Frei y Lagos, como hace 15 años
Por fin solos
Autor: MANUEL SALAZAR SALVO
En el IX Foro de Biarritz, en el suroeste de Francia, en medio de unos 700 connotados políticos e intelectuales de Europa y América Latina que debatían sobre las relaciones futuras entre ambos continentes, Ricardo Lagos tomó la decisión de dar un paso adelante hacia una nueva candidatura presidencial, subiendo a la plataforma que le ofreció el PPD para proclamarlo su abanderado.
El escenario era el más propicio. Allí estaban los ex presidentes Néstor Kirchner, Rodrigo Borja, Alejandro Toledo, Ernesto Samper, Mario Soares; el primer ministro francés, François Fillon; la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega; el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández; el vicepresidente de Paraguay, Federico Franco; el presidente del Congreso mexicano, César Duarte; el presidente de la comisión de representantes permanentes del Mercosur, Carlos Alvarez; el director general de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Adalid Contreras; el ex primer ministro francés, Alain Juppé; el jefe del gobierno del País Vasco, Juan José Ibarretxe; el gobernador del Estado de Sao Paulo, José Serra, y el asesor de política internacional del presidente Lula, Marco Aurelio García, entre muchos otros, casi todos conocidos y amigos del ex mandatario chileno.
Varios le preguntaron por su eventual candidatura presidencial y lo instaron a asumir el desafío. Le manifestaron también su inquietud por la posibilidad de que la derecha ganara los próximos comicios en Chile, situación que perturbaría los equilibrios políticos en la región.
En el IX Foro de Biarritz -concentrado esta vez en el desarrollo futuro de América Latina, en las migraciones y en la crisis financiera- estaban también otros dos chilenos: Juan Carvajal, director de la Secom, quien asistió en representación de la presidenta Michelle Bachelet, y el senador Carlos Ominami, que se presume acudió para ayudar a convencer a Lagos.
Durante el Foro se resaltó que América Latina ha cumplido los preceptos de estabilidad macroeconómica y gobernabilidad democrática, por lo que ya no es concebible que la coyuntura económica derive en regresiones democráticas o golpes de Estado. También primó la idea de que la integración de América Latina debe basarse en alianzas estratégicas y no en viejos acuerdos burocráticos como los de hace veinte años, por lo que se abogó por concentrar los acuerdos en un único proceso de integración.
El Foro fue clausurado por el ex primer ministro de Portugal, el socialista Mario Soares, quien afirmó que con la elección de Barack Obama “muchas cosas van a empezar a cambiar en Estados Unidos”, lo que tendrá consecuencias en Europa y también en el resto del mundo y será positivo para hacer frente a la “crisis geoestratégica que padece el mundo como consecuencia del colapso financiero y la recesión económica”.
Ese era el escenario en que Lagos cavilaba sobre su futuro. No podía restarse a ser nuevamente un protagonista de los cambios en el mundo. Decidió, entonces, aceptar la oferta del PPD. Viajó en las horas siguientes a Budapest y Rotterdam, donde afinaría una carta pública sobre su determinación, antes de encontrarse en París con Pepe Auth y Alejandro Bahamondes, presidente y secretario general del partido instrumental que fundó hace veinte años.
El “mago” electoral
Pepe Auth Stewart se llama Pepe, no José. Se cambió nombre en marzo de 1997. Estudió cinco años en el internado Barros Arana y luego veterinaria, sociología y dirección teatral. Ayudó a reconstruir la Juventud Socialista. Hizo un postgrado en Francia y fue redactor de discursos de Lagos, cuando éste era ministro de Educación. Amigo y aliado de Guido Girardi y Víctor Manuel Rebolledo, en 1993 fue uno de los encargados por el PPD para organizar las primarias que enfrentaron a Lagos con Frei. Hizo lo mismo en las primarias de 1999, cuando Lagos derrotó a Andrés Zaldívar. Después del triunfo de su candidato, en enero de 2000, pidió ser representante de Chile en la FAO. Pero lo nombraron embajador en Suecia. Transformado en analista político y experto electoral volvió a Chile, para intentar convertir al PPD en la primera fuerza política. “Me gusta más la influencia que el poder”, ha reconocido en varias entrevistas.
Auth asumió la dirección del PPD en mayo pasado y sorprendió a la Concertación acordando un subpacto con el Partido Radical Social Demócrata para llevar una lista separada en las elecciones municipales. Ha dicho que esa decisión fue asumida y ratificada en septiembre de 2007, cuando el PPD era encabezado por Sergio Bitar, actual ministro de Obras Públicas. Esa determinación benefició a su partido y a los radicales, pero perjudicó a la Democracia Cristiana y a los socialistas, sumiendo a la Concertación en una crisis.
El principal traspié de Auth fueron las primarias presidenciales de 1993, cuando los cálculos del “eje progresista” supusieron una pugna en la DC entre Gabriel Valdés, Andrés Zaldívar y Eduardo Frei, lo que no se produjo. Ricardo Lagos y Carlos Ominami se bajaron del gabinete de Aylwin en septiembre de 1992 para pavimentar la ruta a La Moneda, pero se encontraron con un Frei que tenía el camino interno despejado y que subía imparable en las encuestas. En diciembre de 1992, una encuesta CEP-Adimark dio un 38% de preferencias a Frei y sólo 17% a Lagos. Era evidente que quienes se identificaban con la Concertación lo hacían con el presidente Aylwin y con la DC, cuyas votaciones venían duplicando al eje PS-PPD-PRSD. A esas complicaciones había que sumar una enésima pugna en el PS entre partidarios de Camilo Escalona y Luis Maira, por un lado, y los “renovados” por otra. Además, la derecha estaba dispersa y aún no se recuperaba de la derrota en el plebiscito de 1988.
Pasos decisivos
En el café Trocadero, en la avenida Raymond Poincaré de París, se encontraron Ricardo Lagos y los dirigentes del PPD el domingo 16 de noviembre. Lagos confirmó su decisión de competir, según aseguró Pepe Auth telefónicamente a varios medios de prensa. En Santiago, los socialistas aún comentaban la carta enviada por José Miguel Insulza al pleno del comité central donde pedía postergar la convención del partido, fijada para el 30 de noviembre. Y, lo más importante, reconstituir el “eje progresista” de la Concertación, parcialmente roto en los comicios municipales de octubre.
Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en tanto, redoblaba sus esfuerzos para alinear a las diversas tendencias DC detrás de su postulación. Un momento clave será la elección de nueva directiva del partido, prevista (….)
(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 675 de Punto Final, 21 de noviembre, 2008. Suscríbase a la edición impresa de PF) |