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Importancia de la educación pública
Autor: ALEJANDRO LAVQUEN
JUAN Antonio Calzadilla (izq.) conversa con el redactor de PF
Para participar en la presentación del libro “Simón Rodríguez. Las razones de la educación pública” (Editorial Catalonia), vino a nuestro país el poeta y filósofo venezolano Juan Antonio Calzadilla Arreaza. El libro es una compilación de la obra del educador Simón Rodríguez (Caracas, Venezuela, 1769-Amotape, Perú, 1854), el maestro de Bolívar (ver comentario aparte).
Calzadilla conversó con “Punto Final” sobre Simón Rodríguez y la importancia de la educación pública.
¿Qué le parece que se haya editado en Chile este libro sobre Simón Rodríguez?
“Es un acontecimiento significativo. A los venezolanos nos enorgullece. Sobre todo porque se da en el contexto del Bicentenario de nuestra Independencia. Simón Rodríguez no sólo fue el maestro del Libertador Simón Bolívar, también es uno de los grandes filósofos y pensadores latinoamericanos. Es una figura emblemática en el plano de la educación, de manera que esta iniciativa nos llena de satisfacción. En el libro, Fernando Villagrán incluye un estudio de mucha profundidad que resulta un gran aporte para los estudiosos de Simón Rodríguez”.
¿Cuál es el principal legado de Simón Rodríguez como educador?
“En primer lugar, la importancia de la educación para la constitución de repúblicas verdaderamente independientes, descolonizadas. En segundo lugar, el método que se expresa en su propia escritura. Rompe con el patrón de la prosa que él considera clásica y europeizante, y trata de crear una expresión literaria propiamente suramericana y dirigida a una población que no tiene la instrucción para seguir, por ejemplo, a un Andrés Bello, por nombrar sólo una gran figura intelectual. Simón Rodríguez tenía aquello que se llama ‘genio popular’: saber ponerse al alcance del pueblo no instruido sin marcar superioridad que lo humille o lo disminuya, sino buscando una manera de elevarlo. Su escritura es de gran interés, incluso para la poética, para la literatura de creación, por su carácter innovador. Es una escritura que puede considerarse impulsora de la poesía visual, constructivista, de vanguardia.
En su pedagogía es esencial una teoría de la subjetividad, donde los dos polos fundamentales son las ideas y los sentimientos. De manera que él no aísla la parte meramente cognitiva de la afectiva. Se trata de enseñar movilizando todo el juego de sentimientos concomitantes a las propias ideas. También es una pedagogía política, pero no porque diserte o insemine una ideología particular, si bien tiene efectos ideológicos que sustancialmente son la defensa de la República. Es una pedagogía política porque su objetivo fundamental es enseñar no solamente un valor o una idea, sino un complejo cognitivo-afectivo, la necesidad de la sociabilidad para la subsistencia de la sociedad y del individuo que tiene que reconocer en la sociedad la condición de su propia existencia. Se trata de formar ciudadanos que sepan porqué viven en sociedad y qué es lo necesario para que subsistan de una manera libre que cuente con la voluntad de todos, satisfaciendo a la vez la necesidad de todos, sin excepción, como siempre reiteraba Simón Rodríguez. La primera obligación de una república es educarnos para ser ciudadanos”.
Educación gratuita
en Venezuela
A ese respecto, ¿qué nos puede decir sobre la educación pública en Venezuela?
“Simón Rodríguez es uno de los pilares filosóficos de la revolución bolivariana. En nuestro proyecto hablamos de tres raíces de pensamiento y afectividad: Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez. Bolívar tiene una frase muy famosa, que es el lema de casi todo lo que se refiere a educación en Venezuela: ‘Moral y luces son nuestras primeras necesidades’, es una frase de Bolívar en su discurso de Angostura. Eso es absolutamente robinsoniano, como llamamos nosotros los conceptos de Simón Rodríguez, quien habla justamente de luces y virtudes, es decir luces y moral. Bolívar, de alguna manera, había asimilado este aprendizaje. Son los dos canales de la formación del ciudadano. Las virtudes son la moderación de los sentimientos que impiden el egoísmo y que inculcan la sociabilidad y la conciencia de la primacía del interés social como condición de subsistencia; y las luces, son el conocimiento. Estos dos factores van aparejados”.
¿Cómo funciona esto en la práctica en Venezuela? Me refiero a la educación pública.
“Venezuela tiene una larga tradición en cuanto a educación universal gratuita, pública y obligatoria. Es algo muy propio de nuestra historia. Y claro, esto se ha visto reforzado y fortalecido por la revolución bolivariana. Esta lleva la educación mucho más allá del sistema formal heredado. La convierte en operaciones llamadas Misiones, que independiente de algunos aparatos anquilosados del Estado, y a pesar de tener conciencia de ser una obligación la gratuidad de la enseñanza, tienen un efecto de democratización masiva. Incluye un programa que alfabetizó a prácticamente la totalidad de la población analfabeta. Los alfabetizados pasan a (...)
Se publicó completo en “Punto Final”, edición Nº 740, 19 de agosto, 2011
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