nosotros, como dirigentes estudiantiles, tenemos la labor de generar este año la mayor unidad posible con las universidades tradicionales, las estatales, las privadas tradicionales y las privadas no tradicionales”.
José Escárate: “Y también con los profesores, la asociación de padres y apoderados, los trabajadores de la educación...”

 

(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 732, 29de abril, 2011)
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FOTO: JosE Escárate, Adrián Prieto y Patricio Indo, presidentes de las federaciones de estudiantes de las universidades Academia de Humanismo Cristiano, Central y Diego Portales.

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