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El fallo de la Fiscalia
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Impunidad de la “farmafia”
La estafa como parte de los negocios
Los tribunales cerraron el proceso por colusión en los precios de los medicamentos tramada por las tres grandes cadenas de farmacias que controlan el mercado. Un caso que estalló en 2008 y que termina sin sanciones penales ni culpables. Los acusados se declaran inocentes y las partes llegan a un acuerdo, por lo que los ejecutivos procesados deberán hacer una “donación” en dinero o especies por 255 millones de pesos a instituciones de caridad, como Coaniquem o la Cruz Roja, además de tomar cursos de ética empresarial y elaborar cartillas sobre la libre competencia.
Un castigo simbólico, que no tiene parangón con el daño causado ni con el beneficio obtenido. Recordemos que por el alza concertada en los precios de los medicamentos para enfermedades crónicas, las tres cadenas de farmacias obtuvieron una ganancia adicional de casi 50 millones de dólares. Por tanto, la multa, que equivale a medio millón de dólares, no tiene relación con el beneficio fraudulento, y esta lenidad parece fomentarlo. Este acuerdo entre la Fiscalía y los diez imputados -que no son siquiera las cabezas de estos conglomerados-, que parece burlarse de los enfermos y clientes estafados, viene a confirmar la impunidad con que opera el sector farmacéutico. Ya en PF 784 informamos sobre el lobby farmacéutico, los parlamentarios y los gremios de la salud que han impedido cambios a la ley sanitaria.
Con este acuerdo, el mensaje que se entrega a los carteles de la salud es que bien vale la pena coludirse y estafar en un país que carece de leyes, reglamentos y sanciones y de una Constitución que proteja a los ciudadanos.
Ahora hay algunos parlamentarios en campaña por la reelección que han puesto el grito en el cielo por la impunidad que existe para los estafadores de cuello y corbata. Pero fueron ellos mismos quienes durante el gobierno de Ricardo Lagos eliminaron un artículo que penalizaba con cárcel a estos sinvergüenzas. En el Chile de la total impunidad empresarial -basta recordar desde La Polar a Cencosud, desde las Isapres a las universidades que lucran, desde Celulosa Arauco a las termoeléctricas y las telefónicas-, estas multas insignificantes sólo refuerzan la estafa como modelo de hacer negocios en este país juguete del capitalismo sin frenos.
PF
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 785, 12 de julio, 2013)
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