Punto Final, Nº809 – Desde el 25 de julio al 7 de agosto de 2014.
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El experimento chino del socialismo de mercado

 

 

UNA calle de Shanghai, vitrina de la China moderna y su socialismo de mercado.


El novelista chino Yu Hua escribe que el presente cambia rápidamente en China, contrariamente a lo ocurrido durante la época de la China tradicional: “Un europeo tendría que vivir cuatrocientos años para poder presenciar un cambio tan radical”. Como se sabe, la industrialización en Europa fue un duro y brutal proceso. Uno de los aspectos que hacen contrastante esta rápida industrialización china es el avance en las tecnologías de punta aplicadas al campo de las comunicaciones.
Punto Final fue invitado a los gigantescos estudios de la CCTV (TV china) y fue recibido junto a otros corresponsales extranjeros por Yang Zhenwu, ministro y director del Diario del Pueblo. La TV china posee 21 canales que cubren todo el territorio nacional, además de canales que emiten en inglés, español, francés, árabe, ruso y un canal destinado al continente africano. Por su parte, el Diario del Pueblo, fundado en 1948, es el órgano oficial del Comité Central del PCCH. Tiene un tiraje de tres millones de ejemplares diarios(1). En el país donde se inventó la imprenta, el ministro explica que la prensa escrita sigue teniendo gran importancia, a pesar de Internet y los teléfonos celulares. La RPCH tiene mucho interés en América Latina, dice el ministro pero por ahora disponen de solo una oficina del Diario del Pueblo en Sao Paulo. Por otra parte, Brasil es el principal socio comercial de China. Nos explica que Argentina y Chile figuran también entre sus prioridades, aunque China no tiene comunicaciones aéreas directas con América Latina. En efecto, la compañía Air China tiene un solo vuelo a Sao Paulo vía París, a pesar del inmenso Pacífico que baña las costas de nuestros dos continentes. Con todo, Chile es su principal abastecedor de cobre, así como Brasil y Argentina le suministran productos agrícolas.
Chile, durante el gobierno del presidente Allende, fue el primer país sudamericano en establecer relaciones diplomáticas con la RPCH (diciembre de 1970); anteriormente hubo un intento de acuerdo comercial vetado por Washington. Las relaciones comerciales de Chile con China databan de antes, cuando buques de la Compañía Sudamericana de Vapores trasladaron en el siglo XIX a miles de coolies chinos hacia las costas de América del Sur. Desde 1970 las relaciones entre Beijing y Santiago nunca se interrumpieron y abarcan tres regímenes políticos chilenos: la democracia de la Unidad Popular, la dictadura de Pinochet y los gobiernos electos desde 1990. Curiosamente, cuando evoco este aspecto de las relaciones bilaterales, mis interlocutores prefieren “mirar hacia el futuro”. Un colega alemán presente me comenta: “Los chinos tienen una visión de la historia cuyo tiempo no es el mismo. Tienen un objetivo y todo está supeditado a eso. Lo demás son avatares de menor importancia”(2).
Por la noche, luego de la entrevista con el ministro chino, el secretario general de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), Zhu Shuchen, recibe a PF. Durante la cena evocamos la situación de la prensa en China y el papel que juegan hoy las nuevas tecnologías, Internet y la TV. “China debe protegerse de los ataques exteriores y ello es también cierto en el marco de la prensa. Existe libertad de expresión y protegemos a nuestros colegiados, pero no a los que transgreden la ley”, nos explica, bajo una gran foto en la que Mao lee el Diario del Pueblo. La ANP también denuncia la corrupción, que desde la introducción del “socialismo de mercado” ha avanzado a grandes pasos.
Un aspecto que resalta en el proceso de modernización que se lleva a cabo en China desde hace veinticinco años, son los logros que cierta prensa interesada en poner de relieve solo los problemas e ineficiencias inherentes a este gigantesco proceso de transformaciones olvida señalar, al comparar a China con las grandes naciones desarrolladas de Europa o EE.UU. En muchos ámbitos, China ha superado en pocos años a otros países que se encontraban más o menos en las mismas condiciones hace sesenta años. Es el caso de India y Paquistán, y otros, con los cuales sí es posible compararla. China no es un país homogéneo desde el punto de vista de su desarrollo económico. Al lado de regiones ricas hay otras pobres. Si nos atenemos a los parámetros utilizados para medir el desarrollo y el crecimiento de un país (IDH, PNB per cápita y el salario medio) China es un país en “vías de desarrollo”(3).

GRANDES PAISES SE MIDEN
En aspectos tales como la vivienda, China ha hecho esfuerzos para dotar al tercio de la población (más numerosa que la población europea) con viviendas nuevas entre 2005 y 2015. En China se ha evitado el flujo masivo del campo a las ciudades gracias al famoso huku, instaurado desde los años 50, que autoriza estancias limitadas en las urbes pero no la instalación permanente de los nacidos en el campo. China es un gran consumidor de energía y mientras en los países en vías de desarrollo el 27% de la población no tiene acceso a energía eléctrica, en China esta cifra es solo del 0,6%. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, el 5,5% de la población está confrontada a carencias nutricionales. En India este porcentaje llega al 24%. La mortalidad infantil en China es cinco veces menor que en Paquistán y 3,5 veces menor que en India. El trabajo informal representa 33%, en circunstancias que en países comparables es superior al 70% (Filipinas, Indonesia, Paquistán e India, por ejemplo). Otro de los logros mayores saludado por la OIT es la eliminación del trabajo infantil. En China el 70% de las mujeres trabaja y 81% de las diplomadas tiene un trabajo (25% en India). China ha logrado disminuir estos últimos veinte años la extrema pobreza de 60 a 13%, realización sin precedentes en la historia del mundo. 800 millones de chinos han pasado a la categoría de “ingresos medios”. Un informe de la ONU expresa: “China ha obtenido un avance importante en la realización de los objetivos del Milenio, la mayor parte han sido cumplidos o sobrepasados, en el campo de la extrema pobreza, el hambre el analfabetismo y la mortalidad infantil (…) ha conseguido mantener bajo control el sida, la tuberculosis y podrá alcanzar los objetivos del Milenio para el Desarrollo”(4).
Los logros mencionados no obvian que en este proceso de modernización, junto a la introducción de mecanismos de mercado, el zorro haya entrado al gallinero, esta vez autorizado, aunque nuestros interlocutores acotan que está debidamente controlado y con bozal. La idea de que los medios empleados condicionarán obligatoriamente los loables objetivos que se quieren alcanzar es una idea recurrente, justificada por algunos aspectos que oscurecen este cuadro indudablemente exitoso de la modernización china. Nos referimos a la brecha creciente entre ricos y pobres, entre rurales y urbanos, entre miembros del establishment y los dejados de la mano del Dios dinero. La diferencia entre los que aprovechan más la modernización actual en términos de remuneración está ligada también a la productividad en las industrias y servicios, que ha aumentado más rápido que en la agricultura.

LA CORRUPCION
Otro aspecto que los chinos reconocen y denuncian es la corrupción que el gobierno combate. La corrupción ha existido en China desde antaño. Pero una vez más se verifica que el capitalismo porta en su seno la corrupción, como la nube la tormenta.
En China la agitación y protesta social no está en la mayoría de los casos dirigida contra el gobierno o el PCCH, y no cuestiona su legitimidad. Se trata de acciones locales o regionales, quejas contra potentados o burócratas locales o regionales. La situación es algo más difícil en las empresas, cuyos sindicatos eran antaño la correa de transmisión del Estado y del partido, y aunque ello podía motivar críticas legítimas, el sistema era administrable. Ahora, con el creciente número de empresas privadas y con la lógica de rentabilidad que han adoptado las empresas públicas, los conflictos se han multiplicado fuera de los sindicatos oficiales. En algunas empresas se ha optado de manera experimental por la elección directa de los dirigentes sindicales por parte de los trabajadores(5).

MILLONES DE BOCAS
Los problemas señalados son preocupación preferente del gobierno y del PCCH y explícitamente reconocidos y citados(6). De todos modos, la población parece estar consciente que una gran mayoría se beneficia con la política económica, puesto que el ingreso real ha aumentado entre 2001 y 2012 en 350% y la idea de que todos resultan beneficiados parece ser compartida. En el campo, donde históricamente han estallado innumerables revueltas(7), el gobierno administra un país que cada cierto tiempo sufre catástrofes naturales, sean sequías o inundaciones. La tierra en China es propiedad del Estado y solo delega su explotación y usufructo a los campesinos y agricultores, agrupados en comunas dirigidas por cooperativas y el PCCH, que disponen de contratos de treinta años renovables. La necesidad de garantizar la alimentación para una población de esta envergadura motivó que, desde Mao en adelante, los campesinos fueran “fijados” en el campo, de ahí la creación del huku, que divide a los chinos en “rurales” y “habitantes de las ciudades”.
La elevación del nivel de vida ha traído aparejado un mayor consumo de agua. La represa de las Tres Gargantas, en el río Amarillo, suministra parte importante de la energía necesaria, pero en contrapartida, ha significado el desplazamiento de dos millones de personas. Aunque China posee la superficie agrícola más grande del mundo, dispone sólo del 8% de tierras cultivables del planeta y del 20% de la población mundial. Necesita agua para un norte árido a las puertas de Beijing (en muchos casos agua asociada a proyectos suntuarios en la periferia de la capital y otras grandes urbes: campos de golf, estaciones de esquí). La penuria del agua es estructural y se transporta agua del sur tropical o subtropical al norte. El Tibet representa fuente imprescindible de recursos hídricos. China es además una potencia agrícola (cereales, legumbres frescas, carne de cerdo, pato, pollo, pesca, té, algodón) entre otros. Para satisfacer las necesidades de tantas bocas, China ha estado obligada a buscar en Africa, Asia y América Latina tierras o productos agrícolas.
Por primera vez, en 2012, el número de habitantes que vive en las ciudades es casi igual a la población rural. China ha controlado el crecimiento demográfico con la instauración, hace 33 años, de la política del hijo único (flexibilizada hace poco, autorizando a los padres a tener dos hijos). Pero en 2050 China no será ya un gigante demográfico (941 millones): será sobrepasada por India, con 1.500 millones.
La modernización acelerada producida en China ha introducido importantes relaciones de mercado, propias del capitalismo, aun cuando se llevan a cabo bajo control estatal. Si los intereses económicos privados quedan supeditados a las prioridades políticas y sociales definidas por el Estado y el PCCH, China podrá tal vez vadear el río, como decía Deng Xiaoping, y continuar su camino hacia el socialismo según lo han explicitado sus dirigentes. Así, se habrá desbrozado una nueva vía. Pero por otra parte, el énfasis puesto en el enriquecimiento individual tiene como contrapartida una despolitización creciente y un vacío ideológico de amplios sectores de la población, que buscan en el consumo un objetivo y una válvula de escape.
Una colega china de la Universidad de Beijing muestra cierta velada irritación: “Mire, no sé -ni usted tampoco sabe-, cómo definir el proceso al que estamos asistiendo. Como usted, tengo dudas e interrogantes. Es lo propio de un intelectual. En China la concepción del tiempo es diferente. Somos un viejo país y si hoy asistimos a una aceleración de la historia, me atrevo a decir que tal vez se está construyendo algo nuevo, nunca intentado ni escrito por los clásicos. Pero en mi incertidumbre dispongo de una certeza con la que creo usted estará de acuerdo: en los años y décadas venideros, China seguirá siendo china”.

PACO PEÑA
En Beijing

Notas:
(1) Existen otros periódicos de circulación nacional y regional; algunos son : China Daily en inglés fundado en 1981, 200.000 ejemplares; Oriental Morning Post (Shanghai) fundado en 2003, 400.000 ejemplares; Global Times (en chino e inglés); Nanfang Ribao de fuerte contenido crítico; Diario de la Juventud de China, órgano de la Liga de la Juventud Comunista China, cuyo tiraje sobrepasa varias centenas de miles de ejemplares; The Time Weekly (Guandong) fundado en 2008 que pertenece al grupo chino Guandong Publish y que se ha fusionado con otro grupo de prensa chino conformando el grupo Ximin Wan Bao.
Existen otros periódicos en lengua china editados en Hong Kong y Taiwán.
Hay que agregar los famosos Dazibao, paneles en las calles presentes desde la época imperial (literalmente “periódico de grandes signos”) en los cuales los ciudadanos pueden expresar sus críticas y descontento.
(2) En próxima entrega PF dará cuenta de los 44 años de relaciones diplomáticas entre Chile y China.
(3) En el Indice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD 2013, China figura en el lugar 101 (Chile en el 40); el PNB de China está en el lugar 93 con 4.382 dólares (Chile en el 49 y 11.827 dólares).
(4) ONU, Informe sobre China, Objetivos del Milenio, Beijing, 2008.
(5) Experimentado en las empresas Panasonic y Foxconn, en 2012 y 2013, que cuentan con 1.200.000 asalariados. Poseen capitales establecidos en Taiwán y son grandes fabricante de celulares, computadores, tablets electrónicos. Sus principales clientes son Apple, Samsung. Un reciente reportaje aparecido en la prensa canadiense da cuenta de las pésimas condiciones de trabajo de sus trabajadores. Es incomprensible que el gobierno chino no haya tomado aún cartas en este asunto.
(6) Sonados escándalos han jalonado el proceso de modernización, entre ellos: el caso de Zhen Xiauyun, director de una agencia de medicamentos y productos agroalimentarios condenado por corrupción: fue ejecutado. En 2012, Bo Xilai fue condenado a cadena perpetua; era responsable del PCCH en la provincia de Chongqing, miembro de la comisión política, ministro de Comercio. Su mujer, condenada a muerte -ejecución suspendida- aparece implicada en el asesinato de un hombre de negocios británico -Neil Heywood-. Es curioso que Bo Xilai haya sido acusado además de tendencias “neomaoístas”. Zhon Yangkang, ex ministro de la Seguridad Pública (Ministerio del Interior), de la comisión política, fue acusado de posesión ilegal de 10,5 millones de euros, 300 apartamentos, villas, coches de colección, vinos y cuentas en el extranjero. Hace algunas semanas fue detenido por corrupción el general Xu Caihu, vicepresidente de la poderosa Comisión Militar Central.
(7) El movimiento Taiping fue una gran sublevación campesina entre 1851 y 1864. Instauró el “Reino Celeste de la Paz”, encabezado por Hong Xiuqnan, místico impregnado de lecturas religiosas cristianas introducidas por los jesuitas y que se presentaba como Mesías y heredero de Jesús. Decretó la reforma agraria en 1853, la igualdad entre sexos, abolió la propiedad privada de la tierra y dispuso el goce común de alimentos y bienes de consumo. Fue derrotado por una coalición imperial aliada a fuerzas extranjeras. La historiografía oficial considera que la revuelta de Taiping prefigura la revolución comunista debido a sus preocupaciones de carácter social y a su igualitarismo.

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 809, 25 de julio, 2014)

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