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MIGUEL OTERO SILVA
Miguel Otero Silva (1908-1985) fue un escritor, poeta, periodista y político venezolano. Su vida es una novela.
Perteneció a la llamada Generación del 28: jóvenes que lucharon contra la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935). Otero Silva, exiliado en Curazao, participó en la expedición que 39 venezolanos planificaron para iniciar la lucha armada contra Gómez. Para esto asaltaron un fuerte, se aprovisionaron de armas, se llevaron como rehén al gobernador holandés de la isla y se apoderaron de un navío norteamericano. Lograron desembarcar en Venezuela pero fueron derrotados por el ejército de la dictadura.
Otero Silva cruzó a pie la sierra de Falcón hasta llegar a Colombia. Estuvo exiliado en varios países y en España se hizo comunista. Sus críticas al gobierno español le valieron la expulsión de ese país. En 1936, a la muerte de Gómez, pudo regresar a Venezuela. Al año siguiente fue uno de los 17 delegados a la I Conferencia Nacional del Partido Comunista. Militó en ese partido hasta 1951 cuando renunció porque “no estoy hecho para disciplinas partidarias”.
Más tarde fue diputado y senador independiente. En 1943, junto con su padre, fundaron el diario “El Nacional” que llegó a ser el periódico democrático más importante de América Latina. Fue amigo de Neruda, Carpentier, García Márquez y otros intelectuales. Recibió el Premio Nacional de Literatura por su obra literaria, poética y humorística. “El Nacional” bajo su dirección apoyó a la Revolución Cubana. Esto le costó un boicot de los grandes avisadores -en su mayoría norteamericanos que dominaban la economía venezolana-. La ofensiva significó el cambio de línea del periódico y la renuncia de Miguel Otero a la dirección. En la actualidad “El Nacional” integra la pandilla de periódicos más reaccionarios de América Latina. Su director-propietario, Miguel Henrique Otero Castillo, hijo de Miguel Otero Silva, pertenece a la cúpula golpista que intenta derrocar al gobierno legítimo del país.
En 1975, Otero Silva avizoró ese futuro al señalar: “Cada día nos convertimos de país millonario en mendigo. Cuántos años quedan, no sé. Pero en ese camino vamos y no estoy acusando a este gobierno en particular, sino a todos los gobiernos y a todas las clases dominantes venezolanas”. Sin duda nunca imaginó que su hijo jugaría el detestable papel que cumple en estos días al servicio de la oligarquía y del imperio.
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 852, 27 de mayo 2016
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