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Observatorio Político
Piñera y la trama oculta del fútbol
Autor: MANUEL SALAZAR SALVO
Pareciera que al presidente Sebastián Piñera no sólo le gusta ser protagonista de todo evento en el que toma parte. También se siente obligado a preparar una puesta en escena de película, que le permita captar la atención de los medios de prensa. Por ejemplo, disfrazado con capa y sombrero de copa, recibió a un grupo de alumnos del Instituto Alonso de Ercilla que visitó La Moneda el Día del Patrimonio Nacional. -¡Se parece al Conde Vrolok…!(*)-, gritó un niño provocando carcajadas de los presentes.
El día que acudió a despedirse de la selección nacional de fútbol, frustrado por no haber podido ejecutar un penal como habían solicitado horas antes sus asesores a los ejecutivos del balompié nacional, el presidente Piñera leyó un discurso que pretendía ser simpático, pero que provocó efectos opuestos, al llamar por sus apodos a los jugadores y de “loco” a Marcelo Bielsa, entrenador argentino del equipo.
Desde el momento en que ingresó al Congreso Nacional para ser investido como nuevo mandatario, el 11 de marzo, cuando decidió saludar uno por uno a todos los que ocupaban la primera fila del pasillo de acceso a la testera, un hecho inédito en los anales de esa ceremonia, Piñera reveló que pretendía ser un gobernante diferente.
En las últimas semanas, en sus visitas a terreno ha comido sopaipillas, hizo instalar carpas para ver los partidos de Chile en Sudáfrica, se puso chaquetas rojas, verdes, amarillas y de todos los colores que utilizan los servicios del Estado. Y habla, habla, habla incesante; y repite una y otra vez las mismas frases e ideas sobre el “alma” o el eventual futuro del país.
Muchos lo han dicho: el presidente al parecer se quedó pegado en los últimos meses de 2009, en la fase final de la campaña electoral que le dio un estrecho triunfo sobre Frei. Pero no es sólo eso, que podría atribuirse a su personalidad o a su carácter. Hay mucho más. Se han hecho evidentes numerosas flaquezas en sus equipos asesores más cercanos: los encargados de sus discursos, de su agenda, de su avanzada, de la prensa y de las comunicaciones en general.
Los periodistas, fotógrafos y camarógrafos que siguen sus actividades notan a diario serias fallas en diferentes planos de la agenda presidencial. Se eligen mal las locaciones, no funciona el sonido, los puntos de prensa se ubican lejos de cámaras y grabadoras; en fin, un cúmulo de detalles que aportillan el éxito a la hora de transmitir las actividades del presidente de la República. El mandatario se ha empecinado, además, en intentar emitir una sola imagen televisiva de sus apariciones, cuestión que aún no consiguen sus asesores y a la que se resisten los reporteros de La Copucha -la oficina de los periodistas que cubren las noticias del palacio de gobierno-. La “imagen única” sólo fue posible en los peores años de la dictadura militar.
La fanfarria permanente que parece gustarle a Piñera, adquirió tintes hollywoodenses el día en que recibió a la selección nacional de fútbol en La Moneda, a su regreso de Johannesburgo. Alfombra roja de lado a lado y del frente al fondo; banderas presidenciales en los balcones de La Moneda y Piñera, cual jefe de barra, agitando el pabellón patrio junto a los jugadores. Pareció como mucho. Incluso a sus partidarios.
Críticas mercuriales
Desde las páginas de El Mercurio señalaron que esta última actividad de Piñera “terminó por encender las alarmas en el oficialismo sobre el estilo del mandatario”, agregando que “existe preocupación entre parlamentarios y dirigentes del oficialismo por el estilo informal que caracteriza a Piñera, y que ha mantenido en sus primeros tres meses en La Moneda, lo que podría estar contribuyendo a exponerlo a situaciones como la del jueves” (alude al seco y reticente saludo del entrenador Marcelo Bielsa). “Más aún -agregó el periódico- cuando (Piñera) enfrenta una pérdida de terreno en los atributos de ‘credibilidad’ y ‘confianza’, así como un aumento del nivel de rechazo, que muestran las encuestas”.
“La dignidad de la figura del presidente está en entredicho; ya no es algo anecdótico, porque tiene consecuencias políticas”, expresó a El Mercurio el jefe de bancada de diputados de la UDI, Patricio Melero, agregando: “Esto debe ser materia de preocupación en la Presidencia, porque si no se revierte, el mandatario puede ser ninguneado por cualquiera”. El presidente de RN, Carlos Larraín, por su parte, opinó que la actual coyuntura hace necesario un cambio de actitud de Piñera: “Pasado el período de emergencia aguda, donde se necesitaba mucha presencia del presidente y su abnegada mujer, la autoridad del presidente tiene que centrarse ahora en la eficacia”. (El Mercurio, 3 de julio).
Los amos del fútbol
Tras los roces de Piñera y Guillermo Ruiz-Tagle, subsecretario de Deportes, con Marcelo Bielsa y Harold Mayne-Nicholls, presidente de la Asociación Nacional de Futbol Profesional (ANFP), se esconde una soterrada pugna por el control de la actividad y de los cada vez más suculentos negocios que la rodean. Ella se ha hecho cada vez más evidente al surgir la posibilidad de que Bielsa se marche del país y al acercarse las elecciones de la ANFP, donde Mayne-Nicholls postulará a un nuevo período.
Como se sabe, Piñera y Ruiz-Tagle son los principales accionistas de Colo-Colo, que junto a Universidad de Chile y a Universidad Católica se han opuesto a la conducción de Mayne-Nicholls y a la forma en que se reparten los dineros que proporciona el Canal del Fútbol (CDF) por la emisión televisiva de los partidos del campeonato oficial. Asimismo, la dupla Mayne-Nicholls y Bielsa no ha ocultado sus simpatías por la ex presidenta Michelle Bachelet, en particular después de los ambiciosos programas para renovar los estadios de fútbol.
Piñera y Ruiz-Tagle también son parte de una planificada ofensiva empresarial destinada a controlar y transformar a los principales equipos del fútbol profesional.
La Católica y la U
A fines del año pasado, María Cecilia Karlezi, integrante del directorio de Falabella, se transformó en la principal propietaria del club de fútbol Universidad Católica, tras adquirir 10% de las acciones de Cruzados SADP, sociedad que controla al equipo. Karlezi es la única hija de María Luisa Solari Falabella, una de las tres hermanas que dominan el directorio de la multitienda con presencia en cuatro países de América Latina y ventas que superan los 10 mil millones de dólares al año. De ese mismo directorio proviene el actual canciller, el ingeniero comercial Alfredo Moreno Charme.
Un primo hermano de Karlezi, Carlos Heller, también director de Falabella, hijo de Liliana Solari Falabella, es el principal accionista de Azul Azul, la sociedad que controla al club Universidad de Chile. Heller es, además, presidente del directorio del Club Hípico.
Karlezi y Heller son socios del influyente grupo Penta, que dirigen Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, dueños del Banco Penta, Banmédica, AFP Cuprum, Inmobiliaria Las Américas, Universidad del Desarrollo y una serie de fondos de inversiones que controlan negocios en diversos rubros.
Carlos Alberto Délano, empresario y amigo muy cercano de Piñera y de Joaquín Lavín, es propietario desde junio de 2007 del 7% de las acciones de Azul Azul, cuyo directorio preside Federico Valdés Lafontaine, uno de los fundadores de la UDI y vicerrector de la Universidad del Desarrollo, eje principal del grupo Penta en el negocio de la educación.
Délano y Valdés manejan al club Universidad de Chile junto a otros conocidos personeros de esta plaza, como Mario Conca y Jaime de Aguirre, ejecutivos de Chilevisión; José Yuraszeck y Leonidas Vial, uno de los propietarios del banco de inversión Larraín & Vial.
Sebastián Piñera, “cruzado” de corazón, ingresó a la propiedad de Colo Colo con varios de sus amigos, con los cuales hoy controla el club albo, entre ellos Juan Bilbao y Patricio Parodi, presidente y gerente general de Consorcio Financiero; el director de Parque Arauco, Raimundo Valenzuela, y representantes de las administradoras de fondos de inversión Moneda y Celfin Capital.
Lavín y Wanderers
Junto a las directivas de Colo-Colo, la U y la UC, se alineó desde comienzos de 2008 el equipo de Wanderers, a través de la sociedad anónima Joya del Pacífico, que recibió la concesión del club porteño hasta el año 2038. El ente controlador, impulsado por el actual ministro de Educación, Joaquín Lavín, lo integra otro grupo de empresarios ligados a los negocios, la educación y la política, entre ellos Jorge Lafrentz Fricke, vicepresidente ejecutivo del grupo Altas Cumbres, surgido de la financiera Condell; Mario Valcarce, ex ejecutivo de Chilquinta, Chilgener y Enersis, y presidente de Endesa; Roberto Carrasco, gerente contralor de empresas Banmédica, del grupo Penta; Nicolás Ibáñez Scott, accionista mayoritario de D&S, vinculada a los supermercados Líder, ahora controlados por la norteamericana Wall Mart; Miguel Bejide, ex ejecutivo de La Nación en la dictadura militar y actual presidente de la Fundación Miguel Kast; Alberto Eguiguren, dueño de dos cadenas farmacéuticas en Argentina; Juan Luis Köstner, presidente de Gémines Management Consulting y ex gerente general del Banco Sudamericano; Cristián Solís de Ovando Lavín, socio de la empresa de servicios KPMG Chile, ex ejecutivo de Ernst &Young y director del diario Estrategia y del Instituto Libertad, vinculado a RN y primo de Joaquín Lavín, el ministro de Educación.
El control accionario de Joya del Pacífico lo tiene la (…)
(*) Vampiro de una serie nacional de TV (N. de PF).
( Este artículo se publicó completo en “Punto Final”, edición 713, 9 de julio, 2010)
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