30 de julio de 2001
Construyen en Venezuela
UN PARTIDO PARA LA REVOLUCION DEMOCRATICA
 LUIS Miquilena, ministro del Interior y Justicia de Venezuela. Dirigirá la construcción de un partido político para organizar el apoyo popular a los cambios. | |
Luis Miquilena, ministro del Interior y de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, es el miembro del gabinete del presidente Hugo Chávez que acumula más años de edad y de experiencia política. Por eso le corresponderá dirigir la transformación en partido del heterogéneo movimiento que apoya a Chávez y a su revolución bolivariana. Miquilena, de 81 años recién cumplidos, se inició a los 14 en la lucha estudiantil contra la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-35), en la que se formaron los principales líderes venezolanos del siglo pasado (como Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Gustavo y Eduardo Machado, Rafael Caldera, etc.), que terminaron fundando sus propios partidos. Así surgieron Acción Democrática (AD), socialdemócrata, de Betancourt; Unión Republicana Democrática (URD), liderado por Villalba; el PC de los hermanos Machado y del líder sindical petrolero Jesús Faría; y Copei, demócrata cristiano, de Caldera. En 1948, cayó sobre Venezuela la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, ex aliado de AD, que derrocó al presidente-escritor Rómulo Gallegos. Su régimen represivo se prolongó hasta el 23 de enero de 1958, en que fue derrocado por la Junta Patriótica que encabezó desde la clandestinidad el periodista Fabricio Ojeda (URD), quien más tarde se convirtió en guerrillero y fue asesinado en un recinto militar. Betancourt y Caldera, gracias al Pacto de Punto Fijo que repartió el poder entre AD y Copei (con una cuota menor para URD), alcanzaron la presidencia de la República. Ambos tuvieron sucesores (Raúl Leoni, Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez -éste último dos veces-, por AD). Luis Herrera Campins y otra vez el propio Rafael Caldera por Copei. URD, entretanto, desapareció. El PC -que inició una lucha guerrillera bajo el gobierno de Betancourt- sufrió numerosas divisiones y subsiste como un grupo menor. El "huracán Chávez" barrió en 1998 con todos los partidos y puso fuera de combate a AD y Copei, sumidos en la corrupción y la confusión política.
Luis Miquilena vivió todas esas experiencias. Fue chofer de autobús y fundó el primer sindicato de autobuseros de Caracas. Combativo dirigente sindical, perteneció al Partido Comunista (dirigió el radicalizado sector conocido como "comunistas negros" o "Macha-Miqui" -por Machado-Miquilena-). Estuvo preso varios años y más tarde fue dirigente y diputado de URD (en que también militó el actual ministro de la Defensa, José Vicente Rangel. Ambos abandonaron ese partido y Miquilena fue jefe de campaña en la última de las tres candidaturas presidenciales de J. V. Rangel como abanderado de la Izquierda). Miquilena hizo fortuna en fincas ganaderas que vendió para crear una empresa editorial. Su impresionante retorno a la acción política se debe al rol decisivo que jugó en convencer a Chávez, que hasta 1996 abogaba por el abstencionismo, para que se lanzara como candidato presidencial. Dos años después el jefe del frustrado golpe del 4 de febrero de 1992, ganó al galope la presidencia de la República y desde entonces ha triunfado en otras seis elecciones y consultas populares. Miquilena se convirtió en su consejero político y le ayudó a construir el Movimiento V República (MVR), su actual base política. Organizaron asimismo el Polo Patriótico donde el MVR se unió a otros grupos: MAS, Causa R, PPT, PC, etc., para la campaña electoral de un candidato que volaba con motores propios. Miquilena fue el primer ministro del Interior y de Justicia del presidente Chávez, presidió la Asamblea Nacional Constituyente que dotó a Venezuela de una nueva Constitución, se hizo cargo otra vez de la delicada cartera del Interior -que exige extrema ductilidad para calmar la frecuente irritación de políticos, empresarios y eclesiásticos por los inflamados discursos de un presidente de temperamento volcánico-. Ahora Miquilena se prepara para convertir al MVR, de existencia más bien formal, en un partido de masas. El proceso venezolano reposa por ahora sobre las espaldas del propio Chávez. La revolución democrática y bolivariana necesita una organización política y social que la proyecte hacia el futuro, que consolide los avances que ya se observan en el país y que respalde en forma organizada al gobierno. En los hechos, Chávez es un trapecista sin red de protección. Su poder de convocatoria en cambio es enorme, sobre todo en los sectores más pobres de la población -el 80% de los venezolanos-. Cuenta con apoyo en las FF.AA. pero necesita del respaldo estructurado de un partido que le permita, asimismo, efectuar las alianzas sociales y políticas que lleve a la práctica un programa que consulta una importante participación en la economía del sector privado. La experiencia y habilidad de Luis Miquilena se pondrá a prueba en la construcción de la red nacional de comités de base del nuevo partido que deberá cuidarse de no repetir los vicios que llevaron a la agonía a los partidos tradicionales. Para eso Miquilena deberá abandonar el gabinete. Todavía en su despacho ministerial, donde trabaja con su hija Sonia, una enérgica asistente personal, Miquilena conversó con "Punto Final". Se le ve animoso y optimista. Su ímpetu de viejo luchador social y político, se ha convertido en aplomo y seguridad como resultado de vivir el proceso de cambios con el que soñó toda su vida.
COMO HACER UN PARTIDO
¿Qué está haciendo el gobierno para darle consistencia a su base política y social? ¿Cuál es la estrategia para convertir el poder de convocatoria del presidente Chávez en una base organizada?
"Bueno, lo primero que cualquiera que examine la situación política de Venezuela tiene que tomar en consideración son las circunstancias especiales -yo diría que hasta inéditas o singulares- en que se inicia este cambio en el país. En medio de una crisis económica, con el petróleo a 8 dólares el barril, con una situación de pobreza que afecta a casi un 80% de la población, y con un movimiento político sin ninguna consistencia. Un fenómeno de cambios como el que estamos viviendo, por supuesto que enfrenta dificultades. Un gobierno como éste, cuya vía de cambios profundos tiene que ser dentro del sistema capitalista, de respeto a la propiedad privada, del manejo del mercado como base de la evolución económica del país, necesitaba un movimiento político estructurado, con mucha experiencia y mucha solidez, para liderizar el descontento de la población y proporcionarle al gobierno una base social sólida que le permitiera desarrollar sus políticas con cierta tranquilidad. Pero no ha sido así. El movimiento político que sirve de base a este gobierno es absolutamente nuevo, sin mayor experiencia de sus cuadros, sin una solidez estructural como tal. Y dentro de esas condiciones tiene que afrontar una oposición rabiosa y agresiva que ha tratado de deformar -en todos los sentidos- los propósitos que estos cambios representan para el país. Hubo necesidad de comenzar por los cambios superestructurales en el orden político: hacer una nueva Constitución mediante una Asamblea Nacional Constituyente, cambiar el Poder Judicial -que era una de las áreas más afectadas por la corrupción-, modificar fundamentalmente las bases de control del Estado por parte de los organismos parlamentarios, etc. Todos estos cambios se producen con una gran velocidad y se han tenido que realizar siete elecciones en dos años. El movimiento político que ha servido de base -el Movimiento V República-, es muy aluvional, han participado muchos sectores sociales sin mayor experiencia, en particular la parte del pueblo más golpeado por la crisis, el sector más pobre de nuestra población. Con este mecanismo es que se ha adelantado este proceso que, por supuesto, tiene muchas fallas. Es sólo ahora, de aquí en adelante, que tenemos la posibilidad y el tiempo suficiente para ir organizando a los diferentes sectores sociales para que se constituyan efectivamente en una base fundamental de apoyo al gobierno. Encaramos la necesidad urgente de organizar al pueblo y, primero, a sus mecanismos de vanguardia: un movimiento político que maneje las políticas de gobierno".
¿Eso significa un partido político?
"Es un partido político, no puede ser otra cosa. Pero a partir de ese partido político, luego que logremos superar las muchas dificultades que significa estructurar y organizar un mecanismo de esta naturaleza, tenemos que organizar al resto de la población. Por eso las enormes dificultades que deberemos afrontar y resolver. Hay que organizar en primer lugar al pueblo oprimido; segundo, el país tiene que entender -y me refiero a los sectores productivos, a los sectores sociales de la producción- que dentro del proyecto de cambios de Venezuela están representados sus intereses. Lo que la Constitución establece como perfil económico para el país es cambiar la vieja ecuación, que viene desde la Colonia, de un país con una economía neocolonial exportadora de materias primas e importadora de productos manufacturados, en un país productor de riquezas, que pueda elaborar y transformar sus propias materias primas para exportar productos manufacturados. Un país que además de exportar el petróleo como enérgetico lo exporte mediante la transformación y el valor agregado a través de la petroquímica. El país es el 12¼ en el mundo en reservas de agua dulce pero importa el 80% de los alimentos que consume. Necesitamos aumentar la producción de la agricultura -que no solamente es fundamental para la economía nacional- sino que está vinculada a nuestra propia soberanía para no depender en materia alimenticia de las importaciones... Estos problemas de carácter económico no se pueden afrontar si no logramos un apoyo social y político suficientemente fuerte para acometerlos".
¿Cómo imagina el partido político que necesita este gobierno? ¿Qué diferencia tendría con los antiguos partidos venezolanos que hicieron crisis ?
"El problema de la crisis que agotó a los partidos, no fue el carácter de los partidos propiamente dicho, sus estructuras que son universales. Lo que ocurrió es que abandonaron sus viejos postulados, se fueron progresivamente corrompiendo y negando sus propias consignas. Por ejemplo, Acción Democrática cuando se inició era un partido revolucionario, acogía en su programa y en su acción la transformación económica de las estructuras del país e igualmente la democratización de los mecanismos políticos con que se manejaba Venezuela. El partido que estamos tratando de desarrollar y de estructurar ahora, tiene que tener mucha claridad en sus objetivos estratégicos desde el punto de vista de la transformación económica, y sus objetivos políticos. Y dentro de ese esquema cuáles son las fuerzas sociales que se corresponden con la necesidad de los cambios y que deben acompañar este proceso. Asimismo, cuáles son las fuerzas que deben visualizarse de una vez en el campo enemigo. La clarificación de estos dos problemas es fundamental para el país, para los sectores económicos y para el propio proceso. Hacia allá vamos, pero -como todos sabemos- es algo bastante complicado y largo, dado el atraso cultural de nuestro pueblo y la falta de claridad que aún tenemos sobre algunos puntos centrales que guían este proceso de cambios".
¿En ese nuevo partido podrían tener cabida sectores que provienen de partidos como Acción Democrática?
"No, realmente está planteado un cambio que tiene como signo fundamental apartar definitivamente a los partidos de la vieja estructura institucional, como AD, que ya se agotaron. Se agotaron por muchas razones: dejaron de tener credibilidad, la corrupción los corroyó en las etapas en que tuvieron acceso a los mecanismos de poder, y se agotaron porque ya no tienen nada que decirle al país. Durante casi medio siglo no produjeron ningún cambio en la vida de la nación. Esos partidos no acometieron nunca los cambios estructurales que es lo que se plantea en este momento. Para eso se necesita un nuevo partido, una nueva concepción económica y la urgente necesidad que ella se aplique en la práctica. Otra de las perversiones políticas que hemos venido padeciendo ha consistido en que siempre se predica una cosa, y en la práctica los mecanismos de poder terminan por domesticar a los dirigentes y a los partidos políticos, poniéndolos del lado de los viejos intereses que necesitamos superar".
LLAMADO AL SECTOR PRIVADO
Dentro del actual esquema de partidos en -socialdemócratas, ex comunistas, demócratas cristianos, liberales, etc.- ¿dónde se ubicaría el nuevo partido?
"En este momento tenemos una discusión bastante profunda sobre esta materia como parte de la reestructuración del Movimiento V República. Esta reestructuración se está realizando sobre la base de recoger -desde el punto de vista organizativo- las cosas positivas y la experiencia que a través de los años brindan las luchas sociales en muchos países, incluyendo la propia Venezuela. La esencia fundamental del nuevo partido es la incorporación de los sectores más pobres de la población. Este partido debe pagar la vieja deuda social que tenemos contraída con el pueblo, incluso desde nuestra Independencia. Deben ser fundamentalmente esos sectores, que en este país constituyen una masa revolucionaria de cambios, la columna vertebral de la nueva organización. Pero lo más importante es la claridad política de los objetivos estratégicos que se propone el proceso. No solamente para que se incorporen a él los sectores más radicales de la población, los más golpeados económicamente, los más injustamente tratados a través de toda la historia, sino que también los sectores de la producción para hacer un amplio frente que transforme a Venezuela de un simple país productor de materias primas en un productor de riquezas. El problema más grave que tenemos es el de la pobreza. Y no lo podremos vencer si no abatimos el desempleo que en Venezuela constituye un grave mal. Y el problema del desempleo a su vez no se puede vencer si no multiplicamos el número de empresas, de fábricas, de centros de trabajo. Necesitamos oxigenar nuestra economía para que aumente su capacidad productiva".
Y eso necesita una importante participación del sector privado. ¿Ustedes consultan algún grado de entendimiento con ese sector?
"Por supuesto que consideramos fundamental y básico el entendimiento con el sector privado para resolver el problema del desempleo. Por eso la claridad en los objetivos es lo que tiene que determinar la política de alianzas. La gente se reagrupa en torno a intereses determinados y en Venezuela existen intereses comunes entre el sector nacional productor y el sector de los trabajadores del campo y de la ciudad. Una alianza social de estos sectores es fundamental. Está planteada para sacar adelante los cambios que el país reclama".
ALTA POPULARIDAD DE CHAVEZ
¿Qué hay de efectivo de que el presidente Hugo Chávez preferiría tener las manos libres y un movimiento inorgánico, y que la preocupación que usted expresa responde más bien a que el gobierno ha venido sufriendo una disminución de su popularidad?
"El presidente Chávez, desde el primer momento, ha tenido claro que sin una organización política que le sirva de base y sustento, el proyecto que lideriza no tendría posibilidad de permanencia desde el punto de vista histórico. La prédica negativa que ha habido sobre los partidos políticos ha sido por el inmenso desprestigio que sufrieron durante el período de gobiernos de partidos, de alternabilidad entre ellos, que no era otra cosa que un simple reparto del botín. Eso desprestigió mucho la palabra partido político. Pero el presidente Chávez siempre ha tenido claro que la organización política es fundamental. Desde el primer momento, desde la campaña electoral que lo llevó a la presidencia, y en el ejercicio del gobierno, ha estado tratando de darle vida a este movimiento y consubstanciarlo cada vez más con las esperanzas del pueblo. Por supuesto que la campaña que se ha venido siguiendo contra el gobierno y sus realizaciones, la negación absoluta de los avances que hasta el presente hemos tenido, por ejemplo en el orden económico una baja sustancial de la inflación, el mantenimiento de una paridad cambiaria que tiene a la economía en situación de normalidad, esos logros -agregados a la baja en un 2% en el índice del desempleo-, en lugar de ser estímulos para que se pongan al lado de este proceso, en los sectores económicos que perdieron sus privilegios, se convierten más bien en banderas que tratan de aprovecharse de las dificultades que el país padece para negarle toda posibilidad de éxito al proceso. Una campaña como la que se ha venido ejerciendo contra el gobierno, tiene de alguna manera que afectar su popularidad. Sin embargo, en el caso concreto del presidente Chávez, se produce un fenómeno: las encuestas a estas alturas, después del ejercicio de dos años y medio en el poder, que para cualquier mandatario de nuestros países es devastador, aquí se conserva un altísimo índice de popularidad del gobierno. Estamos seguros que las masas conservan todavía la esperanza de que este es el camino justo para Venezuela".
¿Los partidos políticos tradicionales, Acción Democrática y Copei, han venido rehaciéndose o siguen en la situación de desplome que les provocó la victoria de Chávez?
"Yo siempre he creído que los partidos políticos no mueren de infarto. Mueren de inanición, son procesos que se cumplen en el curso del tiempo. Acción Democrática es un partido que tenía una fuerza importante. Pretender que de la noche a la mañana desaparezca, es una utopía. Ese partido, por supuesto, tiene una presencia bien disminuida y no creo que llegará al punto de recuperarse y ser siquiera un remedo de lo que fue. Pero, no sé por cuánto tiempo, tendrá una cierta presencia política. Sin embargo, en la medida que se vayan cumpliendo los postulados del proceso de cambios, que se vayan realizando las esperanzas con que el pueblo acompaña el liderazgo de Hugo Chávez, disminuirá la influencia de los viejos partidos".
Se dice que usted se pondría a la cabeza de la formación de este nuevo partido y por lo tanto dejaría sus funciones de ministro. ¿Qué hay de cierto?
"Estamos estudiando un proceso de reestructuración del MVR. Todavía no hemos tomado decisiones en relación con el nuevo reagrupamiento y los mecanismos que vamos a implementar. Muy pronto tendremos claras esas medidas. En lo inmediato no está planteada ninguna en particular pero puede suceder en los próximos días".
¿Ponerse a trabajar en la formación de un nuevo partido le atrae a usted en especial?
"Siempre he creído que es fundamental para un proceso como el que está ocurriendo en Venezuela la estructuración de un movimiento político sólido. Por supuesto, esa tarea me atrae. Lo considero esencial para el éxito o fracaso del proceso social en marcha en nuestro país"
MANUEL CABIESES D.
En Caracas