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“Los 8 de Valparaíso” en la ruta del horror
EL Colectivo “Amigos de Miguel Woodward” se manifestó ante el edificio de la Armada, en Valparaíso, el día de la partida del buque-escuela “Esmeralda”, despedido por la presidenta Bachelet.
La Segunda Sala de la Corte Suprema de Justicia, integrada por los ministros Milton Juica, Hugo Dolmetch, Carlos Künsemüller, Haroldo Brito y Lamberto Cisternas, dictó sentencia definitiva en el caso caratulado como los “Ocho de Valparaíso”.
La investigación fue sustanciada por el ex ministro en visita Alejandro Solís por los secuestros calificados de Horacio Neftalí Carabantes Olivares, Alfredo Gabriel García Vega, María Isabel Gutiérrez Martínez, Fabián Ibarra Córdova, Sonia del Tránsito Ríos Pacheco, Carlos Ramón Rioseco Espinoza, Abel Alfredo Vilches Figueroa y Elías Ricardo Villar Guijón, perpetrados en enero de 1975 en diversos puntos de la V Región.
En fallo dividido, con los votos en contra de los ministros Dolmetch y Cisternas, la Sala Penal acogió el recurso de casación presentado en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, rebajando a 541 días de presidio la sentencia dictada en contra Pedro Herrera Henríquez, en calidad de cómplice en dos de los casos. Es decir, no irá a la cárcel, pues con esa penalidad puede cumplir la condena con firma mensual. En tanto, confirmó las penas de 10 años y un día de presidio en contra de Rolf Wenderoth, Daniel Cancino Varas, como autores. Asimismo, ratificó 5 años y un día de presidio para Rubén Fiedler Alvarado como cómplice, y 3 años y un día de presidio para Fernando Lauriani. De esta forma, el ex oficial de Investigaciones, quien se encuentra prófugo desde febrero de este año por no concurrir a notificarse en el caso torturas de treinta sobrevivientes de Villa Grimaldi, deberá ingresar a Punta Peuco, apenas sea capturado por la PDI.
No interpusieron recurso de casación los sentenciados Manuel Contreras, condenado a 15 años y un día de presidio; Marcelo Moren Brito, a 10 años y un día, Miguel Krassnoff Martchenko a 10 años y un día, Orlando Manzo Durán, a 5 años y un día y Pedro Alfaro Fernández, condenado a 3 años y un día.
A Pedro Herrera se le rebajó la condena por haber contribuido al esclarecimiento de los hechos. Por ese mismo motivo a Fernando Lauriani se le había rebajado la pena, a pesar de ser uno de los autores de las ocho desapariciones.
HISTORIA DE LOS OCHO
El 17 de enero de 1975 fueron detenidos en Viña del Mar la pareja conformada por Sonia Ríos Pacheco y Fabián Ibarra Córdova. Un día después se detuvo a Carlos Rioseco Espinoza y Alfredo García Vega. El 21 de enero de 1975 se detuvo a Horacio Carabantes Olivares, en la misma ciudad; el 24 de enero, en Quilpué, a María Isabel Gutiérrez Martínez; el 25 de enero, a Abel Vilches Figueroa, también en Viña del Mar, y el 27 de enero de 1975, en Valparaíso, a Elías Villar Quijón. Todos fueron trasladados al Regimiento Maipo y, el 28 de enero de 1975, a Villa Grimaldi en Santiago.
El juez Solís estableció que el grupo de “los ocho de Valparaíso fue introducido en el interior de Villa Grimaldi al lugar llamado La Torre. El 20 de febrero la mayor parte de ellos fueron sacados del centro de reclusión, sin que se haya vuelto a tener noticias de ninguno”.
Lilian Castillo Rojas, cónyuge de Horacio Carabantes, quien estaba embarazada, declaró que el 21 de enero de 1975 se presentaron en su domicilio en la comuna de Quilpué, “agentes de la Dina quienes llevaban a su marido en calidad de detenido. Fue aprehendida junto a su hija de dos años y tres meses. Las trasladaron hasta el Regimiento Maipo y los encerraron en un subterráneo donde ya se encontraba Fabián Ibarra”.
En el lugar vio a Fernando Lauriani y a Marcia Merino (la Flaca Alejandra). La trasladaron a la enfermería, ya que presentaba ocho meses de embarazo. Le indujeron el parto. Relató que a su hija de dos años se la llevaron a otro lugar. Nacieron gemelas. La visitó su marido, a quien vio en pésimas condiciones físicas, con heridas en sus talones y pies y quemaduras de cigarrillos en su pecho. Allí su esposo le contó que “también se encontraban detenidos Erick Zott, Mónica Medina, Hernán Brain, Alfredo García, Carlos Rioseco, Abel Vilches, María Isabel Gutiérrez y Sergio Vásquez”.
Luego agregó al magistrado que “el 28 de enero de 1975 a las 18.00 horas, nuevamente la visitó su cónyuge y le indicó que ella sería dejada en libertad y que a él lo llevarían a Santiago. Cerca de las 24 horas del 28 de enero, la trasladaron junto a sus tres hijas. Las acompañó Carabantes hasta la casa de su tío en Quilpué, donde fue dejada en libertad y a su marido se lo llevaron”.
Sergio Antonio Vásquez Malebrán, militante del MIR en Viña del Mar, fue detenido el 23 de enero de 1975. Horacio Carabantes era su encargado político, quien tenía conexión directa con el encargado regional del MIR. Al ser arrestado al interior de una camioneta Chevrolet C-10 vio que se encontraba Carabantes, quien estaba mal físicamente, producto de las flagelaciones. Lo trasladaron al Regimiento Maipo, allí escuchó a Sergio Vesely y fue torturado con electricidad.
“Alrededor de la una de la madrugada del 29 de enero de 1975 -relató al magistrado-, nos suben a una camioneta tipo tres cuartos de una pesquera, cerrada completa -era una camioneta frigorífica-, a Mónica Medina, Fabián Ibarra, Sergio Vesely, Erick Zott, Walkiria Jorquera, Julio Torres, Gerardo Hernández, Lilian Jorge, Abel Vilches, Frida Klimplen, María Isabel Gutiérrez, Hernán Brain, Ricardo Villar, Carlos Rioseco, Horacio Carabantes y otros. En total éramos unos veinte detenidos. En la madrugada del 29 de enero de 1975 llegamos a Villa Grimaldi”. El vehículo pertenecía a la Pesquera Arauco.
AMARRADOS EN UNAS CABAÑAS
De acuerdo al testimonio de Vásquez, fueron trasladados al centro donde se formó en técnicas de represión y tortura a la Dina: Rocas de Santo Domingo. Esto ocurrió entre el 3 ó 4 de febrero de 1975, junto a Abel Vilches, Alfredo García, Carlos Rioseco, Lilian Jorge, Elías Villar, Horacio Carabantes. Esta vez en una Chevrolet C-10, la flota de vehículos ocupada por la Dina para detener y hacer desaparecer personas.
“Llegamos a un lugar ubicado cerca del mar. Nos bajan de la camioneta, y como andaba con chalas siento arena en el pie y la herida me arde; nos enfilan, caminamos tocándonos los hombros y nos meten en unas cabañas, a mí me encierran con Abel Vilches y Lilian Jorge. Eran cabañas de veraneo. Nos amarran a los catres, de los pies, manos y por el cuello, lo que nos impedía la movilidad. El resto de los detenidos estaban en las cabañas contiguas. Nos dejan en esas condiciones por varias horas. Abel Vilches se desata y nos desata a Lilian y a mí. Abel nos convida pan que tenía en sus bolsillos y cuando empezábamos a descubrir dónde estábamos, sentimos un guardia, ante lo cual nosotros mismos nos volvimos a atar”, contó al juez Alejandro Solís.
En la tarde del segundo día fueron sacados de las celdas Horacio Carabantes, Alfredo García, Abel Vilches y subidos a una camioneta. Dado que Vásquez estaba herido y con fiebre comenzó a vomitar. “Mis compañeros comienzan a golpear la camioneta, se detienen, van a ver qué pasaba, nos dejan tomar un poco de aire. En ese momento uno de los guardias llama por radio y dice: ‘Aquí Rocas Santo Domingo, permiso para entrar’. Siguen el trayecto. Pienso que estábamos en Valparaíso, esto por las vueltas que daba la camioneta, como si circulara por los cerros y creo que nos llevan al Regimiento Silva Palma”.
LOS HACEN DESAPARECER
“Luego de unas dos horas, nos hacen bajar la escalera y nos suben a la camioneta, regresando a las cabañas. A los cuatro días, tal vez el 7 u 8 de febrero regresamos todos los detenidos a Villa Grimaldi, excepto Horacio Carabantes y Alfredo García”, precisa Vásquez.
Vásquez, continúa en su relato: en el ex Cuartel Terranova “el día 20 de febrero de 1975, en la mañana, van a buscar a los ocho detenidos en Valparaíso. Nos despedimos porque pensamos que ellos se iban en libertad y les pedí a Abel y a Horacio que le avisaran a mi compañera que estaba en Villa Grimaldi”.
Además, otros fueron llevados y mantenidos en prisión en el cuartel de Cuatro Alamos. Desde este centro de detención, ubicado en la comuna de San Joaquín, los detenidos no eran reconocidos como tales por la dictadura y muchas veces eran sacados para continuar siendo interrogados por la Dina. Así ocurrió con María Isabel Gutiérrez Martínez, Fabián Ibarra Córdova, Sonia Ríos Pacheco, Alfredo García y Carlos Rioseco Espinoza.
El fallo del juez Solís señala que desde ese recinto de reclusión “fueron sacados, sin haberse registrado en los libros respectivos su ingreso como detenidos por parte de los agentes de la Dina, provenientes del recinto clandestino de reclusión de Villa Grimaldi, sin tampoco estamparse su egreso y menos el lugar de su destino, como ocurrió”. Orlando José Manzo Durán estaba a cargo de 4 Alamos. La justicia lo condenó como cómplice de secuestro calificado. Actualmente cumple condena de 5 años y un día en el Penal de Punta Peuco por la desaparición de Mónica Llanca Iturra y Héctor Vergara Doxrud. Debía salir en libertad el 14 de septiembre de 2017. Con esta condena se le suman 5 años más.
LO HORRORES QUE VIVIERON
Numerosos son los testimonios incorporados al proceso que confirman que los ocho de Valparaíso fueron vistos en Villa Grimaldi, entre ellos el de Amelia Odette Negrón Larré, detenida el 10 de febrero de 1975 por la Dina. Negrón puntualizó que la noche del 20 de febrero de 1975 vio que en el patio de Villa Grimaldi “tenían a un grupo de detenidos a los que subieron a una camioneta blanca, entre ellos, Horacio Carabantes, Alfredo García, María Isabel Gutiérrez, Fabián Ibarra, Juan Molina Mogollones, Sonia Ríos Pacheco, Carlos Rioseco, Alfredo Vilches, Elías Villar Quijón, los que fueron sacados de La Torre”.
Hugo Ernesto Salinas Farfán,detenido el 3 de enero de 1975, relató que “a fines de enero de 1975, llegaron provenientes de Valparaíso alrededor de doce detenidos, entre los que reconoció a Horacio Carabantes... El, al igual que el resto de los detenidos de Valparaíso, se encontraba en pésimas condiciones físicas. Además, en ese grupo estaban María Isabel Gutiérrez y Sonia Ríos”.
Rosa Elvira Lizama Leiva, indicó que “una noche fue sacada del recinto junto a María Isabel Gutiérrez, Horacio Carabantes y otros detenidos de Valparaíso y llevados hasta Cuatro Alamos”. Relata que una mañana fueron llevadas nuevamente a Villa Grimaldi María Isabel Gutiérrez, Graciela Alvarez y Horacio Carabantes. “Los encierran en La Torre -prosiguió- donde ya se encontraban, entre otros, Luis Costa, Alfredo García, Sonia Ríos, Fabián Ibarra y Vilches. Una mañana son sacados desde La Torre alrededor de diez detenidos, entre ellos, María Isabel Gutiérrez, Horacio Carabantes, Sonia Ríos, Fabián Ibarra, Vilches y otros, a los que no volvió a ver”.
El ex agente de la Dina Samuel Enrique Fuenzalida Devia, quien siendo conscripto fue destinado a la Dina y perteneció al grupo Caupolicán, puntualizó que en el Cuartel Terranova o Villa Grimaldi los detenidos eran sometidos a intensos interrogatorios durante los cuales se les aplicaba tortura, tales como quemarlos con cigarros, tirarlos a un pozo con agua, sacarle los dientes, aplicarles corriente eléctrica.
LAUREANI, CANCINO Y HERRERA
Luis Germán Gutiérrez Uribe, ex agente de la Dina adscrita en la agrupación Vampiro, a cargo de Fernando Lauriani, declaró que “entre los funcionarios se encontraba Pedro Juan Herrera Henríquez y una mujer, apodada ‘Pinina’. Lauriani estuvo poco tiempo a cargo de la agrupación Vampiro, pasando a desempeñarse como ayudante de Marcelo Moren. Daniel Cancino era ‘el segundo a bordo’ en la agrupación Vampiro. Como sabía más que Fernando Lauriani, él era quien, en definitiva, guiaba al grupo y cuando Lauriani se va, Cancino se hizo cargo”. En enero del año 1975, por orden de Marcelo Moren Brito, Eduardo Lauriani se traslada con su gente hasta la V Región a fin de reprimir a una célula del MIR.
“Nos trasladamos todos los integrantes de la agrupación en los dos vehículos -agrega Gutiérrez-, yo en la camioneta Chevrolet C-10 conducida por Hoyos, Ortiz Mora y Muñoz; en otro vehículo iban Fernando Lauriani, Daniel Cancino, además de todos los otros mencionados, entre ellos Alfaro, Gangas”. Se presentaron en el Regimiento de Infantería Nº 2 Maipo, se les asignaron algunas dependencias y hombres para colaborarles. Participa en varias detenciones; la primera ocurre en el sector de El Belloto; andaba Lauriani a cargo del operativo, el detenido fue interrogado por Lauriani, Daniel Cancino y un capitán de ejército del Regimiento. Todos los detenidos fueron trasladados, posteriormente, hasta Villa Grimaldi.
Leonidas Emiliano Méndez Moreno, agente de la Dina, de la brigada Caupolicán, se desempeñó como guardia de detenidos en Villa Grimaldi y aseguró que Daniel Cancino Varas “trabajaba en Villa Grimaldi, en la jefatura de la agrupación Vampiro, junto a Eduardo Lauriani. Además, participaba en los interrogatorios de los detenidos”.
Carlos Antonio Vergara
“Ni blanca ni pura: fue centro de tortura”
La presidenta Michelle Bachelet fue a despedir a la Esmeralda en su zarpe número 41 desde que fue utilizada como centro de reclusión y tortura, inmediatamente después del golpe de Estado de 1973. En su arenga a los marineros, Bachelet expresó: “(…) Ustedes jóvenes guardiamarinas y marineros navegarán en una embarcación que no sólo custodia una importante tradición, sino que, como es obvio, es una embajada flotante de Chile. Recuerden siempre que son representantes de Chile y del valor de nuestra gente en cada puerto que tocan. Traten a cada chileno y chilena que encuentren en su viaje como tratarían a un familiar, a un vecino, a un hermano…”.
Las palabras de la mandataria son de una desvergüenza inexcusable cuando hacía apenas unos días el ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jorge Arancibia, sometió a proceso a 18 oficiales y suboficiales de la Armada por el secuestro calificado del sacerdote Miguel Woodward en 1973.
Se encuentran recluidos en prisión preventiva, en el Fuerte Vergara de la Infantería de Marina del sector de Las Salinas, en Viña del Mar, los vicealmirantes Guillermo Aldoney Hansen y Juan Mackay Barriga, además del capitán de navío Víctor Valverde Steinlen. Los capitanes de navío Ricardo Riesco y Pedro Abrego, el capitán de fragata José Yáñez y los suboficiales Pedro Vidal, Alfredo Mondaca, Claudio Cerezo, Juan Reyes, Jaime Lazo, Alejo Esparza, Carlos Líbano y Sergio Hevia, están en libertad condicional, previo pago de una fianza.
El sacerdote Miguel Woodward fue detenido por la Inteligencia Naval el 16 de septiembre de 1973 en su casa del Cerro Placeres, desde donde fue trasladado hasta la Universidad Técnica Federico Santa María y luego a la Academia de Guerra de la Armada, en Playa Ancha, y al buque escuela Esmeralda. En todos estos recintos fue salvajemente torturado. Después de su muerte, la Armada enterró el cuerpo del sacerdote clandestinamente en una fosa común del cementerio de Playa Ancha. Sus restos no han podido ser recuperados, formando parte de la larga lista de detenidos desaparecidos.
Desde hace más de diez años, el Colectivo “Amigos de Miguel Woodward” realiza manifestaciones de repudio en los momentos del zarpe del buque escuela Esmeralda. El domingo 31 de mayo, junto a otras organizaciones de derechos humanos, se congregaron con lienzos y pancartas en el muelle Prat en los momentos previos a la partida de la Esmeralda, para denunciar estos hechos y exigir justicia. Los gritos de “Ni blanca ni pura, fue centro de tortura”, “La Armada chilena debe responder, matar a los chilenos no era su deber”, resonaron fuerte y concitaron la atención de las numerosas personas presentes en el lugar y en los alrededores, en mayor cantidad de lo habitual, debido a la coincidencia con el denominado Día del Patrimonio
Guillermo Correa Camiroaga
En Valparaíso
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 830, 12 de junio, 2015)
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Punto Final
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