Documento sin título
Buscar |
|
último Editorial |
|
Cinco exigencias
para un nuevo sistema educacional |
|
Carta al director
|
|
Ediciones
Anteriores. |
|
En
Quioscos |
|
Archivo
Histórico |
|
Publicidad del Estado |
El fallo de la Fiscalia
 |
Regalo |
|
|
Grecia vira a la derecha
Por segunda vez en dos meses, los nueve millones de electores griegos, agotados y fatalistas, han concurrido a las urnas el 17 de junio para dirimir la disyuntiva en la que se encuentra su país. Los dos partidos más importantes, representados por Alexis Tsipras de Syriza y Antonis Samaras de Nueva Democracia, debieron enfrentarse una vez más para tratar de obtener la mayoría de los trescientos escaños parlamentarios, susceptibles de garantizar la formación de un gobierno que pueda conducir al país a buen puerto en medio de la crisis. La importancia de haber obtenido la mayoría en las legislativas radica en el hecho de que la ley electoral griega -sistema mixto basado en la proporcionalidad con una dosis de escrutinio mayoritario- elige de manera proporcional 250 diputados entre los partidos que han obtenido más del 3% de los votos y atribuye 50 escaños al partido que ha obtenido el mayor número de sufragios.
La expectación en torno a un escrutinio simbólico fue patente en toda Europa, y dirigentes de diversos países intervinieron abiertamente en el proceso electoral griego, la mayoría para impugnar, cuando no atacar y amenazar, al líder de Syriza si éste continuaba rechazando los planes de austeridad y el memorándum del triunvirato formado por el Banco Central Europeo (BCE), el FMI y el Bundesbank. Diversas declaraciones de dirigentes europeos habían expresado que se podría prescindir de Grecia en la zona euro. François Hollande, el flamante presidente francés, comenzó a mostrar su verdadera faz inmiscuyéndose en el proceso electoral griego: “Un voto contrario al plan propuesto por la UE nos prepara a lo peor”. Hollande recalcó en una entrevista a la cadena griega Mega Channel: “Debo prevenir a los griegos que si dan la impresión que no quieren respetar sus compromisos y abandonan toda perspectiva de recuperación, habrá países de la zona euro que preferirán acabar con la participación griega”.
Pero la idea de dejar de lado a Grecia choca con el lugar irreductible que tiene Grecia en el imaginario europeo. Una decisión de esta naturaleza representaría el corte drástico de la transfusión de dinero ya proporcionado a Atenas, vía la banca privada, por el BCE. Los burócratas de la Unión Europea temían el efecto que la victoria de Syriza pudiese tener en países como España e Italia, e incluso, Francia. Si Syriza hubiese ganado y denunciado el memorándum, la UE estaba decidida a cortar toda ayuda a Grecia. El tono amenazador de la burocracia europeísta fue más preciso con el correr de los días.
PRESIONES SOBRE LOS GRIEGOS
Mucho más agresiva fue la desembozada intervención de la canciller alemana Angela Merckel, quien en vísperas de las elecciones llamó a los griegos a votar por el “respeto a la disciplina presupuestaria... es por eso que es tan importante que la elección griega desemboque en la elección de un gobierno que diga: sí, respetaremos los acuerdos” Ello en un país polarizado al extremo significaba apoyar al candidato de la derecha Antonis Samaras de Nueva Democracia, que se presentó como garante de la permanencia de Grecia en la zona euro y del respeto irrestricto al memorándum impuesto por el triunvirato.
Un responsable de la CDU (DC germana), Wolfgang Bosbach, había advertido a los griegos sobre el riesgo de una posible salida de Grecia de la unión monetaria: “Si la Izquierda radical gana y se obstina en obtener las ayudas consentidas a los otros países europeos sin contrapartida, será entonces sólo una cuestión de tiempo para que Grecia salga de la zona euro”. Por su parte, el primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, también fue categórico en esta campaña del terror contra Syriza: “Que sea claro para los griegos. No se puede negociar el contenido del programa de austeridad”. Pero evocó una posible prolongación del plazo para implementar las medidas de austeridad. Para Juncker la eventual salida de Grecia del euro y de la Unión Europea tendría “un efecto devastador, independientemente de las consecuencias económicas y sociales para Grecia”. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, país que ha recibido 100 mil millones de euros como ayuda a la banca española, ejerció las mismas presiones que sus pares europeos. Hasta Barack Obama advirtió a los electores griegos del peligro de votar por Syriza y por el KKE (Partido Comunista).
Escéptico, el filósofo griego Stelios Ramos considera que las recientes elecciones legislativas helenas no podrán resolver todo, porque todo estaría por hacer: “Luego de su independencia, Grecia fue propulsada al rango de ‘país moderno’, sin siquiera haber forjado una suerte de contrato social”, dijo. Las elecciones griegas plantearon por otra parte con crudeza la cuestión de la soberanía de los Estados y la injerencia de las potencias europeas y del triunvirato que gobierna Europa.
LOS RESULTADOS
La incógnita fue disipada la noche del 17 de junio cuando comenzaron a conocerse las primeras cifras que confirmaron la victoria de Nueva Democracia (derecha) con diez puntos más que el 6 de mayo pasado: 30% y 130 diputados; Syriza subió también diez puntos, y obtuvo 27% y setenta escaños (sumó veinte escaños). El Pasok (socialistas) tuvo 12% y 33 diputados (pierde siete). El Partido de los Griegos Independientes (populistas de derecha) conserva alrededor de 7,5% de los sufragios (pierde 3%) y veinte diputados (pierde trece escaños), al igual que el partido neonazi Aurora Dorada, 6,5% y 16 escaños (pierde cinco diputados). La Izquierda Demócrata (Dimar, socialdemócrata), de Fotis Kouvélis, con 6% obtiene 16 escaños (pierde tres). Por su parte, el KKE (Partido Comunista) sufrió una importante merma: obtuvo 4,5% y doce diputados (pierde 4% y catorce diputados).
Al tenor de estos resultados, Nueva Democracia, el Pasok, el Partido de los Griegos Independientes y Dimar, es decir, los que han aceptado el diktat del triunvirato, estarían en condiciones de formar un gobierno que contaría con mayoría en la Asamblea. Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia, ha llamado a la constitución de un gobierno de “unión nacional” liderado por su partido. Angela Merckel exhaló un suspiro de alivio y ha prometido un “plazo prudencial para que Grecia cumpla con los compromisos contraídos”.
Sin embargo, la masiva movilización desde hace meses contra el programa destinado a sojuzgar a Grecia, permite aventurar que habrá una “segunda vuelta” en las calles helenas, donde necesariamente tendrán que encontrarse Syriza, el KKE y todos los que se oponen a que Grecia se convierta en un protectorado del FMI, el BCE y el Bundesbank.
SOCIALISTAS EN FRANCIA
Por otra parte, los resultados de las elecciones legislativas francesas no fueron una sorpresa. Los dados estaban tirados desde la primera vuelta (10 de junio) e incluso se puede decir desde la elección presidencial de mayo pasado. Así lo entendieron los electores galos que se abstuvieron masivamente (44%, de 42.166.917 electores inscritos, sólo 22.814.466 concurrieron a votar). El PSF obtuvo mayoría absoluta (310 escaños de los 577 de la Asamblea Nacional) y puede gobernar sin el apoyo de los Ecologistas/Verdes. Desde 1981, con Mitterrand, que el PSF no alcanzaba la mayoría absoluta. El pequeño partido Ecologista/Verde hizo un negocio redondo: con sólo algo más de 3% a nivel nacional, en la presidencial obtiene, gracias a los acuerdos de desistimiento recíproco con el PSF, alrededor de 17 diputados. El Frente de Izquierda paga las consecuencias de la aplanadora socialista y sólo elige 10 diputados. Jean Luc Mélenchon, uno de sus portavoces, declaró: “Lo que ahora hay que ver es si el gobierno estará a la altura de las esperanzas surgidas en la Izquierda. Hemos constatado la energía empleada por el PSF para hacer perder a los candidatos del Frente de Izquierda. No haremos concesiones al gobierno, no somos impacientes ni ingenuos”.
El FN, cuya líder Marine Le Pen fracasó por escasos 114 sufragios para ser electa, logra elegir tres diputados, entre ellos, Marion Marechal Le Pen, nieta del veterano jefe del FN, Jean Marie Le Pen y sobrina de Marine, una del más de centenar de mujeres electas en esta nueva Asamblea y la más joven. Como lo ha señalado Marine, el sistema electoral francés -mayoritario a dos vueltas- impide que un partido como el FN, que tiene una masa electoral de varios millones de electores y un 18%, tenga una representación parlamentaria en consecuencia. El mismo análisis podría aplicarse al Frente de Izquierda. En el programa de François Hollande figura la medida de introducir una dosis de proporcionalidad.
La UMP (derecha), como se preveía, es ahora minoritaria en la Asamblea: pierde un centenar de escaños y elige 228 diputados. El centro fue literalmente eliminado, así como la extrema Izquierda.
Queda por delante lo que muchos temen, aunque los dirigentes socialistas se han apresurado a desmentirlo: pasada la euforia electoral y al volver a la realidad de la crisis, el gobierno de Hollande podría estar tentado por el recurso de aplicar las medidas de austeridad que siendo candidato denunció.
PACO PEÑA
En París
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 760, 22 de junio, 2012)
revistapuntofinal@movistar.cl
www.puntofinal.la
www.pf-memoriahistorica.org
¡¡Suscríbase a PF!!
|
Punto Final
|