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Ahora los jueces
Es curioso cómo en Chile se reflejan fenómenos que se dan en Europa. La globalización ha influido en todo. En el mundo entero y en especial en Europa, se está produciendo algo raro, que es el asunto de los jueces. Se llama la “judicialización de la política” y ocurre en Francia, España, Italia y más. Berlusconi es un superviviente de procesos penales; Sarkozy se ha visto envuelto en casos judiciales muy sonados, igual que Hollande a causa del enjuiciamiento de sus ministros. Para qué decir en España, donde hasta una hermana y un cuñado del rey están pasando susto a causa de los procesos penales a que han sido sometidos. Y de allí es el juez Baltazar Garzón, que enjuició a Pinochet y es uno de los precursores de la teoría de la jurisdicción universal.
La crisis de confianza frente al Poder Ejecutivo y al Legislativo, junto al debilitamiento de los partidos políticos, ha generado en los presentes sistemas políticos que los ciudadanos vuelquen su mirada hacia el Poder Judicial(1).
Y en Chile parece que comienza a pasar lo mismo. ¿Pero cómo puede ser esto, después de la dura experiencia que tuvimos con los jueces durante la dictadura? Porque todo el mundo sabe que los jueces y en particular los de la Corte Suprema, se portaron como bellacos, fueron unos miserables cómplices de los crímenes que se cometían a diario.
¿Los movió la ambición, el miedo o sus odios más inconfesables? Quizás fue miedo a que los echaran de sus puestos, a no tener la jubilación a que aspiraban. ¿Cómo puede ser que ahora los jueces aparezcan transformados en adalides de la justicia? Bueno, no todos, pero unos cuantos, en procesos muy representativos.
¿Qué está pasando? Parece que cada juez se ha dicho: “Esta es la mía, los políticos desprestigiados, los milicos igual, el gobierno por el suelo, el Congreso Nacional fuera de combate, la gran prensa desacreditada porque apoyó a la dictadura”. Y se han agarrado de la moderna teoría de la judicialización de la política para convertirse en héroes de la justicia, la democracia y los derechos humanos. No es que tengan ambiciones políticas. Son jueces honrados, que han leído a Ferrajoli(2) y se han convencido de que ha llegado su hora.
Todo comenzó con el juez Juan Guzmán, que procesó a Pinochet. Se hizo famoso aunque no obtuvo ventajas económicas. Pero, ¿acaso no es mejor tener fama de juez justo, que de sinvergüenza y andar en Mercedes Benz? A la gente decente le interesa más lo primero, también a algunos jueces. Esperemos que sean cada vez más.
¿Cómo puede haber gente honrada? Pues fíjense que sí, porque como la corrupción y la desvergüenza se pegan, la honradez también se pega. En el mundo está de moda que los jueces sean honrados y a los chilenos se les está pegando.
Es bueno tener un poder judicial honesto y preocupado de la democracia y de los derechos humanos.
Como los jueces están haciendo cosas buenas, me voy a referir a una sola: el caso Cheyre. Cortito, porque sobre esto ya se ha escrito mucho. No hay duda que el asunto es sensacional: meter preso a un sujeto que fue comandante en jefe del ejército, es algo muy importante. Y no es que hiciera carrera solo bajo la dictadura. La Concertación lo premió dándole buenas pegas. Y más encima Ricardo Lagos lo defiende, diciendo que el pobrecito sólo tenía 25 años y estábamos en guerra. En realidad, Lagos se defiende a sí mismo, porque él lo nombró comandante en jefe.
Bueno, este caso ya se conoce, pero lo que no se entiende es por qué unos gobiernos que se decían democráticos -en especial el de Lagos- encumbraron tanto a Cheyre. Es de suponer que se investiga el pasado de un milico antes de nombrarlo comandante en jefe. Serían demasiado ineptos si no lo hubieran hecho. Bueno, ineptos son, pero también descarados, porque no les importó y optaron por quedar bien con las fuerzas armadas. ¿Todavía les tienen miedo? No lo creo, porque los milicos están tan desprestigiados como los políticos.
Hay gente que está contra el llamado “gobierno de los jueces”, dicen que no es democrático porque nadie los ha elegido. Es verdad pero, ¿acaso las autoridades elegidas son muy democráticas? No, porque a nadie le preguntan nada, porque aunque todo el mundo esté clamando contra las AFP, por ejemplo, no hacen caso, no las cambian, porque esas autoridades están vendidas a los intereses del mercado y de las empresas dueñas de Chile.
Por lo tanto, está bien lo que hacen los jueces honestos y decentes. Hay que apoyarlos y cuidarlos, que nadie los toque. Pero también hay que vigilarlos, por aquello de vigilar al vigilante.
(1) John Garrido, “El gobierno de los jueces”, información en línea en www.ilustrados.com/tema/8468/gobierno-jueces.html.
(2) Ferrajoli, Luigi “Il diritto come sistema di garanzie”, revista Region practica, año 1, número 1, Roma,Italia, 1993.
Margarita Labarca Goddard
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 858, 19 de agosto 2016).
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